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    Cine Alemán Siglo XXI

    Menú fílmico para una cuarentena: Emilio Luna

    Menú fílmico para una cuarentena

    Volumen I prescrito por Emilio M. Luna.

    No es del todo fácil refugiarse en la ficción cuando la realidad emerge de una forma tan implacable e inasumible. Resulta complicado apartar la vista, aunque sea solo por un instante, de toda fuente de (des)información que nos describe este lunes eterno al que nos vemos abocados. Aun con ello, y con ese llanto y crujir de dientes que habita en nuestro interior y que surge ante la incertidumbre, llega un momento en la que el cuerpo y, sobre todo, la mente se anestesian, se acomodan, volviendo a abrazar lo que sentimos nuestro, lo que perdura en nuestra memoria. Poco podemos hacer ahora, salvo ser nosotros mismos e intentar evadirnos y disfrutar con historias de las que, hoy más que nunca, nos gustaría formar parte. Siempre con el deseo de que, tras abandonarlas, retornemos a una realidad mucho más segura y libre.

    Disculpen de antemano el tono melancólico del primer párrafo. El objetivo de este artículo, el primero de varios que firmarán redactores de esta publicación, es ofrecerles caminos hacia el ocio que hagan más llevadero el aislamiento en nuestros domicilios. Algunos senderos son de sobra conocidos; otros, atienden a pulsiones u obsesiones del firmante. Habrá lugar para pequeñas joyas o descubrimientos que pasan desapercibidos en los rincones de los catálogos de los servicios de «streaming»; también para el cine clásico y la lectura. De esta manera, navegamos por Netflix, Amazon Prime, HBO, Apple TV, Mubi y, ante todo, Filmin, para sugerirles un menú fílmico que les haga reflexionar y disfrutar; emocionarse, sentir, en definitiva. Un planning que habla, como les decíamos, del prescriptor y está compuesto por títulos que van más allá de cualquier evento o calendario. Adelante.

    Oh Boy, Jan-Ole Gerster; Certain Women, Kelly Reichardt.
    Call me by your name, Luca Guadagnino; Leto, Kirill Serebrennikov.


    ETERNOS AMANECERES


    Oh Boy (íd, Jan-Ole Gerster, 2012). La pueden ver en Filmin.

    Dramedia que nos propone un viaje por el Berlín nocturno motorizado por los deseos de su protagonista, Niko, de tomarse una taza de café. Oh Boy desvela el corazón melancólico de una generación, la surgida en la post-unificación, a la deriva ideológica y emocionalmente. Su moderado éxito –triunfó en los Lola, los premios de la industria germana, y fue nominada al EFA a mejor película— no le valió a su autor para encontrar un fácil acomodo en la industria.

    Certain Women (íd, Kelly Reichardt, 2017). La pueden ver en Apple TV.

    La obra más accesible de esta anomalía en el circuito independiente norteamericano llamada Kelly Reichardt. Una cineasta de estilo y personalidad innegociables que en su penúltimo filme aborda las historias de cuatro mujeres independientes, interpretadas por Laura Dern, Michelle Williams, Kristen Stewart y Lily Gladstone, que anhelan una autorrealización que rompa la monotonía de sus vidas. Una vez más, Reichardt transforma lo ordinario, lo cotidiano, en algo extraordinario.

    Call me by your name (íd, Luca Guadagnino, 2017). La pueden ver en Netflix.

    Refugio para aquellas almas que florecen en estío. La detallada puesta en escena de Guadagnino nos sumerge en las sensaciones que evoca la estación romántica por antonomasia. Necesita poca presentación más esta maravillosa historia de amor gestada por André Aciman y corporeizada por unos magníficos Timothée Chalamet y Armie Hammer. A propósito de Call me by your name, Aarón Rodríguez Serrano publicó en 2019 una serie esencial de videoensayos que unen el filme de Guadagnino con las ideas de filósofos presocráticos, socráticos y neoplatónicos.

    Leto (íd, Kirill Serebrennikov, 2018). La pueden ver en Movistar Plus.

    A la salida del Kinosal C, una de las salas más bonitas del Festival de Karlovy Vary, mi amigo y compañero Manu Argüelles espetaba que, en su último trabajo, el cineasta ruso se «gustaba en exceso alargando la última parte del metraje». Si de un servidor dependiera, ojalá lo hubiera hecho todavía más; solo por permanecer al menos otro nuevo minuto en esos rincones del Leningrado de los 80, donde se movían entre las sombras jóvenes intérpretes sin identidad cuyos sueños estaban bañados por la música de David Bowie, Iggy Pop o Lou Reed.

