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    Cine Alemán Siglo XXI

    Crítica | It: Capítulo 2

    El triunfo de los Perdedores

    Crítica ★★★★☆ de «It. Capítulo 2» de Andy Muschietti.

    Estados Unidos, 2019. Título original: It. Chapter Two. Director: Andy Muschietti. Guion: Gary Dauberman, Jeffrey Jurgensen (Novela: Stephen King). Productores: Roy Lee, Dan Lin, Barbara Muschietti. Productoras: New Line Cinema / KatzSmith Productions / Lin Pictures / Vertigo Entertainment. Fotografía: Checco Varese. Música: Benjamin Wallfisch. Montaje: Jason Ballantine. Reparto: Jessica Chastain, James McAvoy, Bill Hader, Isaiah Mustafa, Jay Ryan, James Ransone, Andy Bean, Bill Skarsgård, Sophia Lillis, Jaeden Martell, Finn Wolfhard, Chosen Jacobs, Jeremy Ray Taylor, Jack Dylan Glazer,Nicholas Hamilton, Teach Grant, Xavier Dolan, Joan Gregson.

    La promesa estaba hecha. Un juramento de sangre realizado en medio del bosque por los amigos autodenominados, con mucho orgullo, los “perdedores”, dejó claro que la suya no se trataba de una despedida sino de un hasta luego. Corría el año 1989 cuando Bill, Stan, Ben, Richie, Eddie, Mike y la atormentada Beverly consiguieron devolver por primera vez al sádico payaso Pennywise a las profundidades de las que nunca debió salir y, como reza la maldición, pasarían 27 años más hasta que este volviese a emerger para cobrarse su venganza. La historia de It (Eso), nombre con la que se denomina a la aterradora criatura que se vale de los miedos más ocultos de los niños para llevárselos consigo, ya había sido trasladada con buena aceptación a la pequeña pantalla en la miniserie de 1990 dirigida por Tommy Lee Wallace. Sin embargo, aquellos 192 minutos no fueron suficientes para capturar toda la complejidad de una de las novelas más célebres del prolífico Stephen King, así que ha sido el director de Mamá (2013), Andy Muschietti, quien ha tenido la suerte de poder hacer justicia al material literario con uno de los proyectos más ambiciosos del género de terror reciente. New Line Cinema, mítica productora absorbida por Warner en 2008, está detrás de una gran producción que sus responsables han tenido el acierto de dividir en dos películas, la primera de las cuales se estrenó en 2017 convirtiéndose de manera instantánea, no solo en un éxito de crítica, sino también en el título de terror más taquillero de la historia del cine, desbancando con sus 700 millones de dólares recaudados a El sexto sentido (M. Night Shyamalan, 1999). Aquel primer capítulo narraba la etapa infantil de los protagonistas y su mayor acierto residió en un impecable casting de actores jóvenes, destacando la frescura y gran madurez de Sophia Lillis en el papel de Beverly.

    It. Capítulo 2 (2019) lo ha tenido difícil para estar a la altura de su antecesora, ya que la parte más interesante de la historia estaba en aquella primera mitad y era complicado encontrar a unos actores adultos que supieran recoger el testigo de los brillantes niños y resultar igual de convincentes en sus roles. Por fortuna, eso es algo que Muschietti ha sabido solventar con inteligencia, regalando a Jessica Chastain, su musa en Mamá, el maravilloso personaje de Beverly, ese primer amor de sus compañeros de pandilla, especialmente del tímido Ben, para quien el pelo rojo de la muchacha es fuego de invierno, brasas de enero donde arde su corazón. A su lado, James McAvoy, Isaiah Mustafa, Jay Ryan y Andy Bean están simplemente correctos en las versiones adultas de Bill, Mike, Ben y Stan, respectivamente, ya que sus labores palidecen ante las de los sorprendentes James Ransone, como el hipocondríaco Eddie, y, sobre todo, un magnífico Bill Hader como el chistoso Richie, protagonista de algunos de los momentos más emotivos de la función, que consiguen despuntar dentro del perfecto reparto. Conscientes de que la ausencia de las jóvenes estrellas de la primera entrega se haría notar demasiado, los guionistas rescatan, mediante constantes flashbacks, acontecimientos inéditos del pasado que posibilitan su presencia en una nueva película muy generosa en metraje (2 horas y 45 minutos) y bastante más oscura y violenta que la anterior. Muschietti deja constancia de que no teme la calificación R con un prólogo brutal, en el que una pareja gay es víctima de un sangriento ataque homófobo por parte de unos matones del pueblo, momento que propicia la primera aparición en pantalla de ese Pennywise al que Bill Skarsgård ha sabido tomarle la medida magistralmente. A partir de ahí, It. Capítulo 2 se revela como un verdadero descenso a los infiernos para el maduro Club de los Perdedores, reunidos de nuevo en Derry para tratar de acabar, de una vez por todas, con la criatura que una vez corrompió sus infancias, mientras los miedos y traumas de un pasado que creían tener olvidado, vuelven a aflorar con más fuerza que nunca.

    «It. Capítulo 2 y, por extensión, su primera parte, destacan por la maravillosa visión que ofrece de la amistad, logrando que trascienda más allá de la colección de contundentes sustos para colarse entre las aportaciones más emocionantes y perdurables aportaciones surgidas de la imaginación del escritor de Maine».


    Andy Muschietti y su equipo han sabido entregar una continuación que funciona, manteniendo el obligado equilibrio con la primera parte, con la que forma un conjunto armonioso y lleno de fuerza. La producción es espectacular, las set pieces terroríficas resultan todo lo deslumbrantes que cabría esperar de un producto de la envergadura del que nos ocupa, con unos excelentes efectos especiales capaces de recrear las múltiples formas que Pennywise adopta para atemorizar a sus víctimas, logrando que cada aparición del monstruo sea saludada como todo un placer para los fanáticos del género. En lo que falla el filme es en algunos (pocos, menos mal) golpes de humor, insertados en la historia sin demasiado acierto, que amenazan con romper la negrura del relato para caer en la autoparodia involuntaria, y en algún pasaje un tanto alargado que hace que el ritmo se resienta peligrosamente. No es una película perfecta. De hecho, está un paso por debajo del capítulo uno, pero sí funciona de manera muy convincente como condensación de todos los temas y obsesiones que Stephen King ha volcado en su obra durante los últimos cuarenta años. Pero, sobre todo, muy por encima de su condición de cumplidora pieza de género terrorífico, It. Capítulo 2 y, por extensión, su primera parte, destacan por la maravillosa visión que ofrece de la amistad, logrando que trascienda más allá de la colección de contundentes sustos para colarse entre las aportaciones más emocionantes y perdurables aportaciones surgidas de la imaginación del escritor de Maine. Una amistad que se vive con toda intensidad durante la preadolescencia y que ni el paso de los años, con la entrada en la edad adulta y las responsabilidades que ello acarrea, consiguen hacer que se olviden unos vínculos tan puros y reales, fortalecidos, además, por la experiencia traumática que a sus protagonistas les tocó vivir siendo solo unos niños. Como decía Richard Dreyfuss al final de la nostálgica Cuenta conmigo (Rob Reiner, 1986), otra de sus mejores adaptaciones al cine: “Nunca he vuelto a tener amigos como los que tuve a los 12 años. Dios mío, ¿alguien los tiene?”. Razón no le faltaba | ★★★★☆


    José Martín León
    © Revista EAM / Madrid


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