|| Críticas| 71SSIFF| ★★☆☆☆
La tierra prometida
Nikolaj Arcel
Yermo
Júlia Gaitano Mendizábal
ficha técnica:
Dinamarca. 2023. Dirección: Nikolaj Arcel. Guion: Nikolaj Arcel, Anders Thomas Jensen. Fotografía: Rasmus Videbæk. Montaje: Oliver Bugge Coutté. Producción: Coproducción Dinamarca-Noruega-Alemania; Koch Films, Nordisk Film, SVT, Zentropa, Plaion Pictures, Nordisk Film, TV2. Música: Dan Romer. Reparto: Mads Mikkelsen, Amanda Collin, Simon Bennebjerg, Kristine Kujath Thorp, Gustav Lindh.
Dinamarca. 2023. Dirección: Nikolaj Arcel. Guion: Nikolaj Arcel, Anders Thomas Jensen. Fotografía: Rasmus Videbæk. Montaje: Oliver Bugge Coutté. Producción: Coproducción Dinamarca-Noruega-Alemania; Koch Films, Nordisk Film, SVT, Zentropa, Plaion Pictures, Nordisk Film, TV2. Música: Dan Romer. Reparto: Mads Mikkelsen, Amanda Collin, Simon Bennebjerg, Kristine Kujath Thorp, Gustav Lindh.
El relato, que en esencia trata de esa tentativa de colonia, encuentra en este filme su maximización en todos los sentidos. En el camino hacia la prosperidad del capitán Kahlen se cruzarán aliados, sirvientes, historias de amor de hasta tres circunstancias distintas y, lo más importante para la película, un antagonista de dimensiones épicas. Cruel como pocos, el gobernante Frederik De Schinkel (Simon Bennebjerg) tiene la falsa impresión de que la tierra que intenta trabajar Kahlen y donde ha asentado su hogar es, en realidad, suya. A partir del momento en el que ponen ojos en uno en el otro (De Schinkel absolutamente enloquecido, Kahlen sin ninguna intención de cejar en sus planes), nace una enemistad colosal sobre la cual Nikolaj Arcel construye una fábula que poco tendría que envidiar a legendarios duelos de los westerns clásicos. Esta solo crecerá, especialmente cuando De Schinkel descubre que los nuevos trabajadores del capitán alemán son, en realidad, sus sirvientes fugados. Uno de ellos es la Ann Barbara (Amanda Collin) del título de la novela original, con lo que podemos suponer que tiene una gran importancia en esta historia.
A priori, esa suma de elementos dramáticos nos lleva a esperar una película grandiosa. Sin embargo, todo lo que tiene la trama, lo flaquea en la forma. Arcel apuesta por un acercamiento muy clásico, sin una gran propuesta visual, ni sonora, ni musical. Esto acaba jugando en su contra, especialmente si tenemos en cuenta su metraje, de más de dos horas. Evidentemente, la historia da con lo que llenarlo, pero ese exceso narrativo hace que lo demás sepa a poco. Quizás reduciendo por un lado y arriesgando un poco más por el otro encontraría un equilibrio más satisfactorio, pero el filme se agota mucho antes de que termine. Intentar contentar a todos desde una cierta equidistancia, puede provocar el efecto contrario y acabar desinteresando. Y eso, teniendo en cuenta que tenemos enfrente a uno de los mejores actores de la actualidad, es algo que debemos considerar. A su término, también la película resulta ser, en cierta manera, yerma.