Recordando tiempos mejores
Crítica ★★☆☆☆ de «Reminiscencia», de Lisa Joy.
Estados Unidos, 2021. Título original: Reminiscence. Dirección: Lisa Joy. Guion: Lisa Joy. Producción: FilmNation Entertainment / Kilter Films / Michael De Luca Productions. Fotografía: Paul Cameron. Montaje: Mark Yoshikawa. Música: Ramin Djawadi. Diseño de producción: Howard Cummings. Dirección artística: Matthew Gatlin. Decorados: Leonard R. Spears. Vestuario: Jennifer Starzyk. Reparto: Hugh Jackman, Rebecca Ferguson, Thandie Newton, Cliff Curtis, Marina de Tavira, Daniel Wu, Mojean Aria, Brett Cullen, Natalie Martinez, Angela Sarafyan. Duración: 116 minutos.
Westworld fue una de las series que mayor impacto causaron en su estreno en HBO hace cinco años. Esa distopía sobre un parque de atracciones basado en una inquietante inteligencia artificial, tan desarrollada que se confundía con la humana, ejecutaba con energía y eficacia su idea rompedora, pero en realidad esta no era original, pues partía de la película de 1973 escrita y dirigida por Michael Crichton (sí, la misma mente detrás de Jurassic Park). Valga el dato para adelantar que Lisa Joy, creadora de dicha serie junto a Jonathan Nolan (el hermano de Christopher Nolan), dio su gran impulso en la industria audiovisual con un proyecto cuya premisa presentaba como innovador, casi revolucionario, un argumento que ya había sido ideado en el siglo pasado. No es algo que por sí solo merezca una crítica, pero revela un problema bastante extendido en el panorama televisivo y cinematográfico moderno (problema por lo demás lógico dada la propia evolución y los precedentes de este negocio), como es la escasez de historias que no recurren a elementos reciclados. Y nos permite contextualizar el debut en el largometraje de Joy (coproducido con el citado Nolan), recién llegado a nuestra cartelera: Reminiscencia (Reminiscence, 2021). Título ciertamente irónico, porque, de nuevo, quiere contarnos una historia en un contexto alternativo, nunca antes visto, y sin embargo nos recuerda constantemente lo que hemos visto en anteriores películas.
La trama sigue aquí las peripecias y tribulaciones de Nick Bannister (Hugh Jackman), veterano de una guerra futurista que, junto a su compañera Watts (Thandie Newton, una de las protagonistas de Westworld), recibe a una ecléctica clientela interesada en revivir, literalmente, sus recuerdos. Esto se logra gracias a una máquina en la que el cliente en cuestión se sumerge, conectado a un peculiar mecanismo en que la voz de Bannister guía a la persona hacia el recuerdo que quiere recrear, el cual además se visualiza, como un holograma, en una pequeña plataforma aneja. Una vez introducida y explicada esta actividad, llega el cliente que desencadenará la trama propiamente dicha: la misteriosa Mae (Rebecca Ferguson), una mujer con un elegante vestido rojo y unos llamativos pendientes que dice haber perdido sus llaves, y para recordar dónde las ha dejado recurre a los servicios de Bannister y Watts. Ya el detalle de la pérdida de unas llaves, que metafóricamente abren algo más que la casa de Mae, anticipa otras alegorías más o menos sutiles que alimentarán este thriller, la más explícita de las cuales es la propia concepción de un mundo postapocalíptico, centrado en una ciudad de Miami totalmente inundada, donde las estructuras sociales, la arquitectura y las costumbres han transmutado para en el fondo reproducir los mismos problemas de siempre.
El principal inconveniente es que la descripción de ese mundo repleto de posibilidades dramáticas y de imágenes que también quieren quedar para el recuerdo solo se realiza durante las transiciones en que el protagonista se desplaza de un sitio a otro. Para compensar esa carencia descriptiva, su voz en off nos da más información sobre lo que ha sucedido en la ciudad y sobre cómo funcionan ahora las cosas, pero esa narración expositiva no encaja muy bien con la alegoría visual. Y es que no queda muy claro el tipo de historia que Joy nos quiere contar, en una mezcla de géneros donde no emerge una voz distintiva. Los momentos más interesantes son los de la incógnita que rodea a Mae y la fascinación que despierta en Nick, sobre todo en esa primera secuencia en que se conocen a causa del trabajo de este último. En ella sí se logra una cierta inmersión, mientras Nick guía a Mae por su memoria, hasta la canción que entona esta última, aunque advertimos que sobre este detalle gira la estructura de un guion basado en casualidades poco verosímiles. Por ello lo más provechoso para esta película habría sido ceñir el foco al suspense y la intimidad como ingredientes fundamentales del relato neo-noir, dejando de lado algunas subtramas (como la superficial de los terratenientes de Miami o la poco creíble escapada a Nueva Orleans) que, más que aportar capas al misterio general, distraen y detraen de su esencia.
▼ Reminiscence, Lisa Joy.
Romantic Sci-Fi de bajo vuelo.
Romantic Sci-Fi de bajo vuelo.
«Reminiscencia es la película que es, técnicamente competente y no exenta de virtudes, más propias de su potencial y del carisma de sus intérpretes que de lo que se consigue con ello».
En suma, habría sido mucho más atractivo un relato que, respetando esta misma premisa y su contexto, hubiera seguido un camino más reducido, con menos escenas y mejor elaboradas, con un suspense que podría haber ido creciendo poco a poco y una intimidad que podría haberse derivado antes de la sugerencia que de un puñado de imágenes (aquellas más románticas entre Nick y Mae) de una estilización cercana al videoclip o al anuncio publicitario. En cualquier caso, Reminiscencia es la película que es, técnicamente competente y no exenta de virtudes, más propias de su potencial y del carisma de sus intérpretes que de lo que se consigue con ello, y con unos defectos que, más allá del comentario anterior, se deben en suma a la poca confianza que Joy y su equipo parecen tener en la inteligencia del espectador. Esto provoca que la cinta se crea en la necesidad de tener que explicarnos y recordarnos casi todo (hay una escena tardía muy reveladora en este sentido, cuando Mae ha dejado una pista clave para que Nick siga su rastro, y esto es evidente sin que Nick tenga que decirlo expresamente), cuando ese recuerdo debería emanar por sí solo, sobre todo en un filme con la premisa antedicha y con unos obvios referentes (desde Blade Runner hasta Origen) que no hacen sino retroalimentar su imaginario.
© Revista EAM / Madrid