|| Críticas | ★★★★☆
Del revés 2
Kelsey Mann
La punta emocional del iceberg artificial
Ignacio Navarro Mejía
ficha técnica:
Estados Unidos y Japón, 2024. Título original: Inside Out 2. Dirección: Kelsey Mann. Guion: Meg LeFauve y Dave Holstein. Producción: Walt Disney Pictures / Pixar Animation Studios. Fotografía: Adam Habib y Jonathan Pytko. Montaje: Maurissa Horwitz. Música: Andrea Datzman. Diseño de producción: Jason Deamer. Reparto (voces): Amy Poehler, Maya Hawke, Kensington Tallman, Phyllis Smith, Liza Lapira, Lewis Black, Tony Hale, Ayo Edebiri, Adèle Exarchopoulos, Paul Walter Hauser, Diane Lane, Kyle MacLachlan. Duración: 96 minutos.
Estados Unidos y Japón, 2024. Título original: Inside Out 2. Dirección: Kelsey Mann. Guion: Meg LeFauve y Dave Holstein. Producción: Walt Disney Pictures / Pixar Animation Studios. Fotografía: Adam Habib y Jonathan Pytko. Montaje: Maurissa Horwitz. Música: Andrea Datzman. Diseño de producción: Jason Deamer. Reparto (voces): Amy Poehler, Maya Hawke, Kensington Tallman, Phyllis Smith, Liza Lapira, Lewis Black, Tony Hale, Ayo Edebiri, Adèle Exarchopoulos, Paul Walter Hauser, Diane Lane, Kyle MacLachlan. Duración: 96 minutos.
Pues bien, vaya por delante que Del revés 2 es una muy buena película, pero inferior, como no podía ser de otra manera, a la original. Y no podía ser de otra manera porque lo curioso es que su equipo, que en parte recupera los nombres responsables del filme de 2015, se ha esforzado por recortar cuanto ha podido la distancia entre ambas cintas (algo favorecido por la propia animación, ya que con esta es más fácil unificar referencias e imágenes). En lugar de aprovechar, como ha sido más habitual en el cine cuando ha pasado más tiempo entre la original y la derivada, para darle un giro a esta última, para fijar en ella una discontinuidad relativa, en lo temático y estilístico, sin dejar de ser fiel a la historia primigenia, aquí se procura unir al máximo las dos películas, al menos en esas dimensiones de fondo y forma. Únicamente, por sentido común, hay una correspondencia cronológica en la edad que ha avanzado, en paralelo, para el personaje principal, esa niña entonces y adolescente ahora llamada Riley, y en cuya cabeza y emociones vuelve a discurrir el grueso de la trama. Un breve prólogo nos resume lo acontecido desde el final de la primera parte, en elipsis para cualquier espectador, y la acción prosigue ahora con la misma familia, pero distintas amigas, dos en concreto, que acompañan a la protagonista. Las tres juegan juntas al hockey sobre hielo, y son seleccionadas para un campamento en que también practican dicho deporte otras chicas mayores y más experimentadas. Riley tendrá que elegir entonces entre dos lealtades, poniendo en la balanza su compañerismo y su afán competitivo.
En cualquier caso, como sabemos, la acción se sitúa en mayor medida dentro de Riley, en ese centro neurálgico que hasta entonces comandaba la emoción Alegría, secundada por Tristeza, Ira, Miedo y Asco. Empero, ahora que Riley ha alcanzado la pubertad y sus sentimientos u hormonas se descontrolan, se suman de repente otras emociones, que son Ansiedad, Envidia, Vergüenza y Aburrimiento. En particular la primera de ellas quiere ahora tomar el mando, desterrando las emociones “antiguas”, aunque cabría más bien definirlas como básicas. Esto, por supuesto, es una simplificación engañosa, aunque deja entrever quizá la mayor crítica que puede hacerse aquí, y es que Del revés 2 intenta hacer gala de cierta originalidad recurriendo a elementos que no son sino reflejos o reciclados de Del revés. En el caso de las nuevas emociones, su sustitución, en lugar de sumar complejidad o llevar la historia por derroteros inéditos, aparece como una mera alternativa a la que habría supuesto mantener las cinco emociones originales, sin bien con otro perfil, con el oportuno desarrollo dramático. Dicho de otra manera, los elementos novedosos en la superficie no lo son tanto en la profundidad, pues las emociones reproducen una misma dinámica, lo que resulta algo paradójico cuando lo que acontece dentro de Riley pretende replicar el caos que ella siente en ese momento de su vida. Esa síntesis ordenada, aunque algo decepcionante y previsible (con escasas sorpresas), permite eso sí una mayor fluidez en todo el desarrollo narrativo, algo acelerado por momentos, pero bastante equilibrado en el tono, así como en la relevancia otorgada a cada uno de los personajes, tanto externos como internos. El clímax es igualmente ajustado, incluso dotado de cierta transcendencia que podrá apreciarse mejor por un público más adulto. Pero los instantes más emotivos son los que conectan directamente con el universo construido por Del revés, en esencia durante los primeros minutos del metraje, sin que esos añadidos posteriores eleven su capacidad emotiva. Por eso la cinta, insistimos que muy meritoria en todos sus apartados y siempre entretenida, se resiente en la comparación con la original. Aunque tal comparación es por regla general injusta si se trata de valorar cada película independientemente, resulta procedente en este caso por esa continuidad entre ambas, contra cierto pronóstico estético y a la vez sometida a una lógica puramente comercial, a la que nos referíamos. ♦