    The Good Heart, Dagur Kári; Entre nosotros, Maren Ade.
    Violet, Bas Devos; Columbus, kogonada.


    DIAMANTES EN BRUTO


    The Good Heart (íd, Dagur Kári, 2009). La pueden ver en Filmin.

    De la última camada de realizadores islandeses, Dagur Kári es la excepción que rompe el molde de la fría puesta en cuadro ficcional de sus coterráneos, apostando por una mirada cercana a personajes heridos y automarginados. Este es el caso de Lucas (Paul Dano), un homeless que erra al intentar acabar con su vida y termina en la habitación de un hospital donde conoce a Jacques, el volátil regente de un bar en bancarrota. De esta manera, comienza una extraña amistad que articula este cuento moderno sobre la compasión.

    Entre nosotros (Alle Anderen, Maren Ade, 2010). La pueden ver en Filmin.

    Antes de acometer una de las cumbres de este siglo XXI, Toni Erdmann, la cineasta y productora karlsruhense Maren Ade delimitó las constantes de su cine con este relato sobre la convivencia de una pareja dominada por la inseguridad y el infantilismo. Un concepto este último que permite una extraña conexión con los personajes en una cinta tan anticlimática como magnética, que traduce los traumas inherentes a la pareja de tal forma que las equivalencias con la realidad vivida sean inevitables.

    Violet (íd, Bas Devos, 2014). La pueden ver en Filmin.

    El año pasado Bas Devos estrenó dos películas, Hellhole –ambientada justamente en un lockdown, el del barrio de Molenbeek post-atentado de Saint-Denis— y Ghost Tropic, anverso y reverso emocional de su debut, un filme que ahonda en el drama de Jesse, un joven ciclista BMX que ha perdido ante sus ojos a un amigo, víctima de un asalto en un centro comercial. Devos, a través de la cámara dirigida con maestría por Nicolas Karakatsanis, delinea el vacío y el sentimiento de culpa del joven a través de numerosos planos fijos y planos-secuencia, a cada cual más virtuoso. Violet es un proceso de hipnosis inédito y subyugante, cuyas imágenes se agarran como raíces a nuestra memoria.

    Columbus (íd, kogonada, 2017). La pueden ver en Filmin.

    Historia de un breve encuentro. El de Jin, un traductor surcoreano desencantado por su trabajo y por la relación con su padre, con Casey, una entusiasta de la arquitectura que decidió quedarse en su ciudad natal para cuidar de su madre, en constante período de rehabilitación. La conexión entre ambos, en una relación que camina entre la atracción intelectual y la dependencia emocional, articula esta sensacional película sobre las expectativas no colmadas desarrollada sobre Columbus, Indiana, uno de los escenarios-icono de la arquitectura postmodernista estadounidense. Es uno de los debuts más estimulantes de los últimos años, que nos descubre a kogonada, un realizador que logra, como los edificios del filme, un perfecto equilibrio entre forma y emoción.

    Fuerza bruta, Jules Dassin; Pero... ¿quién mató a Harry?, Alfred Hitchcock.
    Mi tío, Jacques Tati; Trenes rigurosamente vigilados, Jirí Menzel.


    CLÁSICOS SIEMPRE


    Fuerza bruta (Brute Force, Jules Dassin, 1947). La pueden ver en Filmin.

    Si, por casualidad, tienen la oportunidad de encontrarse por primera vez con alguna pieza del legado fílmico de Jules Dassin, están de enhorabuena. Van a conocer a uno de los cineastas más particulares del cine estadounidense de los años 40-50 –formado bajo la mirada de Alfred Hitchcock— que reformuló visualmente el noir con títulos como La ciudad desnuda (1948) y esta Fuerza bruta (1947). Protagonizada por Burt Lancaster, esta sobresaliente muestra de género está roturada narrativamente por la planificación de un grupo de reclusos de la huida de la penitenciaría Westgate. Cuenta con la partitura de Miklós Rózsa y la dirección de fotografía de William H. Daniels.

    Pero… ¿quién mató a Harry? (The Trouble With Harry, Alfred Hitchcock, 1955). La pueden ver en Filmin.

    Y hablando de Hitchcock –ojo, amantes de Brooklyn Nine-Nine, sí pero no. Cualquier proposición que cuente con su rúbrica es un acierto seguro. The Trouble with Harry suele ser una habitual ausencia cuando se valora grosso modo los puntales de la filmografía del maestro británico. A todas luces injustamente, ya que estamos ante uno de sus trabajos que posee, por lúdico y desenfadado, mejor balance entre comedia e intriga. Especial relevancia tienen sus notables diálogos, compuestos por el guionista John Michael Hayes –que traslada la prosa de Jack Trevor Story—, creador del libreto de La ventana indiscreta (1954).

