Una trilogía del poder
Sobre tres películas de Christian Schwochow
▶ Especial | Cine alemán Siglo XXI*
A lo largo de su carrera, Christian Schwochow se ha movido por estilos, géneros y medios de producción muy variados. En apariencia coyuntural, no es la suya una trayectoria que ilumine unas trazas autorales evidentes. Pero si uno juega a buscar las conexiones, algunas constantes emergen. Eso es precisamente lo que propuso el ciclo Goethe Institut del pasado German Film Fest al juntar tres películas del cineasta: Calle Bornholmer (Bornholmer Strasse, 2014), La lección de alemán (Deutschstunde, 2019) y Je suis Karl (2021). Repasamos en este artículo tres puntos de unión entre ellas para pensar su filmografía como posible conjunto.
Autoridad
Quizá el punto más importante, dado que en buena medida constituye el tema principal de estos tres títulos. El padre de familia de La lección de alemán, un jefe de policía nazi fanático de la disciplina, nos ofrece el caso de reflexión más claro. Al relato le basta con llevar hasta las últimas consecuencias su obediencia a los superiores para desvelar cómo la humanidad desaparece dejándonos huérfanos ante la psicopatía pura. Se trata de desmontar el clásico argumento del que se limita a obedecer órdenes hasta dejarlo desnudo. Como los guardias fronterizos de Calle Bornholmer se pasan todo el metraje esperando una orden que nunca llega. En este caso, la indecisión termina por cuajar La Decisión: la del teniente coronel al mando de no ejecutar ninguna orden y dejar al fin abierta la frontera que separaba a las dos Alemanias. Una vez se renuncia a la dinámica de las órdenes y las jerarquías, aparece la humanidad. Por su parte, Je suis Karl estudia cómo surge ese fanatismo hacia la autoridad, cómo los elementos que en principio parecen atractivos esconden una negación de lo individual en favor del fervor colectivo transformado en odio e ira.
Perspectivas de la historia
Las tres películas se ubican en grandes momentos históricos: los meses finales de la Segunda Guerra Mundial (La lección de alemán), la apertura del muro de Berlín (Calle Bornholmer) y un golpe de estado del neofascismo europeo (Je suis Karl, en este caso una distopía, pero con claras resonancias históricas). Pero las tres renuncian a posicionarnos en la primera línea de los acontecimientos. No seguimos a los grandes protagonistas, sino a personajes al margen del poder central que se ven afectados por acontecimientos que los superan.
Géneros
Siendo películas con esa carga política e histórica, lo que sorprende de ellas es la variedad de registros genéricos con los que experimenta Schwochow. Calle Bornholmer es una comedia sin ambages, incluso con un punto escatológico a costa de unos personajes en principio poco propicios para el género. La lección de alemán se acerca más a las coordenadas del drama de época. Y Je suis Karl, en una llamativa pirueta, pivota del melodrama familiar descarnado al thriller político con un punto de distopía.
▶ Versión en alemán
© Revista EAM / Córdoba
* | Una sección auspiciada por el Goethe-Institut Madrid, institución pública cuya misión es promover, divulgar y promocionar el conocimiento de la lengua alemana y su cultura. |