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BenQ GS50
Review
Mil salas de cine en una vida
Emilio Luna
En la cobertura del Festival de Cannes de 2019, reseñamos el modelo de proyector BenQ GV1. Un reproductor de reducidísimas dimensiones –cabe en un pequeño bolso– que aumentaba las posibilidades audiovisuales para aquellas personas que bien no tienen demasiado espacio en sus domicilios, bien se mueven en diferentes espacios a lo largo de su día, de su semana, de su vida.
Los proyectores portátiles, una vez pasados estos dos oscuros años pandémicos y pospandémicos, retoman con fuerza la primera línea del sector. Una progresión lógica por otra parte. El usuario estándar es alérgico a las ceremonias. Solo quiere darle a un botón y a soñar. Evitar cualquier tipo de instalación, o de readaptación de su entorno. Lo quiere fácil y lo quiere ya.
En ese sentido, el BenQ GS50 es el paradigma no solo para el citado usuario casual, sino también para el cinéfilo que no disponga de unos espacios y materiales ideales y también, por qué no decirlo, con un presupuesto muy alto. Por algo menos de 800 euros, y con una pared en blanco, se pueden disponer de 120 pulgadas de imagen. No hará falta más. Un cable que conectará a la luz eléctrica. Todo lo demás lo pone BenQ.
Con esta review del GS50, retomamos la colaboración BenQ España, que ha sido parte de esta cabecera durante los últimos tres años. Para ello, nos olvidamos del listado de datos técnicos, que pueden encontrar tanto en la web oficial como en cualquier portal tecnológico, y nos centramos en la experiencia. Hemos pasado diez días con este modelo. Nos ha acompañado durante el ocio de los fines de semana pero también en nuestro día a día laboral. Como indicamos líneas atrás, todo lo pone BenQ, desde el propio proyector hasta la fuente de contenido. Y todo dentro de un espacio muy reducido.
Porque el GS50 es un dispositivo pequeño, compacto y muy manejable. Lo intuimos desde sus packaging, comprimido y funcional –en el que encontramos el proyector en una funda, un mando a distancia, Android TV, y diferentes adaptados de enchufes que completan el transformador incluido—, en poco más de 18 centímetros de diámetro y dos kilos y medio de peso tenemos un proyector que conquista visualmente. Es un aparato bien acabado, cuya solidez está pensada para su durabilidad, creado con materiales que absorben pequeñas caídas. No tendría otro sentido, el GS50 está pensado para un uso itinerante, también para adaptarse a todas las manos que habitan en un hogar. También al exterior de este, porque tiene protección IPX2 para salpicaduras.
Estructuralmente, todo está pensado en el GS50, la disposición de sus botones y de la interfaz de sus dispositivos. Todo se encuentra escondido. En la parte trasera hallamos entradas de HDMI y USB. En la parte superior, bajo una tapa, el dispositivo extraíble Android TV que incorpora este modelo. Como apuntábamos, solo hace falta una pared y enchufar el proyector a la red eléctrica. No hace falta más pero, sin embargo, si lo requerimos, las opciones de añadir fuentes externas –portátil, reproductor blu-ray, altavoces externos, de forma alámbrica o inalámbrica, ya que el GS50 tiene conexión Wi-fi– está disponibles, subrayando su versatilidad y capacidad de adaptación.
Pero, más allá de su estética y variedad de posibilidades, irrefutables por otro lado. Las dos preguntas más importantes que emergen ante un producto son ¿Qué tal se ve el GS50? ¿Y qué tal se escucha?
El apartado visual
El GS50 tiene unas prestaciones visuales más que competentes. Reproduce a 1080p aunque admite fuentes con resolución en Ultra HD. Su contraste dinámico de 100.000:1 procura una reproducción del color más que notable, algo que la proyección en espacios en los que la oscuridad no sea completa. En ese sentido, los 500 lúmenes ANSI en formato LED son suficientes. Eso sí, no excelsos. Con el doble de capacidad lumínica el proyector ganaría también en nitidez. Aunque esa no es la principal característica de un proyector pensado para la reproducción principalmente de contenido audiovisual en plataformas.
Sin embargo, para trabajo, pese a su portabilidad y ligereza, el GS50 sí que muestra ciertas limitaciones, ligadas a la luminosidad descrita. El ajuste de nitidez es automático, una función muy cómoda para el usuario pero carente de los matices para ajustar la imagen a puntos optimizados. Por tanto, si se requiere proyección de contenido textual este deberá ser lo suficientemente grande (Powerpoint) para una experiencia correcta del usuario. Pero, como decimos, esta no es la función principal del GS50, un reproductor para la nueva realidad audiovisual. Y que completa con creces la experiencia de ver una película o una serie en streaming.
El resto de cualidades y calidades del apartado visual corresponden a los estándares de BenQ: modos Brillante, Campamento, Cine, Diurno, Juego, HDR10, HLG, Salón y Deporte; cobertura de color del 98%; y ajuste vertical y horizontal del trapezoidal. Esta última función muy útil y cómoda; bastante por encima en este rango de precios. El dispositivo de Android TV adjunto no dispone de Netflix de forma nativa aunque, en general, cumple con lo que se espera de él.
El apartado sonoro
En este sentido lo tenemos muy claro: no hará falta otra fuente externa de sonido. Han pasado por nuestras manos (y ojos y oídos), proyectores de altísima gama y pocos tienen esta capacidad de sonido. El GS50 cuenta con dos altavoces estéreos y un subwoofer. No ha hecho falta exprimir todas sus posibilidades, con un tercio de su potencia es suficiente. Un sonido potente, legible y nítido. Es increíble cómo suena. Tal cual.
Sonido sin distorsión, graves naturales, diseño de salida de 270 grados. Es una joya en este apartado. Se adapta a la perfección al contenido de plataformas. Los diálogos en películas con un gran diseño sonoro son comprensibles, elevando una experiencia que habitualmente produce frustración al usuario con la utilización de las televisiones actuales. Una excelencia premium dentro de la gama de acceso. Un concepto este último bastante discutible cuando hablamos de los proyectos de BenQ.
«El GS50 cuenta con dos altavoces estéreos y un subwoofer. No ha hecho falta exprimir todas sus posibilidades, con un tercio de su potencia es suficiente. Un sonido potente, legible y nítido. Es increíble como suena».
El BenQ GS50 supone una pequeña revolución por todas las posibilidades que ofrece. Si bien una mayor potencia lumínica podrían colocarlo como paradigma de proyector portátil, no hay que olvidar su precio y, sobre todo, el resto de características. Un reproductor que sorprende por su potente contraste en el contexto idóneo –total oscuridad– y un poderoso sistema de sonido. El mejor que hemos probado en proyectores de esta tipología. El GS50 ofrece todas las virtudes de su portabilidad, ya que moverlo e instalarlo es una cuestión de segundos, y tiene una serie de cualidades técnicas que se acercan al sobresaliente. Una apuesta ganadora para tener un cine en cualquier espacio de nuestra vida.