|| Críticas | L'Alternativa 2023 | ★★★☆☆
Between Revolutions
Vlad Petri
Más allá de la distancia
Agus Izquierdo
ficha técnica:
Rumanía, Catar, Irán, Croacia, 2023. Título original: Între revoluții. Dirección: Vlad Petri. Guion: Lavinia Braniste, Vlad Petri. Música: Filip Sertic. Compañías: Activ Docs, Restart and Fade In. Distribuidora: DAFilms. Duración: 69 min.
Rumanía, Catar, Irán, Croacia, 2023. Título original: Între revoluții. Dirección: Vlad Petri. Guion: Lavinia Braniste, Vlad Petri. Música: Filip Sertic. Compañías: Activ Docs, Restart and Fade In. Distribuidora: DAFilms. Duración: 69 min.
Esta película empieza, precisamente, en ese distanciamiento físico. La brecha espacial se expande cuando Zahra regresa a Irán después de finalizar los estudios, para reunirse con su familia y sus amistades. Algo grande va a pasar, vaticina a su compañera. Estamos en los setenta, de manera que no habla en vano y ese «algo que va a pasar» no es otra cosa que la revolución iraní que derrocará al sah Mohammad Reza Pahleví. No está nada mal. Por su parte, Maria se queda en la capital rumana y alrededores, viviendo como puede entre trabajos y reasignaciones y a trompicones, siempre expectante de las misivas de su compañera. Siempre preocupada, y con una incesante sensación de angustia. Hasta que la revuelta le explota, también, a ella: en este caso, no es otra que la que provocó la caída de Ceaușescu, años más tarde.
A medida que avanza el metraje, los escritos entre amigas se intensifican, incrementando su dramatismo tonal. En la debacle de sus respectivas sociedades, la densidad aumenta in crescendo, e irrumpen episodios y anécdotas que envenenan y tiñen de negro las vidas de las protagonistas, poniendo en manifiesto la peligrosidad incipiente de un mundo incansablemente amenazante. Para elaborar el texto, el cineasta y su coguionista, Lavinia Braniste, trabajaron los documentos, registros y archivos de la temida policía secreta de la dictadura rumana, la Securitate, que combinan con poemas de Nina Cassian y Forugh Farrokhzad. A partir de ese cotejo, se edifica una historia aciaga que, pese a que en un principio se endulza con el poder de la amistad y la esperanza de las protestas civiles, acaba intoxicándose por la desilusión y el terror de dos movimientos sociales que se ven aplastados por la quimera del poder hegemónico y la brutalidad de gobiernos agonizantes, y aun así, implacables en la respuesta violenta contra «la energía en las calles», como explica Zahra.
Hay algo también atemporal en Between Revolutions. Primero, por la masculinidad que ocupa la pantalla y cobra significativo peso a través de una presencia salvaje e iracunda. Por otra parte, también se dilatan los tiempos de respuestas entre cartas, hecho que genera en las mujeres, y también en los espectadores, una calamitosa sensación de preocupación y nerviosismo: «Dónde estás. Por lo menos dime que estás bien», pregunta la una a la otra en cierto momento. Además, tiene su momento de gloria la pesadumbre provocada por un ser querido desaparecido: Zahra vive la persecución de su família en primera persona, hecho que acaba llegando a su cúspide cuando su padre es detenido, y deja de dar señales de vida: «Mi padre fue mi revolución». El argumento de la cinta sirve, por esto mismo, para reflejar y mostrar un feminismo autoconsciente y estrictamente actual, que golpea en nuestra concepción prejuiciosa que tiende a ver a la historia como algo pasado de moda, y a su gente como personas obsoletas y con mentalidades antiguas. Contra la esperanza primigenia, surge un sentimiento de decepción e incertidumbre que se puede traducir al desamparo de nuestros días.
En el documental de Petri, es la imagen la que complementa la prosa, que adquiere un carácter absolutamente protagonista y que manda narrativamente en todos sus espacios. Las dos voces femeninas adoptan un rol principal, y Between Revolutions utiliza el maravilloso y retrospectivo material de archivo precisamente para crear, desde la literalidad y lo documental, una ficción solo a medias. En este cuento triste y estrictamente destructivo, se establece un diálogo gratificante por lo que aporta y por cómo se entabla, aunque se hace a la vez espeluznante: el sufrimiento se sublima dando lugar a un amor sin márgenes, a una conexión interpersonal que transfiere emociones y que insiste en el hecho que, pese a que el tiempo pase, el mundo siempre será un lugar mezquino, injusto y atroz. ♦