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    Cine Alemán Siglo XXI

    Ibérico 2024 (III)

    || Festivales
    Ibérico 2024
    Tercera sesión
    Tercera crónica del Festival Ibérico de Cinema de Badajoz - 30ª edición


    David Tejero Nogales
    Badajoz |

    fechas
    | Del 8 al 12 de julio en Badajoz, Olivenza y San Vicente de Alcántara |

    En todas las ediciones del festival suele ser tradición, o más bien un mantra, incluir siempre un concierto de música de cine. Esto ocurre gracias a la pasión y melomanía de Alejandro, que no perdía la oportunidad de hacer emerger la semilla de las bandas sonoras en los cauces del propio festival. La música en el FIC se puede interpretar como vestigios de una alquimia que poco a poco ha ido extendiendo sus ramas por los entramados del festival, hasta formar un tronco hercúleo e irreemplazable. Alejandro tenía la intención de ir añadiendo más y más actividades músico- cinematográficas a la programación del festival. El año pasado contamos con la presencia de José Nieto, claro exponente de la música de cine y de la historia audiovisual española. Este año tenemos la suerte de tener con nosotros a Carles Cases, uno de los compositores más talentosos de nuestro cine. Por si fuera poco, esas ramas han seguido creciendo, ya no solo con la incorporación de un único concierto, sino con dos. Alejandro hubiera aplaudido esta propuesta y disfrutado enormemente de un privilegio como este. Cases, es ese músico multidisciplinar capaz de transmutar las imágenes en esencias armónicas, y una sensibilidad a flor de piel para escribir y sentir la música. Su presencia nos sirve de bello homenaje a nuestro mentor y amigo, además nos ayuda a entender mejor las sinergias músico-narrativas entre los sonidos y las imágenes del cine.

    Cases ha trabajado junto a muchos de los grandes cineastas de la industria, pero sobre todo ha colaborado estrechamente con el director catalán Ventura Pons. La fusión artística entre director y compositor es una constante a lo largo de la historia del cine, y tenemos ejemplos muy famosos y enriquecedores como los binomios Bernard Hermann/Hitchcock – Georges Delerue/Truffaut – Maurice Jarre/ David Lean – John Williams/Spielberg – Michel Legrand/ Jacques Demy – Francis Lai/Claude Lelouch – Alberto Iglesias/Almodóvar, etc... El bellísimo vínculo resultante de las músicas escritas por Cases para la filmografía de Ventura Pons podemos hallarlo en composiciones excelentes como El porqué de las cosas, Amigo amado, Caricias, Anita no pierde el tren, o Actrices. Precisamente uno no puede evitar recordar y pensar en esas maravillosas actrices de la película de Ventura Pons, así como su arraigo escénico o correspondencia emocional, a la hora de asistir a la proyección de Vida o Teatre (Guillem Manzanares, 2023), el excelente cortometraje que abre la última edición del certamen.

    El encuentro de una hija con su madre, una reconocida actriz de teatro, es el punto de partida de una larga conversación en donde las rencillas del pasado resurgen en una tensa, pero intensa relación, materno-filial. Las máscaras del oficio, esa dualidad del título, marcan los devenires de una película que honra el trabajo de la actriz, al mismo tiempo que expone las debilidades de compaginar la vida familiar con la profesional. La cámara se desliza de manera sinuosa por el hogar, lleno de recuerdos, y fotografías, como proponiendo fragmentos visuales que nos dicten soluciones al pasado traumático de ambas. Manzanares aprovecha muy bien los espacios, y teledirige los rostros hacia un espectador que se mantiene pegado a sus diálogos. El color y la música también ocupan un interés narrativo. El uso del piano acompaña a la hija de camino al hogar de la madre en contraste con la música frenética dentro de la casa, albergando dos mundos muy distintos en continua eclosión. Tanto Laia Manzanares como Miriam Iscla están extraordinarias en sus respectivos papeles protagonistas.

    Vida o Teatre
    Guillem Manzanares
    La gran obra (Álex Lora, 2024) marca la senda del triunfo de muchos cortometrajes en el mercado internacional, en este caso ganadora del Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance (2024). Temas recurrentes en el cine social como las burbujas y elitismos de clases sociales y la alineación del individuo reaparecen en el filme con un tono distante y fina ironía. En este caso el racismo, el culto por los objetos de valor, y el mercado salvaje del capitalismo se aplican en un guion con bastante sentido del humor. Curiosamente tanto la casa, como los personajes, aluden a películas de éxitos recientes, sin ir más lejos la oscarizada Parásitos (2019), con parecidos arquitectónicos y estéticos. La crítica social, y el contexto, guardan relación con ese otro cine social español que parece haber caído en el olvido y que nos retrotrae a los primeros trabajos de Fernando León de Aranoa. El duelo de clases y dominio de poder se manifiesta en una puesta en escena minimalista, sobria y de buena factura técnica.

