|| Críticas | ★★★★☆
HLM Pussy
Nora el Hourch
Un gran ejercicio sociológico
Rubén Téllez Brotons
ficha técnica:
Francia, 2023. Título original: HLM Pussy. Duración: 101 min. Dirección: Nora el Hourch. Guion: Nora el Hourch, Éléonore Gurrey, Sara Wikler, Raphaëlle Richet, Violaine Bellet, Nathalie Saugeon. Música: Clément Tery. Fotografía: Maxence Lemonnier. Compañías: Manny Films, La Prod. Reparto: Leah Aubert, Médina Diarra, Salma Takaline, Berénice Bejo.
Francia, 2023. Título original: HLM Pussy. Duración: 101 min. Dirección: Nora el Hourch. Guion: Nora el Hourch, Éléonore Gurrey, Sara Wikler, Raphaëlle Richet, Violaine Bellet, Nathalie Saugeon. Música: Clément Tery. Fotografía: Maxence Lemonnier. Compañías: Manny Films, La Prod. Reparto: Leah Aubert, Médina Diarra, Salma Takaline, Berénice Bejo.
Lo importante de todo lo descrito en el párrafo de arriba son los pequeños detalles que, por estar revestidos por el manto gris de lo anodino, de lo banal, pueden no ser apreciados en un primer visionado; es decir, la salsa, la incapacidad de los chicos para entender que lo que hacen no es ligar, sino acosar, la asociación de los conceptos dictadura y MeToo. La idea de la directora es desvelar, a través de esos elementos en apariencia insustanciales, los esqueletos de dos de los problemas estructurales que se llevan perpetuando desde hace siglos: el machismo y el racismo. El trabajo que realiza Nora el Hourch, por tanto, se puede encuadrar perfectamente, sobre todo teniendo en cuenta la forma en que lo lleva a cabo y las intenciones que la mueven, en el marco del análisis sociológico según lo entendía Bourdieu, puesto que la finalidad última de la cinta es “descubrir las estructuras más profundamente enterradas de los diversos mundos sociales que constituyen el universo social, así como los mecanismos que atienden asegurar su reproducción o su transformación”.
HLM Pussy cuenta la historia de tres adolescentes, Amina (Leah Aubert), Djeneba (Médina Diarra) y Zineb (Salma Takaline), que, desde que tienen uso de razón, son mejores amigas, y que, con toda la ilusión del mundo, están haciendo los preparativos para marcharse a estudiar el bachillerato juntas a París. Así, un día, durante la fiesta de cumpleaños de su madre, Zineb es agredida sexualmente por el mejor amigo de su hermano en dos ocasiones. Amina, que había grabado la segunda agresión, sube el vídeo a las redes sociales denunciando la violencia constante que sufren las mujeres y animando a otras a que cuenten sus experiencias. El resultado es todo un éxito y el vídeo, en pocos días, se vuelve viral, abanderando un movimiento feminista en Internet. El agresor de Zineb, por su parte, no sólo no la deja en paz, sino que la amenaza, tanto a ella como a sus amigas, exigiéndoles que borren el vídeo. Amina se niega, y Zineb y Djeneba, enfadadas con ella por haberlo subido sin su permiso y por negarse a eliminarlo, dejan de ser amigas suyas.
La película, bajo la homogeneidad de su realismo subjetivo, esconde diferentes estilos que posibilitan la exploración de diversos temas desde perspectivas que podrían parecer en un primer momento opuestas. Y es que la directora hace un ejercicio de funambulismo impresionante y consigue colocar la cámara en la distancia precisa que le permite introducirse dentro de la mente de las protagonistas y observar los hechos desde su mirada sin renunciar a ese distanciamiento objetivo que requiere todo estudio sociológico. Nora el Hourch logra, de tal forma, dejar al descubierto los engranajes de un patriarcado que normaliza y silencia las agresiones a las mujeres a través de una cultura de la violación que infecta todos los ámbitos de la sociedad; y demuestra cómo los detalles aparentemente cotidianos mencionados al inicio son sólo la punta del iceberg de unos problemas mucho más grandes, y que, por ello, no deben de ser ignorados ni banalizados, puesto que su normalización conlleva su perpetuación.
Además, la realizadora añade alguna idea más a la cinta, que en algunos momentos contribuye a la precisión del discurso, pero, en otros, debido a la densidad con la que carga las imágenes, impide su total desarrollo. Está, por ejemplo, el dilema sobre las consecuencias de ayudar a quien no ha pedido ayuda, que tensa la narrativa y sitúa al espectador en una verdadera disyuntiva; pero que, por desgracia, Nora el Hourch abandona para pulir el carácter didáctico con el que cierra la cinta y que, pese a su capacidad para emocionar, no tiene suficiente peso como para justificar la abrupta conclusión que le da a la encrucijada que tan bien había planteado. Para el final quedan, sin embargo, el gran trabajo de indagación sociológica que lleva a cabo la directora, su denuncia del machismo y racismo estructural, y las maravillosas interpretaciones de las tres protagonistas. ♦