|| Críticas | ★★☆☆☆
Las tierras del cielo
Pablo García Canga
Japón en la noche
Alfonso Cañadas
ficha técnica:
España. 2023. Título original: «Las tierras del cielo». Dirección: Pablo García Canga. Guion: Pablo García Canga. Compañía productora: Amateurfilms. Dirección de fotografía: Pablo García Canga. Intérpretes: Luis Moreno, Paula Ruiz, Lola Casamayor, Violeta Gil, Andrés Gertrudix, Carlos Troya, Itziar Manero, Gonzalo Herrero, Fernanda Orazi. Duración: 83 minutos.
España. 2023. Título original: «Las tierras del cielo». Dirección: Pablo García Canga. Guion: Pablo García Canga. Compañía productora: Amateurfilms. Dirección de fotografía: Pablo García Canga. Intérpretes: Luis Moreno, Paula Ruiz, Lola Casamayor, Violeta Gil, Andrés Gertrudix, Carlos Troya, Itziar Manero, Gonzalo Herrero, Fernanda Orazi. Duración: 83 minutos.
Y es que la película de Pablo García Canga tiene, dentro del panorama cinematográfico actual, muy poco de innovador u original. No estamos ante un ejercicio cinematográfico arriesgado en el que prevalezca la palabra como los que podemos encontrar en Deseret (1995) de James Benning o Blancanieves (2000) de João César Monteiro. El director tiene claros cuáles son sus referentes a la hora de construir las historias que componen Las tierras del cielo: el cine del japonés Yasujiro Ozu y el del contemporáneo coreano Hong Sang-soo. Ambos cineastas utilizan un estilo dialogado y pausado sobre el que construyen las tramas de sus obras, y en ambos es habitual encontrar la estética del blanco y negro. De hecho, en varias ocasiones, algunos de los planos de Las tierras del cielo parecen intentar emular los famosos «pillow shots» que vertebran la filmografía de Yasujiro Ozu, sin llegar a transmitir, sin embargo, la sensación de serenidad y unión con un presente permanente que este último consigue en sus películas.
Dicho esto, por más que los dos principales referentes estéticos de Pablo García Canga sean cineastas asiáticos, Las tierras del cielo resulta a nivel de guion una película muy europea. Y cuando nos referimos a ello, hablamos a que esta bebe de la cultura cinematográfica de la modernidad surgida a finales de la década de los cincuenta en toda Europa, con especial fuerza en el cine francés. La necesidad de trabajar temas trascendentales desde la cotidianidad, con seriedad y sin concesiones a la vulgaridad, acerca Las tierras del cielo a las formas trabajadas por directores de la Nouvelle vague tales como Jean-Luc Godard, Jacques Rivette o Philippe Garrel, entre otros. ¿Cuáles son entonces las razones que separan Las tierras del cielo de las obras maestras dirigidas por los cineastas nombrados anteriormente? En primer lugar, sin duda, su contexto. La película dirigida por Pablo García Canga parece anclada en esas formas fílmicas propias de los años sesenta y setenta en la Europa central. De esta forma la cinta no va más allá de quedarse anquilosada en tales estrategias, resultando más un homenaje a tal concepción cinematográfica que una película original como tal. En segundo, sus interpretaciones, mucho más cercanas al intelectualismo derrochado por muchos de los personajes de obras de la Nouvelle vague, que a la franqueza y simplicidad en las palabras de los personajes del mentado Ozu. El problema parte, llegado este punto, de que las interpretaciones resultan totalmente antinaturales y relamidas, que unidas al complejo contenido de los diálogos, impiden una empatía mayor con los personajes. Por último cabe destacar el componente estético de la obra. Lejos de transmitir la serenidad y naturalidad a la que hacíamos mención anteriormente, los planos aleatorios utilizados por el director para rellenar la rutinaria trama resultan vacíos y carentes de ninguna relevancia visual. Así, tampoco encontramos estímulos visuales a lo largo de su metraje, haciendo su visionado un punto más tedioso. Sin duda Las tierras del cielo es un ejercicio anclado en el pasado que, pese a sus sinceras intenciones, no termina ni de funcionar como obra individual ni de escapar de la monotonía que produce el cine de arte y ensayo contemporáneo.