    La música es el hilo conductor de Las noches rotas (Valentino R. Sandoli, 2024). Una serie de pulsiones enterradas surgen desde el arte, en este caso una audición de piano para ingresar en una prestigiosa escuela de Viena. Sandoli es un cineasta multifacético, de origen venezolano, que alterna sus trabajos de fotografía con la dirección de videoclips y anuncios publicitarios. Su cine indaga en temáticas LGTBIQ+ en derredor de cuestiones sobre identidad y descubrimiento adolescente. Su primer corto Paradigma ya abordaba tales temas con especial sensibilidad. El trasunto de miradas de Las noches rotas nos pone siempre en la órbita de Javi (Claudio Portalo), su indecisión, dudas y sentimientos, pivotan gracias a la templada y serena puesta en escena. Un estatismo roto por los compases musicales que generan el verdadero dialogo interior del protagonista. El etalonaje o el color subrayan los filtros oscuros y tonos grises, en consonancia con la depresión e inseguridad de Javi.

    Ximinoa (Itziar Leemans, 2024) se configura en los parámetros de un cine de gran precisión escénica, con brillante dominio de la cámara y elegante dirección de arte. La dicotomía entre los exteriores, luminosos y cálidos, con los interiores barrocos y monumentales de la casa, urden un tejido de clases muy interesante, sobrevolando el relato sinuosamente sin apenas remarcar o forzar los intereses del guion. Las reminiscencias al cine de Éric Rohmer, como si fuera uno de sus hermosos cuentos estacionales, están hábilmente mezcladas en el transito emocional de June (Ainara Leemans), centro paisajístico de esa ventana abierta al mundo que suponen los majestuosos encuadres de Leemans. Los ritos y costumbres de la cultura vasca (la nana del final), también casan con las ideas de identidad del filme, en lucha permanente por la subsistencia. La sobresaliente fotografía alterna los planos pictóricos con el uso de colores pastel e hipnóticos resplandores de luz. Una obra muy refinada, y estética, que merece degustarse en cada detalle y rincón de sus imágenes.

    Ximinoa
    Itziar Leemans
    El cortometraje portugués A rapariga de olhos grandes e o rapaz de pernas comprimidas (María Hespanhol, 2023) es un hermoso y delicado cuento de amor y poesía rodado en stop motion. La música, con el acordeón de instrumento solista, es testigo de los encuentros y desencuentros de los dos personajes principales a lo largo de su vida. Un trabajo laborioso cuyos pasajes y transiciones animadas se pliegan a una extraña fantasmagoría de honda melancolía. El filme conecta, en esencia y naturaleza, con la fantasía surrealista de El año pasado en Marienbad (1961), o la nostalgia del nuevo cine portugués. Una historia asombrosa, a través de cartas y voces en off, filmada con el vapor de las grandes historias de amor del cine universal. Su desaforado romanticismo nos conduce a los mejores tiempos de Wong Kar- Wai o Luchino Visconti, envueltos en una atmósfera de sublimidad y lirismo. Una pequeña joya para saborear con entusiasmo y que la grandiosidad de la pantalla grande hace mucho más fantástica y novelesca.

    Aunque es de noche (Guillermo García López, 2023) es uno de esos ejercicios de largo recorrido internacional. Tuvo su presentación en Cannes y ganó el Goya 2023 al mejor cortometraje de ficción. Precisamente su director ya tuvo la suerte de ganar un Goya al mejor largometraje documental con su primer trabajo, Frágil equilibrio (2016). Aunque es de noche hereda la idiosincrasia de cineastas como Tony Gatflif o Emir Kusturica, poniendo el foco en lugares marginales y en personas de baja clase social. La Cañada Real es el contexto del que emana toda la historia, un asentamiento rodado como si de un western se tratase gracias a la mirada del paisaje o estudio demográfico del lugar. El filme explora el día a día de Toni, cualquiera de los muchos niños que viven en la cañada, y cómo afronta la marcha de su mejor amigo a Francia. García López mezcla formatos y texturas alternando celuloide con soporte digital. Rueda la noche, y sus efluvios, con un estilo mágico, como de hechizo, que nos trae a la memoria ese cine brujo tan bien representado por Carlos Saura. Además, el hecho de contar con actores no profesionales pone el acento en las fronteras del cine documental. Una obra humanista que ha servido de embrión para la elaboración de un largometraje de ficción que veremos próximamente.

    Cuarentena (Celia de Molina, 2024) es una sencilla propuesta que se basa prácticamente en un solo plano sin cortes, centrando toda la atención en el monólogo en primera persona de su actriz protagonista (maravillosa Andrea Ros). Podría interpretarse como un chiste, pero la verdad es que su directora saca un partido tremendo al doble sentido de sus diálogos, llenos de ironía y mala uva, haciendo de Cuarentena un notable ejemplo de comedia próxima al género del stand up. Un cierre de festival fresco y divertido. ♦


    Aunque es de noche
    Guillermo García López

    El perdón Fantasías de un escritor Memoria Clara Sola
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