Las 10 mejores películas de John Carpenter
Clasificamos la filmografía de uno de los grandes directores de la historia del cine fantástico.
No cabe duda de que si hablamos de cine fantástico y de terror en las décadas de los 70 y 80, un nombre que no podría faltar es el de John Carpenter, toda una institución en el género y leyenda viva que, pese a llevar años de retiro, sigue muy presente en la actualidad gracias a las revisiones y remakes que, a partir de sus grandes éxitos, se siguen realizando. Nacido en Nueva York, en 1948, mamó desde la más tierna niñez buen cine clásico, siendo especial amante de los westerns dirigidos por dos grandes maestros como John Ford y Howard Hawks, influencias que, de una manera u otra, encontraríamos en su obra, así como de clásicos de la ciencia ficción de serie B, con El enigma de otro mundo (Christian Nyby, Howard Hawks, 1951), a la cabeza. Abandonó sus estudios en la University of Southern California's School of Cinematic Arts, que había comenzado en 1968, para perseguir su sueño de convertirse en realizador, dirigiendo su ópera prima, Dark Star (1974), modestísima sátira de ciencia ficción en la que ya ejerció de hombre orquesta, produciendo, componiendo la música (algo que repetiría en la mayoría de sus películas), editando y co-escribiendo el guion junto a Dan O'Bannon, responsable, años después del libreto de Alien, el 8º pasajero (Ridley Scott, 1979). Sin ser ninguna maravilla, esta primera obra ya dio muestras de lo que Carpenter podría llegar a ofrecer con un presupuesto limitado pero mucha creatividad, abriéndole las puertas a producciones más relevantes.
Fue su segundo trabajo, el thriller claustrofóbico Asalto a la comisaría del distrito 13 (1976), el que brindó el primer éxito de crítica de su carrera, mientras que, con su tercera película, La noche de Halloween (1978), se consolidó como uno de los cineastas más prometedores de la época. Aquel slasher se convirtió en un enorme éxito de taquilla que dio lugar a numerosas secuelas y sucedáneos, y hoy está considerado uno de los clásicos intocables del cine de terror moderno. Con la protagonista de aquella, Jamie Lee Curtis, volvió a repetir dos años después en otra joyita del género como La niebla (1980), pero, entre ambas películas, Carpenter había incursionado con éxito en la televisión con dos telefilmes tan distinguidos como la hitchcockiana Alguien te está espiando (1978) y el biopic Elvis (1989), donde trabajó por primera vez con quien se convertiría en su actor fetiche, Kurt Russell. La carrera de uno no se entendería sin la participación del otro, ya que ambos colaboraron en títulos tan emblemáticos como 1997: Rescate en Nueva York (1981), La cosa (1982), Golpe en la pequeña China (1986) o 2013: Rescate en L.A. (1996). Durante la primera mitad de la década de los 80 conoció el éxito comercial con la mayoría de sus películas, adaptando con acierto a Stephen King en Christine (1983) y entregando una fantasía extraterrestre tan entrañable como la de Starman (1984).
Pero tras el batacazo comercial sufrido con una de sus producciones más caras, Golpe en la pequeña China, el director decidió apartarse de las grandes productoras y volver a sus orígenes independientes, facturando obras de coste mucho más humilde que, sin embargo, ayudaron a seguir granjeando su fama de cineasta de culto. A este periodo pertenecen El príncipe de las tinieblas (1987), En la boca del miedo (1994), El pueblo de los malditos (1995) –competente revisitación del clásico homónimo de Wolf Rilla, a partir de la novela de John Wyndham–, Están vivos (1988), Vampiros (1998) –estupendo acercamiento al tema del vampirismo, protagonizado por un James Woods en su salsa–, Fantasmas de Marte (2001) –imposible suerte de western espacial con Natasha Henstridge, Jason Statham, Ice Cube y Pam Grier en el reparto– y Encerrada (2010), su último trabajo hasta la fecha, un thriller psicológico bastante mal recibido por la crítica pero no del todo desdeñable. En medio, Carpenter se permitió rodar una comedia fantástica para Warner, Memorias de un hombre invisible (1992), a mayor gloria del cómico Chevy Chase, que se saldó con un sonoro fracaso, a pesar de contar con unos efectos especiales bastante destacados, y codirigió junto a Tobe Hooper el telefilme de episodios de terror Bolsa de cadáveres (1993). También realizó, en sus últimos años de actividad, dos de los más celebrados capítulos de la serie de antologías terroríficas Masters of Horror: El fin del mundo en 35 mm (2005) y Pro-Vida (2006). Este 2018, John Carpenter vuelve a estar de actualidad gracias al sorprendente éxito crítico y comercial de la secuela de La noche de Halloween dirigida por David Gordon Green, por lo que este es un momento inmejorable para hacer un repaso por los 10 mejores títulos (o, al menos, los más significativos) de su atractiva filmografía.
