|| FORMACIÓN
Posproducción y VFX
de «El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder»
de «El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder»
Columna TAI - septiembre
Son cuatro los episodios liberados por Amazon Prime Video hasta el momento de una de las sensaciones seriadas de la nueva temporada, El señor de los anillos: Los anillos de poder, la producción más cara de la historia del universo audiovisual. Precuela oficiosa, porque tiene como base anotaciones de Tolkien, pero también numerosos añadidos ligados a la contemporaneidad (sic), esta serie creada por Patrick McKay y John D. Payne y cuyos dos primeros episodios han sido dirigidos por J.A. Bayona, encabeza la traslación de las hechuras de la gran superproducción a la ficción televisiva. A la protagonista de este texto se le une otra precuela, La casa del Dragón (House of Dragon, 2022-, HBOMax), que también retrocede en el tiempo para desentrañar la mitología de Canción de hielo y fuego y su creación televisiva, Juego de Tronos (2011-2019); y una secuela, Willow (2022-, Disney+). Propuestas de amplio espectro que expanden apéndices, con o sin asidero literario, de mundos de fantasía que forman parte de la educación experiencial-narrativa del espectador. Porque, ¿quién no conoce a Frodo Bolsón, a los elfos de Rivendel, al linaje Targaryen o a Elora Danan? En cierta medida, las tres fantasías están correlacionadas por orden cronológica. No existiría la una sin la otra, sin lugar a dudas.
Tanto la adaptación de El señor de los anillos (2001-2003) de Peter Jackson, como Willow (1988) y la mentada Juego de Tronos, son trabajos movidos por una gran masa presupuestaria que expandió todos los medios necesarios –hablamos de producciones que ocupan grandes distancias geográficas y, también, todo hay que decirlo, desarrolladas durante grandes lapsos de tiempo— para llevar a cabo una empresa de tales dimensiones. Que Los anillos de poder haya costado más de mil millones de dólares responde a todo ello; también al pago de los derechos de los escritos de Tolkien, vendidos en un par de centenares de millones –una auténtica barbaridad. Como cabe esperar, el diseño de producción es fantástico, así como la integración de los VFX dentro de la narrativa. Se nota sobremanera el despliegue de recursos pero también un enorme respeto ante el imaginario del escritor británico y la visión de Peter Jackson en su magnífica –lo decimos sin pudor— trilogía.
Semanas atrás, hablábamos en el blog de Escuela Universitaria de Artes TAI de la alta demanda de animadores y diseñadores de efectos visuales con el auge de la ficción gestada por las principales plataformas. Los anillos de poder, solo en su primera temporada, cuenta con 9.500 planos de VFX –Jackson «solo» utilizó 2.800 planos en total en sus tres películas—. Un dato que habla, por un lado, de la excesiva importancia que tiene la posproducción en el cine actual –a veces, por desgracia— y, por otro, revela la gran exigencia de sus creadores al trasladar, de nuevo, al espectador a la Tierra Media. Weta FX, al igual que en las anteriores incursiones fílmicas en territorio mediano, es la responsable final del diseño de paisajes y criaturas a partir de creaciones de otros veinte estudios. Hablamos de dos decenas de miles de profesionales dentro de este departamento. Es evidente que no hablamos del futuro del audiovisual, sino del presente. Por eso estamos ante una de las puertas profesionales más interesantes dentro de una industria que vive un momento extraño. No para de cuestionarse y, sin embargo, no deja de crecer. Aunque sea desde lo virtual. ⁜
* | Artículo que pertenece a una serie de textos creados por EAM en colaboración y coordinación con la Escuela Universitaria de Artes TAI, institución de referencia en la formación en disciplinas artísticas en España con sede en el centro de Madrid y con el mayor campus de artes de España. |