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    Cine Alemán Siglo XXI

    Mitos de las películas de casinos que no son reales

    Mitos de películas de casinos que no son reales

    La realidad detrás de los casinos físicos más allá del cine

    Actualmente, los largometrajes muestran una perspectiva peculiar de los casinos físicos. Muchos consideran que contar cartas es pan comido, tal y como sucede en la escena de ¿Qué pasó ayer?, donde uno de los protagonistas (Alan), lo hace como todo un profesional, venciendo fácilmente a la casa y haciéndose con una gran cantidad de dólares. Sin embargo, cuando se trata de recurrir a los mejores casinos en Colombia o asistir a un centro de apuestas, la realidad es totalmente diferente, sobre todo, porque hay que considerar muchos puntos. Más allá del arte de «contar cartas», existen ciertos clichés que no pueden pasarse por alto.

    ¡Está a punto de caer!

    La frase «falta poco para que el bote caiga» resuena frecuentemente en las instalaciones de muchos casinos. La expresión hace referencia al hecho de que, a la hora de jugar a las tragamonedas, llegará el momento de ganar algo, aunque sea un una recompensa de menor proporción. Tras un gran número des partidas sin éxito alguno, los jugadores esperan que la tragamonedas conceda cualquier tipo de compensación. Sin embargo, la realidad es otra; las slots están presididas por un sistema Generador de Números Aleatorios (RNG), de manera que cada resultado surge de forma arbitraria.

    Cambiar de juego y «nada es lo mismo sin la palanca».

    De hecho, tanto el cine como la vida cotidiana han demostrado que no sirve de nada pasar de una tragamonedas a otra cuando se lleva tanto tiempo jugando sin ningún tipo de resultado. Lo cierto es que, aunque el usuario pruebe 100 slots diferentes, las posibilidades son las mismas, porque los resultados son altamente aleatorios. Igualmente, teniendo en cuenta el nivel de innovación del sector, muchos consideran que nada es lo mismo sin la palanca. Existe la creencia popular de que los botones no cumplen con lo necesario como para conceder una recompensa enorme. Con el paso del tiempo, la línea de juegos dio un gran paso al incorporarse al mundo online, sin contar la disposición de funciones más especializadas que los giros gratis y rondas de sustitución.

    Estrategias para ganar a las tragamonedas

    Los filmes hollywoodenses han confirmado que hasta los sistemas automatizados son predecibles. Escena tras escena, intentan aclarar que todo es cuestión de aplicar un poco de estadística, considerando una serie de factores, de manera que, en algún punto, sea posible determinar cuándo conviene registrar una apuesta de alta y baja valía. Según lo que ha mostrado la pantalla grande, existen grandes posibilidades de conocer el momento exacto en que caerá un bote o, al menos, una recompensa de menor proporción. No obstante, toda esta teoría es absurda, pues no hay patrones de por medio: el azar es la base de cada giro.

    Estadísticas en la ruleta

    Cuando se trata de sacar cálculos, las cosas pueden complicarse un poco, pero determinar exactamente dónde caerá la bola en una ruleta, sea americana, francesa, europea u otra, la situación se torna tan complicada como con las máquinas tragamonedas. También hay que tener en cuenta que una victoria certera no asegura que la próxima partida venga acompañada por un acierto igual de contundente. De hecho, así como es posible dar en el blanco cierto número de veces seguidas, existen grandes posibilidades de perder casi todas las apuestas registradas en una sesión de juego.

    Póker Face

    El cine también ha demostrado que una buena «Póker Face» es todo lo que se necesita para llevarse toda la recompensa con una pésima mano. Esta táctica tan sencilla puede servir en uno que otro escenario, pero implica gran riesgo. Muchísimos jugadores han intentado mantenerse inexpresivos durante una partida, pero, pese a mantener su posición, fueron descubiertos, generando que perdieran la ronda en un simple pestañeo. En algunos casos, es mejor ir por lo seguro: mantener la apuesta cuando no se tenga una buena mano y aumentar disimuladamente cuando se tenga un buen arsenal de cartas.

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