10. El príncipe de las tinieblas (Prince of Darkness, 1987).
La conocida como Trilogía del Apocalipsis del director –completada por La cosa y En la boca del miedo– tuvo su ecuador en esta producción con la que volvía a sus orígenes más humildes, escarmentado por la mala experiencia con los grandes estudios y el varapalo económico de Golpe en la pequeña China. Desde la productora Alive Films levantó un proyecto que recuperaba las constantes de su cine más personal, aquel en el que un grupo de variopintos personajes queda atrapado en un lugar cerrado y asediado por la amenaza externa de turno. En esta ocasión, el escenario de pesadilla es el sótano de una iglesia abandonada de Los Angeles y el enemigo a batir por el sacerdote encarnado por Donald Pleasence y los estudiantes allí involucrados en un proyecto científico es, ni más ni menos, que el mismísimo Satán y un ejército de vagabundos convertidos en zombies, capitaneados por el cantante Alice Cooper. Muchos rostros habituales de las películas de Carpenter (Victor Wong y Dennis Dun llegaban de protagonizar junto a Kurt Russell Golpe en la pequeña China) se dejan ver en una película que bebe, de manera nada disimulada, de una fuente como es el serial de la BBC sobre Quatermass y, más concretamente, de la cinta de la Hammer ¿Qué sucedió entonces? (Quatermass and the Pit, Roy Ward Baker, 1967), y que posee esas atmósferas opresivas que tan bien manejaba el realizador en sus mejores trabajos, así como algunas imágenes perturbadoras (todas las relacionadas con el eclipse de sol y el uso de todo tipo de insectos en las escenas más terroríficas) que hacen de este filme un pequeño placer para los aficionados al género satánico.
1987, Estados Unidos. Título original: «Prince of Darkness». Director: John Carpenter. Guion: John Carpenter. Productor: Larry Franco. Productora: Universal Pictures. Fotografía: Gary B. Kibbe. Música: John Carpenter, Alan Howarth. Montaje: Steve Mirkovich. Reparto: Jameson Parker, Donald Pleasence, Lisa Blount, Victor Wong, Dennis Dun, Susan Blanchard, Alice Cooper.
9. Starman (Starman, 1984).
Después del éxito de taquilla de Christine, Carpenter fue fichado por Michael Douglas, en categoría de productor, para una cinta de encargo que podría considerarse una de las más impersonales del maestro y, al mismo tiempo, también de las más pulidas a nivel de guion, interpretaciones y acabado formal. Un proyecto que nacería con la firme intención de apuntarse al carro del triunfo cosechado por E.T., el extraterrestre (Steven Spielberg, 1982), presentando otra historia, escrita por Bruce A. Evans y Raynold Gideon, centrada en la figura del alienígena de buen corazón extraviado en nuestro planeta y perseguido por las fuerzas del gobierno sin escrúpulos, contraponiéndose a la amenazante visión del depredador venido del espacio ofrecida por el propio Carpenter en La cosa. Jeff Bridges consiguió una nominación al Oscar como mejor actor por su encarnación de entidad extraterrestre reencarnada en el cuerpo del difunto esposo del personaje encarnado por Karen Allen, actriz que vivía las mieles del éxito gracias a su papel de Marion en En busca del arca perdida (Steven Spielberg, 1981). Starman es un filme de ciencia ficción que destaca por su humanidad y el trasfondo romántico del relato, así como por unos efectos especiales que, 35 años después, continúan sorprendiendo manteniéndose frescos. También fue una de las contadas ocasiones en las que John Carpenter delegó las labores musicales en otro profesional, algo que se agradece, ya que la banda sonora de Jack Nitzsche es ciertamente memorable. La película fue aplaudida por la mayor parte de la crítica (aunque hubo quien la tildó de demasiado blanda) y gozó de la popularidad suficiente como para propiciar una serie de televisión homónima, protagonizada por Robert Hays.
