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Las Palmas 2023
Introducción
Anotaciones sobre su programa
Emilio M. Luna
La cronología, aplicada a eventos, puede ser una ventaja. Y el Festival Internacional de Cine de Las Palmas es un buen ejemplo de ello. Su posición en el calendario le otorga la posibilidad de acoger un gran número de premieres nacionales; huyendo también de la vocación contenedora, porque todas las películas que competirán por la Lady Harimaguada de Oro, máximo galardón del certamen canario, son producciones de 2023 que se han presentado en el primer tercio de año y que todavía no tienen distribución en nuestro país. De esta forma, Berlín, Róterdam y Gotemburgo nutren al festival insular con diez títulos que confirman un nuevo viraje programático. Si el año pasado la apuesta era una mirada observacional a los márgenes del presente; en esta el eclecticismo domina una sección oficial definida por Miguel Ángel Pérez Quintero, miembro del comité artístico, de esta forma: «Sostener que esta selección ilustra el estado actual del cine no sería apropiado. De entrada, porque a ver quién se atreve a definir cuál es ese estado. Pero sí que nos aventuramos a asegurar que es un muestrario desprejuiciado, que sostiene que el cine para festivales no tiene por qué ser avinagrado y, mucho menos, aburrido».
Porque, así es, y más si nos centramos en las elecciones que transitaron previamente la Berlinale. Obras como la argentina Adentro mío estoy bailando, la estadounidense The Adults, la ruandesa The Bride, la singapurense Tomorrow is a long time, la argentina Arturo a los 30, o el díptico portugués con formas de antología de João Canijo Viver mal-Mal viver, pese a no quebrar las coordenadas narrativas propias del cine de autor o independiente actual presentan historias cotidianas que huyen de las cuotas ideológicas del momento. Es el caso de la ópera prima de Dustin Guy Defa, de la que nos habló nuestro compañero Luis Varela desde la capital germana: «The Adults propone una ejercicio de profundidad emocional disfrazado de cómica ligereza, en el que dinámica entre estos tres huérfanos resulta tan ridícula como divertida en su privado repertorio de malas imitaciones de personajes televisivos, en sus coreografías de instituto que rayan el absurdo y, especialmente, su incapacidad supina para mirarse a los ojos sin recurrir a una máscara de parodia como sistema de protección, como refugio de la incertidumbre frente a la angustiosa e inevitable madurez».
Adentro mío estoy bailando, dirigida por Leandro Koch y Paloma Schachmann, parte de las hechuras del falso documental para construir una road movie roturada sobre la música klezmer judía. El filme, ganador en Berlín del premio al mejor debut, apuesta por la honestidad y la ligereza para alcanzar un clímax emotivo e inspirador. The Bride, por otro lado, nos presenta a la joven directora Myriam U. Birara, que narra la historia de una joven aspirante a doctora que verá comprometido su futuro tras descubrir las contradicciones de un presente que no deja de mirar atrás; concretamente al genocidio ruandés, a las heridas de una nación que está lejos de sanar. Como les sucede a las cinco protagonistas de la propuesta del mencionado director portugués João Canijo. Cinco mujeres que hacen lo posible y lo imposible por salvar el hotel que regentan; compatibilizando tal empresa con unas vidas muy lejos de los anhelos de juventud. Precisamente, una edad concreta ejerce de punto de inflexión para Tomorrow is a long time y Arturo a los 30. En la primera, la cámara sigue a un adolescente que acaba de perder a su madre y pasa sus días procastinando. Todo cambiará para él con un viaje, que hará que su mirada mute y con la que encontrará el valor de una vida sin demasiado aditivos hasta entonces. El protagonista del segundo largometraje de Martín Shanly –firmante de la estupenda Juana a los 12 (2014)— ya está en su treinta pero poco ha cambiado con respecto a la adolescencia: prosigue en su eterno intento de redescubrirse. Un nuevo retrato de la angustia millennial llevada a la pantalla como comedia LGBT pero desde una perspectiva abierta y desacomplejada.
El IFFR neerlandés fue la primera parada de obras como la colombiana Mudos testigos, la francesa Voyages en Italie y la danesa Copenhagen Does Not Exist. En cierta manera, las tres obras corresponden a la idiosincrasia del certamen centroeuropeo, que huye de patrones convencionalistas. La primera, dirigida por Jerónimo Atehortúa Arteaga y Luis Ospina, parte de fotogramas clave del cine mudo colombiano para construir un relato que reivindica al campesinado desde una óptima maximalista y nos descubre una historia de amor cuando el plano se cierra. Justamente, sobre la pareja versa el trabajo de Sophie Letourneur, donde lo geográfico adquiere una gran significancia. No obstante, un matrimonio decide salir de viaje a un destino no conocido por ambos; y este será Sicilia. En la isla intentarán reconducir una relación que se apaga con cada hoja arrancada del calendario. La cinta danesa Copenhagen Does Not Exist, ópera prima de Martin Skovbjerg, llama la atención desde la rúbrica de su libreto. Allí aparece Eskil Vogt, guionista habitual de Joachim Trier y director de las notables Blind (2015) y The Innocents (2021). El escritor noruego es el responsable del corpus de este drama con toques de thriller que se centra en el interrogatorio de un padre al novio de su hija, que acaba de desaparecer sin dejar rastro. El filme tiene como protagonistas a Zlatko Buric y Angela Bundalovic, intérpretes clave en la última maravilla de Nicolas Winding Refn, Cowboy de Copenhague (2023-).
Pese a que la sección oficial copará todas las miradas de esta 22ª edición del Festival de Las Palmas, el gran protagonista (junto al 50º aniversario de El espíritu de la colmena de Víctor Erice) de esta entrega será Terence Davies, al que el certamen dirigido por Luis Miranda le dedicará una completa retrospectiva. Por las pantallas canarias se podrán ver sus grandes clásicos, Voces distantes (Distant Voices, Still Lives, 1988) y El largo día acaba (The Long Day Closes, 1992), y también alguna de sus grandes películas estrenadas en el nuevo milenio: The deep blue sea (2011), A quiet passion (2016) y la reciente y magistral Benediction (2021). «El cine de Davies está atravesado por la memoria. El recuerdo se entreteje desde lo individual a lo colectivo, desde las heridas del alma hasta las de la historia de la Europa del siglo XX», apostilla el texto de Violeta Kovacsis para el catálogo del festival. Una retrospectiva de una filmografía esencial, de uno de los grandes autores de nuestro tiempo.
| La 22ª edición del Festival de Las Palmas se desarrollará del 14 al 23 de abril. Un evento que cubrirá EAM con los textos de Yago Paris |
Largometrajes de la Sección Oficial
- Adentro mío estoy bailando, Leandro Koch, Paloma Schachmann, Argentina-Austria.
- Viver mal, João Canijo, Portugal.
- The adults, Dustin Guy Defa, EE.UU.
- Mudos testigos, Jerónimo Atehortúa Arteaga, Luis Ospina, Colombia.
- Tomorrow is a long time, Jow Zhi Wei, Singapur.
- Copenhaguen does not exist, Martin Skovbjerg, Dinamarca.
- Mal viver, João Canijo, Portugal.
- Voyages in Italie, Sophie Letourneur, Francia.
- The Bride, Myriam U. Birara, Ruanda.
- Arturo a los 30, Martín Shanly, Argentina.
| Imágenes | (I) The Bride / (II) Copenhagen Does Not Exist.