|| Críticas | FICX 2023 | ★★★☆☆
La lección de Blaga
Stephan Komandarev
Saber devolver el golpe
Agus Izquierdo
ficha técnica:
Bulgaria, 2023. Duración: 114 min. Dirección: Stephan Komandarev. Guion: Simeon Ventsislavov, Stephan Komandarev. Interpretaciones: Eli Skorcheva, Gerasim Georgiev, Rozalia Abgarian, Ivan Barnev. Música: Kalina Vasileva. Fotografía: Vesselin Hristov. Compañías: Argo Film, 42film.
Bulgaria, 2023. Duración: 114 min. Dirección: Stephan Komandarev. Guion: Simeon Ventsislavov, Stephan Komandarev. Interpretaciones: Eli Skorcheva, Gerasim Georgiev, Rozalia Abgarian, Ivan Barnev. Música: Kalina Vasileva. Fotografía: Vesselin Hristov. Compañías: Argo Film, 42film.
Atractiva, la propuesta de Komandarev no es ningún manifiesto rupturista, aunque sí consigue despegarse de algunos vicios del género (como la pornografía emocional) y, a su vez, desmarcarse del cine plano en el que fácilmente podría haber caído equiparándose sin culpabilidad con muchos de sus coetáneos de la nueva ola del cine europeo del este. La fotografía de Vesselin Hristov, que ya había trabajado con el director en Directions (2017), logra concentrar esa nebulosa de tensión, que junto al ritmo del guion, anillan y someten la violenta escalada de perversión y crueldad que se sucede. Aquí de lo que se trata es de desnudar la incorruptibilidad y la persistencia de una protagonista de la forma más salvaje posible, para luego humillarla y acabar justificando, sin caer en juicios superficiales ni infantiles, la corrupción moral de una septuagenaria.
La gran baza de Komandarev es su acierto a la hora de plasmar en pantalla la frialdad e inmutabilidad de Blaga, un personaje que si bien flaquea al principio, provocando nuestra lástima, acabará adoptando la corporalidad de una quimera para sacar sus demonios internos, que no estaban muertos, estaban de parranda. El cineasta trata a su personaje en todo momento sin condescendencia ni paternalismo, dejando claro que aunque no congreguemos con el proceder de una señora que devuelve el golpe a la tragedia (en vez de poner la otra mejilla), sus acciones serán legitimadas por lo trágico de los acontecimientos y la vileza del contexto que la rodea. A veces hay que competir con lo atroz del mundo. Esa construcción dramática, encarnada por una Eli Skorcheva sensacional (que también obtuvo premio en Karlovy Vary), se da la mano con una escenificación de la sociedad búlgara que emana un humor negro y una comicidad que no cae en el estereotipo pero que resulta tentadora. Lo vemos en la inaptitud de la policía, testosterónica e inútil, por ejemplo, o en la humillación que siente Blaga cuando ha sido engañada tontamente y es reconocida y leída por su comunidad como una víctima y, por lo tanto, como un bicho raro. Hay algo especial en este filme que podría ser típico pero que acaba reventando en una suerte de explosión de sentimientos encontrados y una historia, aunque histriónica, plausible. Entre la pena, la risa tímida (de quien nos hace reír de forma perspicaz) y la expectación, asistimos a una fábula oscura a la vez que conmovedora. ♦