1984, Estados Unidos. Título original: «Starman». Director: John Carpenter. Guion: Bruce A. Evans, Raynold Gideon. Productores: Larry Franco, Barry Bernardi. Productora: Columbia Pictures. Fotografía: Donald M. Morgan. Música: Jack Nitzsche. Montaje: Marion Rothman. Reparto: Jeff Bridges, Karen Allen, Charles Martin Smith, Richard Jaeckel, Tony Edwards, Rbert Phalen.
8. Están vivos (They Live, 1988).
Rodada inmediatamente después de El príncipe de las tinieblas, esta satírica cinta podría considerarse una de las más personales y críticas de toda la filmografía del cineasta. Adaptación del relato Eight O’Clock in the Morning, de Ray Nelson, Están vivos nos presenta la delirante odisea a contrarreloj de un humilde trabajador de la construcción (encarnado por la antigua estrella de lucha libre Roddy Piper) que descubre, de manera casual, la terrible conspiración alienígena que sacude a la humanidad. Gracias a unas gafas que encuentra será capaz de ver la auténtica identidad que se oculta tras importantes personalidades de la vida social y política del país y cómo estas manipulan a los ciudadanos, sirviéndose de mensajes subliminales lanzados desde los medios de comunicación, para convertirlos en una raza de esclavos. A través del enésimo relato de ciencia ficción paranoica, en la estela de grandes clásicos como La guerra de los mundos (Byron Haskin, 1953) o La invasión de los ladrones de cuerpos (Don Siegel, 1956), Carpenter aprovecha para realizar unas sangrantes reflexiones sobre el poder alienante de la televisión y el consumismo, cada vez más imperante, durante la década de los 80, sirviéndose de un sentido del humor bastante negro y multitud de referencias cinéfilas –no solo enclavadas en el género fantástico, ya que hay una pelea de cinco minutos de duración entre Piper y Keith David que homenajea directamente a El hombre tranquilo (John Ford, 1956)–, y logrando una de esas obras que van ganando adeptos con el paso de los años, hasta el punto de lograr el estatus de culto que en su momento le fue negado.
1988, Estados Unidos. Título original: They Live. Director: John Carpenter. Guion: John Carpenter. Productor: Larry Franco. Productora: Alive Films. Fotografía: Gary B. Kibbe. Música: John Carpenter, Alan Howarth. Montaje: Gib Jaffe, Frank E. Jimenez. Reparto: Roddy Piper, Keith David, Meg Foster, John Lawrence, George 'Buck' Flower, Peter Jason.
7. Golpe en la pequeña China (Big Trouble in Little China, 1986).
Planteado inicialmente como un western místico por Gary Goldman y David Z. Weinstein, el guión de Golpe en la pequeña China fue reescrito por W. D. Richter para trasladar la historia a la actualidad y funcionar como secuela de su inclasificable cinta de culto de 1984 Las aventuras de Buckaroo Banzai. Finalmente, desechado también este proyecto, se contrató a Carpenter para sacar adelante esta alocada, excesiva y divertidísima aventura a la que el director añadió diversas aportaciones personales, dando como resultado uno de los híbridos más curiosos del cine de los 80. El cine de artes marciales, la comedia, el romance, la fantasía, mucho de mitología china y una estética de cómic pulp deudora de Fu Manchú son los ingredientes primordiales de esta historia sobre un fanfarrón camionero, Jack Burton (uno de esos personajes bombón que solo Kurt Russell podían resolver con tanto carisma), enfrentado al villano Lo Pan y sus señores de la Muerte en el corazón del Barrio Chino de San Francisco, para conseguir rescatar a la novia de su amigo, una china de ojos verdes, antes de que sea sacrificada en un ritual donde el brujo dejaría de ser un fantasma para recuperar su cuerpo físico. Golpe en la pequeña China es un verdadero placer culpable, repleto de vibrantes escenas de acción (las escenas en las que aparecen los Tres Tormentas son espectaculares), criaturas monstruosas y efectos especiales de lo más vistosos, en donde el ritmo trepidante logra camuflar un guion sin pies ni cabeza. Carpenter tuvo que enfrentarse, además, a las presiones del estudio, rodando y montando la película a toda prisa para adelantarse al estreno de otra fantasía de similares características, El chico de oro (Michael Ritchie, 1986), producida por Paramount Pictures. La crítica la masacró sin piedad y la taquilla, con 11 millones de dólares recaudados, fue tan desastrosa que el director decidió volver a sus proyectos independientes. Aun así, los años la han colocado como uno de sus trabajos más queridos por los fans.
