Venciendo los prejuicios provocados, primero, por el largo período entre la primera y segunda parte de esta nueva franquicia, y, segundo, por la enorme parafernalia mediática que acompaña a este proyecto, en el que hemos conocido todos los detalles de su preproducción, producción y postproducción durante, también, otro largo espacio temporal, lo cierto es que el avance liberado de Avatar: The Way of Water nos deja de, una manera u otra, con la boca abierta. ¿Eso es agua real o está creada por animación?, se nos viene a la mente cuando vemos un primerísimo plano del paisaje por el que deambulan los héroes de esta historia. El nivel de detalle es tan espectacular, que cuesta discernir lo físico de lo virtual. Un hito este que, en realidad, siempre fue el Santo Grial para James Cameron, un verdadero visionario de este arte que busca reconquistar al espectador aprovechando los numerosos avances tecnológicos. Y aunque el formato tridimensional ha perdido, por explotación, su poder de atracción, con Cameron sabemos que siempre hay un área más del mapa cinematográfico. Uno inexplorado, en el que perfectamente cabría la sentencia «hic sunt dracones» que decoraba los márgenes de la cartografía medieval.
Así, el «no hemos reparado de gastos» de John Hammond (Lord Richard Attenborough en Parque Jurásico –1993—, cobra más fuerza que nunca. El filme de Spielberg, probablemente la obra más influyente de la historia del cine dentro de los parámetros del blockbuster, supuso toda una revolución. Nunca antes se había dibujado un pasado tan inaccesible en lenguaje fílmico. Su espectacularidad pero también su credibilidad son fruto, de dinero, correcto, pero también de un trabajo artesano, dedicado a prevalecer pese al paso del tiempo. Una máxima que parece haber sido engullida en estos tiempos de cine en cadena, donde la informática más que un recurso es una forma de saltarse algunos plazos de la postproducción. Es por esto, que cineastas como James Cameron son tan valiosos. En algún momento de sus carreras apostaron por cambiar el lenguaje, por redefinir este arte. Que lo logren o no se valorará en una retrospectiva no demasiado lejana. También resulta la remarcación de que la tecnología, bien empleada, suma, y de qué manera.
Weta Digital –estudio responsable de los diseños de El señor de los anillos y la actual Los anillos de poder— y Stephen Rosenbaum –ganador de un Óscar por su labor—, como supervisor del departamento, fueron los artífices de la primera entrega de la saga. Este último encabezaba un equipo de varios centenares de diseñadores y especialistas de todo tipo. Todos coordinados con el resto de departamentos de una producción de estas dimensiones. Rosenbaum es el gran referente actual en esta tipología de filmes, por su experiencia pero, sobre todo, por su formación. Si se presta atención a su currículum, aportado por él mismo en su web personal, hallamos el andamiaje de la trayectoria de un profesional que puede que pase desapercibido a nivel popular en este sector pero que, al igual que Cameron, es un pionero más a la hora de dibujar mundos que trasladar a la gran pantalla. Mundos que necesitan de nuevos creadores en un sector con alta demanda debido al cambio de paradigma en la producción de cine y televisión. Ha nacido un nuevo tipo de artesanía y los planes de estudio y formación inherentes responde a esa necesidad. El Máster en VFX que oferta la Escuela Universitaria de Artes TAI presenta un novedoso programa articulado sobre la práctica, que no solo mira al futuro en la industria, sino también a este presente excitante que no parece tener límites audiovisualmente hablando.
* | Artículo que pertenece a una serie de textos creados por EAM en colaboración y coordinación con la Escuela Universitaria de Artes TAI, institución de referencia en la formación en disciplinas artísticas en España con sede en el centro de Madrid y con el mayor campus de artes de España. |
** Los alumnos de Escuela Universitaria de Artes TAI tienen a su disposición varias diplomaturas y másteres sobre postproducción y VFX, uno de los planes formativos más importantes a nivel nacional que da respuesta al momento audiovisual que vivimos.
*** El antepenúltimo mohicano (EAM), es una revista digital (ISSN: 2386-6373) sobre cine independiente y de autor nacida el 26 de enero de 2008. Es una cabecera especializada en ficción y no-ficción exhibidas en el circuito de festivales. Es medio colaborador de otros entes como SundanceTV España, FlixOlé, Goethe Institut Madrid y BenQ Europe. |
