Contar historias reales: El cine de Jota Linares

|| FORMACIÓN

Una contemporaneidad postproducida

Columna TAI - noviembre

Jota Linares, último protagonista de los encuentros en la Escuela Universitaria TAI, es un joven director gaditano (1982) que ha desarrollado gran parte de su carrera como realizador en el campo del cortometraje. Hasta seis piezas componen el inicio de una filmografía cimentada sobre el cine de género pero ligado estrechamente al presente social e ideológico. Con sus dos primeros trabajos, Placer (2009) –que compitió por el máximo galardón en el festival más importante de mediometrajes de España, La Cabina— y 3,2 (lo que hacen las novias) (2011), probó con el drama erótico, explorando las relaciones sexuales como termómetro moral y sentimental de una generación. Sus siguientes creaciones, por otro lado, se enmarcaron dentro del cine de terror y el thriller: Ratas (2012), Dead Celebrities (2014), Rubita (2014) y Pezuñas (2017), se erigieron en un espacio de experimentación, ante todo en materia de estética visual, que ejercieron de basamento para su debut en el largo, Animales sin collar (2018), una obra meritoria en la que exploraba todo el potencial apuntado en sus cortos.

En su ópera prima abordaba la disyuntiva de un político de provincias que tiene que sincronizar su prometedor presente con la ocultación de todos los deslices del pasado. Natalia de Molina, Daniel Grao y Natalia Mateo son los actores principales de este thriller rodado con cierta elegancia y dotado de una narrativa llena de detalles que apuntalaban la idea de director que es Linares: un contador de historias reales, poco importa el género al que estas estén adscritas. Su segundo filme, ¿A quién te llevarías a una isla desierta? (2019), que compitió por la Biznaga de Oro del Festival de Málaga, era una propuesta más ambiciosa en lo presupuestario pero que, a su vez, presentaba una historia más íntima, basada en las propias experiencias y sensaciones del director. No obstante, el filme habla de la deriva moral y emocional de un grupo de veinteañeros que vislumbran un futuro oscuro una vez finalicen sus vacaciones veraniegas. Una obra en la que el primer plano resulta capital como analítica del estado de sus protagonistas.

Su tercer largometraje, también exhibido en el concurso malagueño, Las niñas de cristal (2022), es el más depurado y maduro de su trayectoria. Una producción Netflix que irremediablemente recuerda al Cisne negro (2010) de Darren Aronofsky, ya que está ambientado en el competitivo mundo del ballet clásico. Linares vuelve a contar con María Pedraza en este drama psicológico que sigue a Irene, una bailarina que sustituye a la gran estrella del Ballet Clásico Nacional tras su muerte por suicidio. La joven se encontrará tras su selección con un ambiente opresivo. Una mirada sin ambage alguno al bullying que, pese al patrón clásico de los productos Netflix, logra trascender gracias a un guion que rebosa sinceridad. El gran precepto de un autor que paso a paso se consolida como una de las nuevas e interesantes firmas del cine comercial nacional.

* | Artículo que pertenece a una serie de textos creados por EAM en colaboración y coordinación con la Escuela Universitaria de Artes TAI, institución de referencia en la formación en disciplinas artísticas en España con sede en el centro de Madrid y con el mayor campus de artes de España. |

** El antepenúltimo mohicano (EAM), es una revista digital (ISSN: 2386-6373) sobre cine independiente y de autor nacida el 26 de enero de 2008. Es una cabecera especializada en ficción y no-ficción exhibidas en el circuito de festivales. Es medio colaborador de otros entes como SundanceTV España, Goethe Institut Madrid y BenQ Europe. |