|| Críticas | Berlinale 2025 | ★★★★☆
El mensaje
Iván Fund
El placer del no saber
Carlos Grau
ficha técnica:
Argentina, España, Uruguay, 2025. Título original: El mensaje. Dirección y guion: Iván Fund, Martín Felipe Castagnet. Compañías: Rita Cine, Insomnia Films. Festival de presentación: Festival Internacional de Cine de Berlín. Fotografía: Gustavo Schiaffino. Montaje: Iván Fund. Música: Mauro Mourelos. Reparto: Mara Bestelli, Marcelo Subiotto, Anika Bootz, Betania Cappato. Duración: 91 minutos.
Argentina, España, Uruguay, 2025. Título original: El mensaje. Dirección y guion: Iván Fund, Martín Felipe Castagnet. Compañías: Rita Cine, Insomnia Films. Festival de presentación: Festival Internacional de Cine de Berlín. Fotografía: Gustavo Schiaffino. Montaje: Iván Fund. Música: Mauro Mourelos. Reparto: Mara Bestelli, Marcelo Subiotto, Anika Bootz, Betania Cappato. Duración: 91 minutos.
En la Argentina rural, la joven Anika (Anika Bootz) parece que puede comunicarse con los animales, o al menos eso dan por hecho tanto sus figuras paternas como sus clientes. Porque Myriam (Mara Bestelli) y Roger (Marcelo Subiotto) no dudan en explotar económicamente la asombrosa capacidad de la niña, publicitando sus habilidades y siendo contratados por personas preocupadas, deseosos de saber porque su perro está triste o su gato apenas come. La mujer transmite a los dueños el mensaje de Anika tras hablar con la mascota, el hombre se encarga de concertar citas y cobrar tras ellas. Y es inevitable razonar que la enorme precariedad de la industria del cine argentino, con el desmantelamiento del INCA a la cabeza, resulte en películas tan modestas y “pequeñas” como El mensaje. Pero, en realidad, Fund lleva haciendo un tipo de cine independiente y muy intimista desde hace casi veinte años, como ya observamos en Los labios (2010) o Piedra noche (2021), aunque su nueva producción sea la más minimalista de su carrera, una bonita y curiosa road movie de una familia que vive en su furgoneta y recorre el interior del país ganando su sustento de forma extraordinaria.
Nacido en Venezuela en 1984, criado en Entre Ríos y residente desde 2002 en Buenos Aires, puede trazarse un claro paralelismo entre la vida de Fund y El mensaje, por el espíritu nómada tanto del director como de su película, que es algo más que una bella historia de 91 minutos. Igual que la veracidad de los mensajes de la niña son un secreto, no lo es menos la sensación de misterio que produce la película, con un blanco y negro que en este caso sí logra alcanzar la poética y la trascendencia, lo que no puede decirse lo mismo de muchas películas contemporáneas que descartan el color con la única pretensión de la propia pretensión. El mensaje no solo se desprovee del color sino de muchísima información, permitiendo al espectador vivir una narración fabulística mayormente observacional, en los caminos que recorre la furgoneta, en el sonido del cantar de las cigarras y en el cielo nocturno estrellado. En esos momentos, el inconsciente procesa las conversaciones previas de familiares y de los clientes, los detalles de la naturaleza y los estímulos directos que propone la película, con melodías de metales de fondo, simples y dispersas, que se interponen de forma magnífica en los momentos de reflexión, sin inundar nunca la narración con una sensación de didactismo emocional.
El mensaje es un misterio y poco importa, sobre todo a la propia Anika en quien no vemos indicios de que realmente ella misma lo sepa (ni que le de importancia), así como nunca se explicita la veracidad de sus lazos familiares – bebiendo aquí de Hirokazu Koreeda - ya que los personajes se llaman por sus nombres de pila y se balancean entre la verdad y la mentira. Uno nunca está seguro de la verdadera relación familiar entre ellos, pero sus sentimientos si se sienten sinceros y auténticos.
Toda esta apuesta por la ambigüedad, rodada en los paisajes de Entre Ríos de la juventud del director, contrasta con la intimidad pura del contacto con los animales, una fuente inmensamente poderosa a través de la cual conservamos la alegría y el asombro infantil, en un mundo que constantemente nos dice que estas expresiones son signos de debilidad o inmadurez. Quizás el mensaje de El mensaje sea la importancia de la comunicación, o la necesidad de creer, o la pérdida de la inocencia (los dientes de la niña bajo la almohada no despiertan la atención del Ratoncito Pérez). Poco importa. En ese no saber uno puede acomodarse y disfrutar de una película redonda y emotiva, cariñosa y melancólica, que deja un regusto de querer ser revisitada a la vez que se tiene suficiente convicción de que probablemente uno no fuera a descubrir nada nuevo. Y aun así. ♦
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