Cine alemán en la Berlinale 2022 (VI)
Talking About the Weather (Alle Reden Übers Wetter, Anika Pinske, 2022)
▶ Especial | Cine alemán Siglo XXI*
Talking About the Weather presenta una inteligente y ácida tragicomedia que aborda la identidad cultural fragmentada por la caída del telón de acero, desde una perspectiva casi de lo intrahistórico. Clara (una soberbia Anne Schäfer), académica, en proceso de terminar su tesis doctoral, se desliza entre la cotidianidad de sus estudios universitarios de Filosofía en Berlín, prepara papers y disertaciones, sin ocultar una gran ambición de progreso. Toda su energía está depositada en la universidad, aunque los otros elementos de su vida estén desconectados —la ambigua relación afectiva con un alumno, la difícil cercanía con su propia hija, quien vive con la nueva esposa de su ex marido, una suerte de antítesis de Clara—.
Esta obcecación se comprende con el transcurrir de una película que, en esencia, es un estudio de personaje. El inminente cumpleaños de la madre provoca el viaje de Clara y su hija adolescente de regreso al hogar de infancia: un pequeño pueblo al este de país, una localidad post soviética de campesinos, gente sencilla y poco formada culturalmente. Es en este entorno, en las antípodas del esnobismo intelectual mostrado en la primera parte del film, donde se revela la conflictiva crisis de identidad de su protagonista, un desprecio hacia las propias raíces, que, sin embargo, oculta en el fondo, muy en el fondo, cierto anhelo de pertenencia, cierta candorosa envidia hacia la vida simple. El ocurrente guion, también de Pinske, trufa Talking about the weather de un divertido cinismo y sutiles elementos cómicos como fachada de una profunda carga existencial.
Esta película parece en un principio enmarcarse casi en el género literario y cinematográfico «de campus»; un entorno en el que las afinidades académicas y las líneas de investigación teórica no ocultan la tensión de una constante competencia; un mundo en el que su protagonista nunca se siente parte, proveniente, como es, de un contexto sociocultural totalmente ajeno a aquellos hogares de linajes de doctores y profesores. Clara tiene la sensación de padecer el síndrome del impostor, de nunca dejar de sentirse cuestionada y observada, como pendiera constante la amenaza ser desvelada como un fraude o una gran decepción. Y, sin embargo, la tonalidad del film cambia en su ecuador hacia casi un género distinto, más costumbrista y cotidiano. Es en esta segunda parte en la que podemos apreciar algo así como el otro lado del espejo, para acabar de configurar al personaje protagonista en todo su esplendor y tridimensionalidad. El sólido largometraje de Annika Pinske reflexiona hábilmente acerca de la herencia cultural como rasgo identitario.
▶ Versión en alemán
© Revista EAM / Berlín
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