1986, Estados Unidos. Título original: «Big Trouble in Little China». Director: John Carpenter. Guion: Gary Goldman, David Z. Weinstein. Productor: Larry Franco. Productora: 20th Century Fox / TAFT Entertainment Pictures. Fotografía: Dean Cundey. Música: John Carpenter, Alan Howarth. Montaje: Steve Mirkovich, Edward A. Warschilka, Mark Warner. Reparto: Kurt Russell, Dennis Dun, Kim Cattrall, James Hong, Victor Wong, Kate Burton, Donald Li, Suzee Pai.
6. 1997: Rescate en Nueva York (Escape from New York, 1981).
De todos los personajes que Kurt Russell interpretó a las órdenes de Carpenter sin duda, el más emblemático siempre será el de Serpiente Plissken, antihéroe de vuelta de todo, criminal desencantado del ser humano a quien se le encomendaba la misión de rescatar, en el plazo de 24 horas, al mismísimo presidente de los Estados Unidos, después de que su avión se estrellase en el centro de un Manhattan convertido en la prisión de alta seguridad más grande del mundo, en la que los mayores despojos de la sociedad campan a sus anchas. Este es, a grandes rasgos, el argumento de uno de los grandes clásicos del cineasta, 1997: Rescate en Nueva York, alucinante relato de ciencia ficción en su modalidad de futuros distópicos, donde, una vez más, hay lugar para buenas dosis de crítica al militarismo y a la política de la belicista administración Reagan, ofreciendo una imagen de los gobernantes del país moralmente decadente. Pese a la economía de medios, el director se las arregló para confeccionar una maravillosa aventura de serie B que bebía, sin ningún tipo de complejo, de géneros tan diversos como la acción urbana de The Warriors (Walter Hill, 1979), la fantasía post-apocalíptica de la saga Mad Max y muchos ingredientes de western, tanto en la ambientación como en el dibujo de muchos de sus destartalados personajes secundarios. De hecho, una de las leyendas de aquel polvoriento género, Lee Van Cleef, forma parte del brillante reparto que incluye a otros habituales del universo carpenteriano como Donald Pleasence o Adrienne Barbeau, que venía de protagonizar el título anterior de Carpenter, La niebla. Como curiosidad, cabe destacar que un James Cameron que se iniciaba en el cine trabajó en la elaboración de los decorados de esta película, con resultados brillantes, ya que la ambientación de esa Nueva York derruida y poblada de psicópatas y criminales es uno de sus aspectos más destacados. 1997: Rescate en Nueva York fue un gran éxito de público, recaudando más de 50 millones de dólares en taquilla, y conoció una tardía secuela, 2013: Rescate en L.A. (1996), que, pese sus puntuales aciertos, no consiguió estar a la altura del título de culto original.
1981, Estados Unidos. Título original: «Escape from New York». Director: John Carpenter. Guion: John Carpenter, Nick Castle. Productores: Larry Franco, Debra Hill. Productoras: AVCO Embassy Pictures / International Film Investors / Goldcrest Films International. Fotografía: Dean Cundey. Música: John Carpenter, Alan Howarth. Montaje: Todd C. Ramsay. Reparto: Kurt Russell, Lee Van Cleef, Ernest Borgnine, Donald Pleasence, Adrienne Barbeau, Tom Atkins, Harry Dean Stanton, Isaac Hayes, Charles Cyphers, Season Hubley.
