Aspectos básicos de las finanzas personales y la elaboración de presupuestos
La organización de las finanzas personales es un reto que todos debemos afrontar llegada la adultez. Puede parecer aburrido, pero es absolutamente necesario si queremos llegar a fin de mes y cumplir metas a corto y largo plazo.
Una buena manera de llevar el control de nuestro dinero es elaborar presupuestos ¿Por qué hacerlo? Porque es un camino hacia el bienestar y la seguridad financiera. Hacer un presupuesto no significa dejar de lado gastos en diversión, como jugar en Vulkan Vegas o eventuales salidas a comer. Por el contrario, equivale a estar conscientes de cuánto podemos gastar en ese tipo de actividades sin que se vean afectadas otras áreas. En adelante, te explicamos todo sobre cómo y por qué planificar gastos.
¿Qué es un presupuesto y qué necesito saber para elaborar uno?
Cuando escuchamos la palabra presupuesto nos imaginamos un documento empresarial, esos formatos que hay que pasar de un departamento a otro para aprobar fondos destinados a un proyecto específico. Pero, la verdad, es que un presupuesto no es más que un plan económico que tiene un fin determinado y que toma en cuenta gastos y cobros. Podemos elaborar uno en casa, ya sea mentalmente, en nuestro cuaderno personal o en aplicaciones para teléfonos y computadoras.
Trazar un plan con nuestras finanzas personales es esencial para conseguir objetivos o, simplemente, para tener una vida más segura y relajada. No se requieren grandes conocimientos para establecer un presupuesto. Inicialmente hay que saber solo dos cosas: cuánto se gana y cuánto se gasta. Parece increíble pero la mayoría de las personas no saben a ciencia cierta ni una cosa ni la otra.
Si este es tu caso te recomendamos tener un diario donde anotes, por un lado, el dinero que entra a tu bolsillo y a tus cuentas −por el concepto que sea− y, por otro, el monto que sale todos los días. Lleva este registro por uno o varios meses y tendrás una idea de cuánto generas y en qué gastas la mayor parte de tus ingresos. Este es el principio para comenzar a recortar gastos superfluos y establecer metas de ahorro realistas.
¿Por qué elaborar presupuestos?
La mayoría de nosotros pensamos en elaborar un presupuesto cuando tenemos una meta que queremos alcanzar, a corto o largo plazo. Puede ser cualquier cosa: renovar el guardarropa, financiar unas vacaciones largamente esperadas o finiquitar la hipoteca de nuestra vivienda. El caso es que si tenemos un objetivo concreto para el cual necesitamos dinero, nos sentimos motivados a planificar gastos y a ahorrar dinero.
Pero no necesariamente tenemos que esperar a requerir efectivo para algo en específico. Los expertos aseguran que es recomendable tener un presupuesto de nuestros gastos fijos, para poder llevar una economía sana en el hogar. No hay que plantearse un motivo, el simple hecho de tener ahorros puede sacarnos de apuros en cualquier momento y/o ayudarnos en un futuro a cumplir sueños y anhelos.
Hay muchos sistemas que se pueden emplear para establecer presupuestos. Uno de los más populares es el 50-30-20, que consiste en dividir en tres partes el dinero que se produce en un tiempo determinado −semanal, mensual o anualmente−: el 50% para cubrir las necesidades, el 30% para los gustos y placeres y el 20% restante para ahorros. Otros proponen ahorrar una pequeña cantidad de efectivo el primer día de la semana e ir incrementando la cifra a medida que se acerca el domingo.
Estos y otros planes se pueden seguir aun cuando no se tenga programado ningún propósito en el cual invertir el porcentaje destinado a ahorros. Lo ideal es consultar con un contador o simplemente investigar por cuenta propia sistemas de ahorros y adoptar uno que se adapte a nuestro estilo de vida, permitiéndonos estar cómodos, pero sin abusar de gastos innecesarios. Incluso existen aplicaciones descargables de finanzas personales que pueden ayudarnos en este cometido.
Consejos para elaborar presupuestos y organizar las finanzas personales
La idea de presupuestar cuánto se gana y cuánto se gasta en un periodo específico, es poder cumplir metas de ahorro a lo largo del tiempo. Para que el plan resulte efectivo y no terminemos abandonándolo a las primeras de cambios hay que tener en cuenta lo siguiente:
Los presupuestos deben ser maleables
No siempre nos encontramos ante las mismas circunstancias vitales. Pueden ocurrir imprevistos o haber cambios en nuestro entorno que alteren los gastos e ingresos. Por ejemplo, una enfermedad propia o de algún ser querido, un accidente de auto, una visita inesperada, un ascenso laboral, etc. El presupuesto que elaboremos debe poder adaptarse a nuevas realidades sin perder de vista el objetivo.
Los presupuestos deben ser realistas
A algunas personas les funciona el sistema de 50-30-20, pero a otras no, por la sencilla razón de que deben gastar más del 50% de lo que ganan para cubrir necesidades básicas. Hay que tener claro lo que podemos o no hacer con nuestro dinero a la hora de elaborar un presupuesto.
Los presupuestos personales deben contemplar el ocio y la diversión
Continuando la idea anterior, no es realista eliminar todos los gastos relacionados al ocio y la diversión de nuestras vidas. Podemos, en su lugar, plantearnos soluciones más económicas para entretenernos, como actividades al aire libre y comidas en sitios económicos.
