|| Críticas | ★★★☆☆
Mars Express
Jérémie Périn
La vengadora del futuro
Ignacio Navarro Mejía
ficha técnica:
Francia, 2023. Presentación: Festival de Cannes 2023. Dirección: Jérémie Périn. Guion: Jérémie Périn y Laurent Sarfati. Producción: Everybody on the Deck / Je Suis Bien Content / Ev.L Prod / Plume Finance / France 3 Cinéma / Shine Conseils / Gébéka Films / Amopix. Montaje: Lila Desiles. Música: Fred Avril y Philippe Monthaye. Reparto (voces): Léa Drucker, Daniel Njo Lobé, Mathieu Amalric, Marie Bouvet, Sébastien Chassagne, Marthe Keller, Geneviève Doang. Duración: 88 minutos.
Francia, 2023. Presentación: Festival de Cannes 2023. Dirección: Jérémie Périn. Guion: Jérémie Périn y Laurent Sarfati. Producción: Everybody on the Deck / Je Suis Bien Content / Ev.L Prod / Plume Finance / France 3 Cinéma / Shine Conseils / Gébéka Films / Amopix. Montaje: Lila Desiles. Música: Fred Avril y Philippe Monthaye. Reparto (voces): Léa Drucker, Daniel Njo Lobé, Mathieu Amalric, Marie Bouvet, Sébastien Chassagne, Marthe Keller, Geneviève Doang. Duración: 88 minutos.
Mars Express, cuyo título ya anticipa igualmente la localización en cuestión, sigue esta estela, aunque temporalmente no se ubica en la actualidad inminente sino en un futuro más indeterminado. El francés Jérémie Périn y su equipo han ideado esta cinta de animación para aprovechar al máximo el potencial de esa colonización planetaria, mostrando a una sociedad evolucionada y ya asentada allí, pero sin perder de vista las limitaciones técnicas (o emocionales) que tal asentamiento humano conlleva. Lo cierto es que gran parte de la población no es humana sino robótica, y el grueso de la trama tiene que ver con el desarrollo de la inteligencia artificial, hasta el punto de que las personas que mueren pueden seguir “vivas”, al menos con su memoria y su personalidad, en un cuerpo sintético construido a medida. Sin embargo, la rebeldía de unos pocos individuos y los designios en la sombra de otros tantos poderosos están alterando el comportamiento de algunos androides, liberados de todo control externo o, quizá, condicionados para servir un propósito que no es el suyo. Uno de ellos es el compañero de la protagonista, ambos policías y encargados de investigar estos hechos, que provocan misteriosas muertes y angustiosas persecuciones en las que ellos mismos se juegan el pellejo (en carne y hueso o a base de conexiones y hologramas). Ya el prólogo anticipa el ímpetu de la acción subsiguiente, casi sin respiro entre crímenes y huidas, pero al mismo tiempo con un ritmo pausado, algo contemplativo, para que el espectador pueda asimilar también el detalle del escenario y la información que se comparte.
La cantidad de información trae causa no solo de la novedad visual sino de la exposición verbal, algo enrevesada y confusa al principio, así como en las secuencias más adelante que van sumando incógnitas sobre la procedencia del delito o las relaciones entre personajes. De hecho, aún tratándose de una cinta de aventuras y ciencia ficción, géneros caracterizados, en general, por un cierto predominio de la imagen, por el hecho de que los poco comunes acontecimientos (espectaculares por su origen, su contexto o su sorpresa), por sí mismos, llamen la atención del espectador, en este caso la puesta en escena queda algo relegada ante la abundancia sonora. Se concede importancia a unos diálogos que, en buena medida, marcan asimismo el ritmo del montaje, aunque no son estilizados sino casuales, siguiendo un lenguaje coloquial, no actualizado. Esto ayuda al seguimiento de la historia, pero no casa demasiado con su ambientación futurista, del mismo modo que la falta de estilización o escasa atmósfera de la imagen resulta en un paisaje más cercano que recóndito, pese a su distancia geográfica y su naturaleza extraordinaria. En otras palabras, Mars Express tiene un acabado audiovisual muy correcto, con momentos incluso deslumbrantes (por ejemplo, la secuencia de montaje que acompaña a los créditos iniciales o momentos posteriores sin diálogos, apoyados en planos concretos que revelan estructuras o diseños innovadores), pero donde se echa en falta mayor riesgo, una apuesta más personal acorde a la inventiva inherente a esta historia. Es cierto que la película parece asumir su condición de cine comercial de género, dirigida a un público variopinto, pero a la vez estamos ante una propuesta de cine independiente, casi marginal en el circuito (como ya es de por sí la animación adulta), por lo que parece andar a medio camino entre los dos extremos, esto es, entre la familiaridad de sus referentes, los que guían la acción o los conflictos; y la complejidad y ambición, indudables eso sí, de sus ideas, lo que las deja sin realizar plenamente. ♦