5. La niebla (The Fog, 1980).
El maestro vuelve a incidir en el cine de terror que tan buenos resultados le brindó en La noche de Halloween con otra cinta protagonizada por la estrella de aquella, una Jamie Lee Curtis convertida en reina del grito de la época. En esta ocasión se aleja del slasher para adentrarse en unos terrenos más clásicos y perturbadores, los de un relato fantasmagórico con claros ecos de Historias de la Cripta y de la película británica The Crawling Eye (Quentin Lawrence, 1958) e influencias de escritores como Edgar Allan Poe (la película se abre con una cita suya), Lovecraft o Arthur Machen. La niebla nos traslada a una pequeña población costera de California, Antonio Bay, sobre la que existe la leyenda de que pesa una ancestral maldición: cada 100 años, una espesa niebla recorrerá sus calles, trayendo en su interior los espíritus de unos marineros que murieron de manera violenta como consecuencia de la codicia de los habitantes del lugar, y estos se cobrarán venganza. Ya la escena de apertura, con John Houseman relatando la historia a un grupo de niños a la luz de una hoguera, logra poner los vellos de punta. El director y su co-guionista Debra Hill nos regalan un cuento de horror de atmósfera oscura y onírica, cargado de momentos para el recuerdo (esa Adrienne Barbeau trepando a lo más alto del faro, perseguida por los marineros zombies; el potentísimo clímax final en la iglesia), magistralmente acompañado de una de las bandas sonoras más inquietantes jamás compuestas por Carpenter, y que cuenta con la presencia secundaria de la veterana Janet Leigh, madre de Jamie Lee en la vida real y protagonista del mítico asesinato en la ducha de Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960). Estamos ante uno de esos títulos considerados “menores” en el momento de su estreno, pero que, sin embargo, han logrado alcanzar la categoría de clásicos con el devenir de los años, gracias a las reivindicaciones de su ejército de fans. Fue un gran éxito de taquilla, recaudando veinte veces su modesto presupuesto de un millón de dólares, y conoció un remake, Terror en la niebla (Rupert Wainwright, 2005), absolutamente infumable.
1980, Estados Unidos. Título original: «The Fog». Director: John Carpenter. Guion: John Carpenter, Debra Hill. Productor: Debra Hill. Productoras: AVCO Embassy Pictures / EDI / Debra Hill Productions. Fotografía: Dean Cundey. Música: John Carpenter. Montaje: Charles Bornstein, Tommy Lee Wallace. Reparto: Adrienne Barbeau, Jamie Lee Curtis, Janet Leigh, John Houseman, Tom Atkins, Charles Cyphers, James Canning, Nancy Kyes, Hal Holbrook, George 'Buck' Flower.
4. En la boca del miedo (In the Mouth of Madness, 1994).
Después de un par de proyectos considerados (muy merecidamente) menores, como la comedia Memorias de un hombre invisible y el telefilme Bolsa de cadáveres, Carpenter sorprendió con una de sus obras más redondas, esta En la boca del miedo que venía a culminar su extraordinaria Trilogía del Apocalipsis. Con la inestimable colaboración de Michael De Luca en la escritura del guion, el director entrega una alucinante historia, de evidentes reminiscencias de los relatos de H.P. Lovecraft, que sumerge al espectador en el imprevisible universo creado por Sutter Cane, un escritor de novelas de terror cuyo éxito de ventas le ha convertido en un fenómeno sociológico, y que, de la noche a la mañana, desaparece sin dejar rastro antes de entregar la que sería su última obra, In the Mouth of Madness, provocando una inexplicable oleada de violencia entre los fanáticos de sus novelas. Es entonces cuando entra en escena el detective John Trent (Sam Neill en una de los mejores trabajos de su carrera, justificadamente al borde de la sobreactuación, ya que su personaje va cayendo en una espiral de autodestrucción y locura), contratado por la editorial para dar con el paradero del escritor. Los pasos del incrédulo investigador (en el fondo, sospecha de que todo el asunto forma parte de una elaborada campaña de promoción) le llevan hasta el pueblo de Hobb's End, teóricamente solo real en la mente de Cane, donde comienza a experimentar todo tipo de fenómenos paranormales, terroríficas alucinaciones y manifestaciones de ese Mal abstracto que tanto le gusta representar a Carpenter a través de múltiples formas. En la boca del miedo, a pesar de su condición de serie B, es una película de género absolutamente genial, repleta de imágenes oníricas y perturbadoras, y que cuenta con una elegante dirección artística –en este sentido, estamos ante una de las obras más cuidadas del cineasta– y unos excelentes efectos especiales que, en el diseño de algunas de las criaturas demoníacas que nos brinda, recuerdan a los de La cosa. La crítica volvió a reconciliarse con uno de los grandes creadores de pesadillas, hasta el punto que la prestigiosa revista francesa Cahiers du cinéma lo incluyó como uno de los mejores diez títulos de 1995.