    Mi tío (Mon oncle, Jacques Tati, 1958). La pueden ver en Filmin.

    Un efecto recurrente en muchas de las cintas aquí mencionadas es su capacidad de emocionar desde lo más nimio, sin necesidad de sobrecargar ni enfatizar. Precepto fundamental de la idiosincrasia fílmica de Jacques Tati, uno de los grandes maestros de la comedia. En la entrañable Mi tío, se alza en contra del capitalismo salvaje y la tecnocracia emergente a finales de los 50 que siguen fundamentando, a veces por desgracia, la sociedad contemporánea. Lo hace con mimo –cuidando a personajes— y con una ironía elegante, para que la que el tiempo no pasa. Ver cualquier creación de Tati es un placer, más en estos tiempos donde el mensaje está engullido por el medio.

    Trenes rigurosamente vigilados (Ostre Sledované Vlaky, Jirí Menzel, 1966). La pueden ver en Filmin.

    Uno de los blasones de la Nueva Ola Checoslovaca que dio fama a la gran generación de realizadores del país centroeuropeo comandada por Miloš Forman, Věra Chytilová, Jan Němec o Jiří Menzel. Este último dirige este largometraje que nos ubica en la Checoslovaquia ocupada por los nazis. En una estación de tren de Lodenice, por donde pasan convoyes de gran importancia para el desarrollo del conflicto, Milos, un joven revisor, encontrará la vía de escape para él y su familia de la opresión germana. Es una adaptación de la novela de Bohumil Hrabal donde la comedia devora al drama a base de ternura. Es la gran película de Menzel; un canto a la vida y a la resiliencia.

    Caro Diario, Nanni Moretti; La chica de CIPOL, Sam Rolfe.
    El hidalgo de los mares, Raoul Walsh; Vida oculta, Terrence Malick.


    FESTÍN DE LETRAS


    Si la apuesta de cine en «streaming» no fuera del todo firme, solidificamos este menú con el germen de muchas de estas palabras: los libros. Si hablábamos anteriormente de «eternos amaneceres», nada puede definir mejor el acto de adentrarse en los textos de Aarón Rodríguez Serrano y David Tejero Nogales, dos de los mejores críticos de este país. El primero publicó hace un par de años un riguroso estudio sobre uno de los grandes directores italianos de las últimas tres décadas, Nanni Moretti. Un análisis roturado por la fascinación que siente el autor por Caro Diario (1993), culmen del universo morettiano. El segundo, una autoridad en cuanto a música cinematográfica se refiere, firma en Todo es música. Sinergias musicales entre cine y televisión una carta de amor a todas aquellas partituras que han elevado el corpus fílmico y televisivo, y provocado esa simbiosis que define, auditivamente hablando, nuestro sentimiento por este arte. Similar admiración genera Carlos Losilla, una las plumas más lúcidas del sector que se presta a navegar, como el capitán Horatio Hornblower, el protagonista de El hidalgo de los mares (1951), por la filmografía de Raoul Walsh, uno los baluartes del cine de aventuras de la Edad de Oro de Hollywood. El resultado es un recorrido primoroso que invita a la revisión y al descubrimiento de un tiempo pasado que siempre fue mejor. Para concluir, un trabajo heredero de una tesis doctoral llevada a cabo por el joven Pablo Alzola Cerero. En ella, se aproxima sin ocultar su entusiasmo al legado de Terrence Malick con el motivo del estreno de la infravalorada A Hidden Life (2019). Especialmente interesante resulta la equiparación del sustrato narrativo del cineasta tejano con la teórica transcendentalista de Henry David Thoreau, Ralph Waldo Emerson y Margaret Fuller. Un buen complemento para aquellos que disfrutaron de filmes como Malas tierras (1973), Días de cielo (1978) o El nuevo mundo (2006).

    Nanni Moretti. Aarón Rodríguez Serrano (Cátedra, 2018).
    Todo es música. Sinergias musicales entre cine y televisión. David Tejero Nogales (Festival Ibérico, 2019).
    El cine de Terrence Malick. La esperanza de llegar a casa. Pablo Alzola Cerero (EUNSA, 2020).
    Raoul Walsh. Carlos Losilla (Cátedra, 2020).

    «El amor puede surgir de una sola metáfora». Cuídense, cuiden a los demás.

    El perdón Fantasías de un escritor Memoria Clara Sola
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