Bochorno en la Oscar Race
Ganadores de la 76ª edición de los Globos de Oro
En la temporada de premios más comercial que se recuerda, los Globos de Oro han sido fieles a sí mismos y ofrecido puro bochorno con su palmarés, otorgando sus máximos galardones a dos películas confeccionadas con el único afán de entretener a los espectadores menos exigentes. Así, el Green Book de Peter Farrelly, que por lo menos es innegablemente divertido pese a abordar la cuestión racial desde una óptica reaccionaria, se alzó con los reconocimientos a mejor película (comedia o musical), mejor actor de reparto para Mahershala Ali (a quien, a diferencia de la Academia, la Asociación de Prensa Extranjera no había premiado hace dos años por Moonlight) y mejor guion, mientras que el Bohemian Rhapsody “de nadie” (Bryan Singer fue despedido a mitad de rodaje por su falta de profesionalidad, entre rumores de acoso sexual, y sustituido por Dexter Fletcher, pero nadie parece atreverse a citar a ninguno de los dos) venció a última hora en los dos únicos apartados a los que optaba: mejor película (drama) y mejor actor de drama para un sobreactuado Rami Malek que, como la propia obra, apenas nos deja conocer al verdadero Freddie Mercury entre tanto aspaviento y tan poca valentía. Tanto Ali como Malek encarnan, por cierto, a personajes homosexuales, al igual que hacen tres de los mejores vencedores de la noche: Olivia Colman, indiscutible mejor actriz de comedia o musical por la magnífica La favorita; Darren Criss, deliciosamente neurótico en American Crime Story: El asesinato de Gianni Versace (reconocida también como mejor miniserie pese a la derrota en el ámbito secundario femenino de Penélope Cruz frente a Patricia Clarkson, única victoria de la también excelente Heridas abiertas) y Ben Whishaw, tan deliciosamente británico como siempre en A Very English Scandal, tercera miniserie magistral en discordia. Tristemente, sin embargo, tan sólo este último es él mismo gay, lo cual no sería un problema de no ser porque tampoco lo era ninguno de los premiados por encarnar a personajes heterosexuales.
En otro orden de cosas, Glenn Close se hizo con su primer Globo de Oro cinematográfico (ya tiene dos por sus trabajos televisivos) y dio el discurso más conmovedor y sincero de la noche, ganando así los puntos que le faltan para un Oscar que anhela más que nadie y, sin embargo, no merece ganar por la flojísima La buena esposa. Lo más celebrado de su triunfo fue, sin duda, que tuvo lugar por encima de Lady Gaga, cuyo trabajo protagonista en Ha nacido una estrella es tan rematadamente falso como las lágrimas que derramó al ganar el entorchado más cantado de la noche: mejor canción por “Shallow”. Lo que nadie esperaba, eso sí, es que aquel sería el único reconocimiento a la sobrevalorada ópera prima de Bradley Cooper, quien, además de perder como director, lo hizo por tercera vez como intérprete frente al mentado Malek y posiblemente lo haga por cuarta en los Oscar bien contra él bien contra Christian Bale, premiado por los Globos de Oro por segunda vez por la irregular El vicio del poder con un trabajo donde prima más la transformación que la actuación. Dicha cinta, que empezó pisando fuerte en los premios de la crítica hasta que el consenso fue confirmado como negativo (sí, así de absurda es a veces la Oscar Race), perdió los otros cinco laureles a los que optaba, incluyendo el de mejor actriz de reparto para Amy Adams (quien, pese a no haber ganado nunca el Oscar, tiene ya dos Globos de Oro en su haber), recogido en su lugar por Regina King por la maravillosa y mediáticamente maltratada El blues de Beale Street, que sin lugar a dudas debería haberse impuesto en el terreno dramático al no estar siquiera nominada El primer hombre (con la que el compositor Justin Hurwitz, receptora de la mejor música original, está repitiendo el éxito de La La Land pero Damien Chazelle, no) y no poder optar al mismo Roma por tratarse de una producción en lengua no inglesa (regla ridícula donde las haya que hizo un hueco a Black Panther).