1994, Estados Unidos. Título original: «In the Mouth of Madness». Director: John Carpenter. Guion: Michael De Luca. Productor: Sandy King. Productora: New Line Cinema. Fotografía: Gary B. Kibbe. Música: John Carpenter, Jim Lang. Montaje: Edward A. Warschilka. Reparto: Sam Neill, Julie Carmen, Jürgen Prochnow, David Warner, John Glover, Bernie Casey, Peter Jason, Charlton Heston, Frances Bay.
3. Asalto a la comisaría del distrito 13 (Assault on Precinct 13, 1976).
Dos años después de estrenarse con Dark Star, la verdadera prueba de fuego para el director llegaría con su segunda incursión tras las cámaras. El productor J. Stein Kaplan contrató los servicios de la joven promesa para levantar una película de explotación con un ínfimo presupuesto de 100.000 dólares, dándole, eso sí, absoluta libertad creativa. Así nació Asalto a la comisaría del distrito 13, un tenso thriller de acción protagonizado por un policía novato que recibe la misión de supervisar el traslado de una comisaría de Los Ángeles a un nuevo edificio y que se ve inmerso en una angustiosa pesadilla cuando, después de que un furgón de prisioneros (entre ellos, Napoleón Wilson) realice una parada allí para pasar la noche, un ejército de sanguinarios pandilleros rodee el lugar con la intención de dar caza al padre de una niña asesinada que mató a uno de ellos como venganza y también encuentra refugio en la comisaría. La historia de esta unión de policías y reclusos para hacer frente a un enemigo común, esos pandilleros que se adelantaron a aquella corriente de violencia urbana que encontraría uno de sus máximos exponentes en The Warriors (Walter Hill, 1979), sirvió a Carpenter como excusa para rendir tributo a uno de sus westerns favoritos, Río Bravo (Howard Hawks, 1959), donde el Sheriff encarnado por John Wayne también se atrincheraba en su oficina, junto a un grupo de colaboradores, para impedir la liberación del preso al que custodian, a manos de los secuaces de su hermano terrateniente, antes de que las autoridades lleguen para llevárselo. Pero el genio del realizador no se detiene ahí y la manera en que está tratada la amenaza exterior al edificio está más próxima al cine de terror que al de acción. Las influencias de La noche de los muertos vivientes (George A, Romero, 1968) son más que evidentes, tanto por la sensación de claustrofobia y creciente terror que va inundando el relato como en esos asesinos sedientos de sangre cuyas imágenes no difieren demasiado a la de aquellos zombies. Asalto a la comisaría del distrito 13 ha alcanzado la categoría de título de culto, manteniendo intactos, 43 años después, su increíble atmósfera opresiva y unas altas dosis de violencia que le valieron la calificación R en el momento de su estreno, algo que dificultó su carrera comercial en Estados Unidos, donde fue recibida por la crítica de forma un tanto tibia. Sin embargo, fue en Europa donde la cinta encontró su público (sobre todo a raíz de su paso por el Festival de Cine de Londres), comenzando una reivindicación hacia ella que la ha llevado hasta lo que es hoy, una pieza fundamental para conocer mejor el universo carpenteriano. Como buena obra de referencia, conocería su consiguiente remake, la no del todo desdeñable Asalto al distrito 13 (Jean-François Richet, 2005).
