|| Críticas | ★★★★☆ |
Muy lejos (Molt lluny)
Gerard Oms
Seres de lejanías
Aarón Rodríguez Serrano
ficha técnica:
España, 2025. Dirección y guion: Gerard Oms. Producción: Sergio Adrià. Música: Silvia Pérez Cruz. Dirección de fotografía: Edu Canet. Montaje: Neus Ballús. Dirección de Casting: Mireia Salgado. Dirección de arte: Laia Serra. Diseño de vestuario: Alice Bocchi. Intérpretes: Mario Casas, Ilyass El Ouahdani, David Verdaguer, Jetty Mathurin, Raúl Prieto, Nausicaa Bonnín.
España, 2025. Dirección y guion: Gerard Oms. Producción: Sergio Adrià. Música: Silvia Pérez Cruz. Dirección de fotografía: Edu Canet. Montaje: Neus Ballús. Dirección de Casting: Mireia Salgado. Dirección de arte: Laia Serra. Diseño de vestuario: Alice Bocchi. Intérpretes: Mario Casas, Ilyass El Ouahdani, David Verdaguer, Jetty Mathurin, Raúl Prieto, Nausicaa Bonnín.
El problema, y la película no tardará mucho en subrayarlo, es que muchos españoles son, somos, «seres de lejanías». Lo decía Heidegger pero lo dijo mucho mejor Paco Umbral en una novela portentosa. Oms ha sabido trasladar la idea a partir del trabajo visual y explorar esa concepción necesariamente ajena, otra, eso que los pedantes llaman, llamamos, la «alteridad». La cuestión es que en lugar de hacer la enésima apología descafeinada de la diferencia, la película llega al fondo del problema sociológico, económico, íntimo, físico, lingüístico, y así va disparando como un francotirador inspirado con un lenguaje visual rigurosísimo. Enric Albero, en su fantástica crítica (1), hablaba de un «afinado uso de la gramática cinematográfica para aislar a Sergio de su entorno y resaltar un desamparo que además de social, es interior». No hubiéramos podido escribirlo mejor.
Ahora bien, ese «afinado» del que habla Albero tiene muchas resonancias dentro de la película: Sergio naufraga entre la pasión ultra de ser español y del Espanyol, en una Europa donde esos significantes no significan nada. Ante él, sin embargo, emerge otra cultura: las suites para violonchelo de Bach, la gastronomía marroquí, la arquitectura holandesa, la poesía catalana. En uno de los momentos más estremecedores del cine español reciente, Casas realiza un prodigio interpretativo mientras le rodea el Infinity de Guru Josh Project y es imposible no sentir un nudo en la garganta. ¿Cómo ha podido Mario Casas, siempre en perpetua rebelión y triunfo contra sí mismo, dar el retrato tan preciso y precioso de los seres españoles de lejanías? ¿Cómo ha encontrado el gesto exacto, cómo ha pactado la emoción absoluta con la luz que baña su rostro en flashes intermitentes, cómo ha estudiado su propio cuerpo para marcar las fronteras entre el placer y el pánico? ¿No es su interpretación un prodigio de valentía y experimentación, de temple y de control?
Albero habla de «afinación», pero a mi juicio Molt Lluny es más bien una partida de ajedrez. Es cierto que en el centro del tablero están tanto Mario Casas como Ilyass El Ouahdani jugando las líneas de fuerza principales. Sin embargo, hay toda una legión de rostros secundarios dirigidos con una precisión pasmosa que van abriendo las otras películas, las que se pudieron contar pero quedan simplemente esbozadas y, a partir de una gran ingeniería de diálogo, resplandecen. Por supuesto que Daniel Verdaguer está afiladísimo, o que Jetty Mathurin aporta una ternura desarmante. Sin embargo, hay una escena fastuosa y breve en la que noté cómo se abría una brecha salvaje de luz en la película entera: aquella en la que una poeta sin nombre, interpretada por Nausicaa Bonnín, arroja versos en catalán contra los espacios vacíos del Instituto Cervantes. Quizá sea porque el rostro y la voz de Bonnín son uno de los grandes tesoros de nuestra interpretación patria, o porque se mueve por el encuadre con la grandeza y la fragilidad de una mariposa en llamas. Quizá es porque encuentra una entonación rigurosa y dulce para cada palabra, cada pausa y cada cadencia, quizá porque hace que el lenguaje crezca y se expanda y se desborde. O quizá por ese rostro en contraplano de Casas que parece que gracias a la palabra poética descubre a la vez el anclaje, la solución, la complejidad, la patria, la poesía, el cuerpo, qué se yo. Nausicaa Bonnín es una de esas actrices que en cada escena puede ampliar la película y llevarla al lugar que quiera, y que se merece mucho más espacio y tiempo en nuestro cine.
Y así, la película va acumulando capas y vivencias desactivando ese orgullo estúpido que nos estalló en la cara en 2008 cuando implosionó la economía y el resto de Europa nos colgó a los países mediterráneos ese acrónimo (PIGS) que nos hundió en una indigencia moral. Conviene recordar que siempre hay un racismo contra el racista, una categoría imperfecta, un verso suelto, una lejanía de la que no se salva ni el tenista más dotado, ni el futbolista más talentoso, ni siquiera el pensador más brillante de los países mediterráneos. (¿Por qué no habla de estas cuestiones nuestro cine y, cuando lo hace, es casi siempre en tono de comedia ligera, como para pedir perdón, como para encogerse de hombros, como para no darse mucho por aludido?).
Capas y vivencias, decía, que amenazan con romper a un hombre pero no lo rompen, que amenazan con romper la película pero no la rompen tampoco, que Oms va retirando y sajando con la precisión de un cirujano cinematográfico, sin miedo, sin grandes aspavientos, hasta que la enfermedad completa, el tumor absoluto, la necrosis nacional emerge y nos observa con su ojo ciego y nuestro. Muy nuestro.
También conviene recordar esto: que el buen cine español ha sido siempre un cine de lejanías. Un cine tan marginalizado en el tablero europeo que hoy todavía seguimos celebrando como un triunfo personal la selección de tal o cual película en el Festival de Turno. Molt Lluny está a la altura de cualquier galardón europeo, como lo están al menos quince o veinte películas rodadas en los últimos cuatro años. Pero ya saben: la lejanía de los círculos intelectuales y su racismo sistémico es tan crudo y tan implacable —puede incluso que más— que el que se corea en los estadios de fútbol.
Conviene recordarlo. ♦
[1] https://www.elespanol.com/el-cultural/cine/20250317/festival-malaga-lejos-mejor-actuacion-mario-casas-grupo/931906950_0.html