Por Roma hizo doblete Alfonso Cuarón tanto en el apartado foráneo como en el de mejor dirección, confirmándose como el favorito a una estatuilla dorada que, de terminar ganando, habría ido a manos mexicanas en cinco de las seis últimas ceremonias. ¿Qué pensará Trump de todo esto? A destacar, también, el triunfo de la aclamada Spider-Man: un nuevo universo en el poco destacable terreno animado, así como los de la ya mítica The Americans (que ha tenido que esperar a su sexta y última temporada para ser designada como mejor serie dramática pese a perder sus dos protagonistas, quizá con justicia, frente al Richard Madden de Bodyguard y la Sandra Oh de Killing Eve, esta última, por cierto, presentadora junto a Andy Samberg de una de las ceremonias más aburridas que recuerdan los habitualmente jocosos Globos de Oro) y la encantadora El método Kominsky (receptora tanto de la mejor serie cómica como de la mejor interpretación masculina en dicho campo, para Michael Douglas, en ambos casos por encima de la igualmente notable Barry, creada y protagonizada por Bill Hader), nuevo recordatorio de que los intérpretes mayores (en este caso, Alan Arkin, de 84 años, y el mentado Douglas, de 74) piden a gritos seguir demostrando lo que valen. El palmarés televisivo se completa con dos extraordinarias mujeres: Patricia Arquette, quien no esperaba ganar por la miniserie Fuga en Dannemora al haberlo hecho tan recientemente por Boyhood, y Rachel Brosnahan, quien probablemente sí lo esperaba precisamente por acabar de hacerlo por La maravillosa Sra. Maisel, que le ha valido así dos entorchados consecutivos. Y es que, aunque a diferencia de los Emmy, los Globos de Oro evitan repetir en la medida de lo posible, no había forma humana de negar el premio a la interpretación más fresca, empática y feminista del momento, una que desde luego no compensa el hecho de que las únicas mujeres que recogieron galardones en toda la noche eran actrices. Y eso que se entregaron hasta veinticinco; veintisiete, si contamos lo reconocimientos a las carreras de Jeff Bridges y una conmovida Carol Burnett en cuyo honor, pero sobre todo en el de la extraordinaria etapa que atraviesa el panorama televisivo, se entregará a partir de ahora cada año un premio honorífico también en dicho apartado. || Juan Roures (Madrid).
CINE
- Mejor película dramática: Bohemian Rhapsody, de Dexter Fletcher.
- Mejor película cómica/musical: Green Book, de Peter Farrelly.
- Mejor dirección: Alfonso Cuarón, por Roma.
- Mejor actor en drama: Rami Malek, por Bohemian Rhapsody.
- Mejor actor en comedia/musical: Christian Bale, por El vicio del poder.
- Mejor actriz en drama: Glenn Close, por La esposa.
- Mejor actriz en comedia/musical: Olivia Colman, por La favorita.
- Mejor actor secundario: Mahershala Ali, por Green Book.
- Mejor actriz secundaria: Regina King, por El blues de Beale Street.
- Mejor guion: Brian Hayes Currie, Peter Farrelly, Nick Vallelonga, por Green Book.
- Mejor banda sonora: Justin Hurtwitz, por First Man.
- Mejor canción: «Shallows», de Ha nacido una estrella.
- Mejor película de animación: Spider-Man: Un nuevo universo, de Bob Persichetti, Peter Ramsey, Rodney Rothman.
- Mejor película extranjera: Roma, de Alfonso Cuarón (México).
TELEVISIÓN
- Mejor serie dramática: The Americans (6T, FX).
- Mejor serie cómica: El método Kominsky (1T, Netflix).
- Mejor TV Movie o miniserie: El asesinato de Gianni Versace (FX).
- Mejor actor en drama: Richard Madden, por Bodyguard.
- Mejor actriz en drama: Sandra Oh, por Killing Eve.
- Mejor actor en comedia: Michael Douglas, por El método Kominsky.
- Mejor actriz en comedia: Rachel Brosnahan, por La maravillosa Sra. Maisel.
- Mejor actor en TV Movie o miniserie: Darren Criss, por El asesinato de Gianni Versace.
- Mejor actriz en TV Movie o miniserie: Patricia Arquette, por Escape at Dannemora.
- Mejor actor secundario: Ben Whishaw, por A Very English Scandal.
- Mejor actriz secundaria: Patricia Clarkson, por Heridas abiertas.
Listado de candidaturas de la 76ª edición de los Globos de Oro.
Videoresumen, cortesía de Washington Post.