|| Críticas | Locarno 2022 | ★★☆☆☆
Stone Turtle
Mahesh Narayan 🇮🇳
La isla fuera del tiempo
Ignacio Navarro Mejía
ficha técnica:
Malasia, Indonesia, 2022. Título original: «Stone Turtle». Director: Woo Ming Jin. Guion: Neesa Jamal, Woo Ming Jin. Producción: Greenlight Pictures. Fotografía: Kong Pahurak. Música: Phil Chapavich. Reparto: Kunchako Boban, Divya Prabha, Loveleen Mishra, Danish Husain, Kannan Arunachalam, Faisal Malik, Sidharth Bhardwaj, Dimpy Mishra, Kiran Peethambaran, Faizal Malik, Saifudheen E.. Duración: 91 minutos.
Malasia, Indonesia, 2022. Título original: «Stone Turtle». Director: Woo Ming Jin. Guion: Neesa Jamal, Woo Ming Jin. Producción: Greenlight Pictures. Fotografía: Kong Pahurak. Música: Phil Chapavich. Reparto: Kunchako Boban, Divya Prabha, Loveleen Mishra, Danish Husain, Kannan Arunachalam, Faisal Malik, Sidharth Bhardwaj, Dimpy Mishra, Kiran Peethambaran, Faizal Malik, Saifudheen E.. Duración: 91 minutos.
La historia arranca con la brutal muerte de la hermana de la protagonista, aplastada con una piedra por su padre, mientras su madre invoca una plegaria, al haber ultrajado aquella el honor de la familia, por tener una hija fuera del matrimonio. Por algún motivo los padres esperan a que ésta haya cumplido los siete años para ejecutar este terrible filicidio, a modo de ritual, y la niña huérfana (su padre es entonces desconocido) tiene que criarse con su tía, trasladándose ambas a la mencionada isla. Con todo, las apariencias engañan, tanto en lo referido al parentesco de la niña como a los visitantes del lugar, y la historia se va desarrollando a base de giros dramáticos y alteraciones cronológicas, de tal manera que un hecho, en especial una muerte, nunca parece definitiva, ya que acto seguido la narración puede volver atrás y repetir, en apariencia, la misma situación, si bien ahora con otro punto de vista. Hay una frase que pronuncia el personaje principal, que traducida vendría a decir algo así como que ella prefiere estar viva en una isla de fantasmas que ser un fantasma en la tierra de los vivos. La emite con solemnidad mirando, a través de la cámara, a su interlocutor, porque en esa frase se encierra el significado esencial de la película. Y es que en realidad todos son fantasmas que deambulan en un paraje igual de fantasmagórico, ya sea la isla o la tierra firme, y por eso la línea entre la vida y la muerte es tan difusa.
Con todo, una vez establecida esta intención, Stone Turtle peca de falta de atmósfera para envolverla. La localización no se aprovecha para sugerir un tono que debería ser hipnótico, pues la planificación es muy pedestre y la ambientación, más allá de las propias imágenes que proporciona esa localización, muy escasa, por lo que tales imágenes no son apenas impactantes. El surrealismo de la propuesta queda prácticamente reservado al libreto, y la extrañeza resultante funciona más por acumulación que por inducción directa. Incluso da la sensación de que este efecto provocador se debe a una sucesión de ocurrencias más que a un relato trabajado pues, aunque es cierto que al final las piezas encajan, lo hacen no como consecuencia de una verdadera progresión, sino por conveniencia del montaje. Por otro lado, esta irregularidad tiene su lado positivo, y es que hay momentos memorables, sobre todo los de las secuencias de animación, que casan sorprendentemente bien en el heterogéneo y sintético metraje. También hay una ocasional voz en off que aporta una dimensión añadida, confirmando que el destino de estos personajes está siendo manejado por una fuerza ajena y superior a ellos mismos. Es verdad que esto les resta fuerza propia y, de hecho, las tortugas de dibujos acaban siendo más conmovedoras que los seres en carne y hueso. Pero hay que reconocer igualmente la dedicación de la actriz principal, que se echa la película a sus espaldas para dotarla de una mínima coherencia y para que el espectador pueda llegar a compartir sus penurias. ⁜