1976, Estados Unidos. Título original: «Assault on Precinct 13». Director: John Carpenter. Guion: John Carpenter. Productor: J. Stein Kaplan. Productora: CKK Corporation, The. Fotografía: Douglas Knapp. Música: John Carpenter. Montaje: John Carpenter. Reparto: Austin Stoker, Darwin Joston, Laurie Zimmer, Martin West, Tony Burton, Charles Cyphers, Nancy Kyes.
2. La noche de Halloween (Halloween, 1978).
Han pasado más de cuatro décadas desde que Carpenter dirigiera su película más famosa, La noche de Halloween, una de aquellas obras que revolucionaron el género de terror en la década de los 70 y crearon multitud de secuelas e imitaciones. Imposible olvidar cómo, aquella noche de Halloween de 1963, en la pequeña ciudad de Haddonfield, Illinois, un Michael Myers de solo 6 años se enfundó una máscara de payaso e hizo partícipe al espectador, a través del uso de la cámara subjetiva, de cómo asesinó a sangre fría a su hermana mayor. Este prólogo tan impactante fue tan solo el comienzo de la leyenda. Una excelente película que sería una de las precursoras del subgénero slasher, teniendo la inteligencia de priorizar el suspense por encima de los excesos de hemoglobina. El cineasta sabía cómo aterrorizar al espectador sin recrearse en lo obvio, sirviéndose de un elegante manejo de la cámara y una música, compuesta por él mismo, capaz de poner los vellos de punta. La odisea de Laurie Strode (una jovencísima Jamie Lee Curtis en el papel que la hizo famosa) y sus amigas durante la noche de Halloween de 1978, asediadas por un psicópata asesino enmascarado mientras desempeñan sus funciones como niñeras celebró recientemente el 40 aniversario de su triunfal estreno (recaudó unos 70 millones de dólares cuando costó la modestísima cifra de 300.000, todo un ejemplo de rentabilidad) en plena forma. Ni la multitud de secuelas que vinieron después (a cual peor) ni la competencia de otros títulos de similares características, con Viernes 13 (Sean S. Cunningham, 1980) a la cabeza, han logrado ensombrecer las generosas cualidades cinematográficas de un filme que también se benefició de una estupenda interpretación de Donald Pleasence (desde entonces sería uno de los actores fetiche del realizador) en el rol del Dr. Sam Loomis, el psiquiatra que trataba a Michael durante su reclusión en un sanatorio para enfermos mentales y que llegó a la conclusión de que el joven, más que un loco común, era la encarnación de la maldad en su estado más puro. Él y Laurie son dos personajes emblemáticos del cine de terror, perfecta representación de la lucha sin cuartel contra Michael Myers, instalado en las últimas décadas como uno de los “monstruos” más icónicos de la gran pantalla que, lejos de desaparecer de nuestras vidas, promete seguir dando mucha guerra, a la vista de los formidables resultados de su reciente secuela homónima.
1978, Estados Unidos. Título original: «Halloween». Director: John Carpenter. Guion: John Carpenter, Debra Hill. Productores: Debra Hill, John Carpenter. Productoras: Compass International Pictures / Falcon International Productions. Fotografía: Dean Cundey. Música: John Carpenter. Montaje: Chares Bornstein, Tommy Lee Wallace. Reparto: Jamie Lee Curtis, Donald Pleasence, Nancy Kyes, P.J. Soles, Charles Cyphers, Kyle Richards, Brian Andrews.
1. La cosa (The Thing, 1982).
La obra maestra indiscutible dentro de la filmografía de Carpenter sería, como no podía ser de otra forma, el remake de una pequeña joya de la ciencia ficción clásica como El enigma de otro mundo (1951), donde su admirado Howard Hawks planificó y supervisó un rodaje dirigido por Christian Nyby. Universal Pictures confió en él para tan importante empresa y fue todo un acierto, ya que con La cosa nos encontramos ante uno de esos escasos ejemplos de revisión que supera los logros de la obra original que le sirve de base. Bill Lancaster se encargó del guion, a partir de la novela de John W. Campbell, de una terrorífica historia que nos trasladaba a una apartada estación de investigación de la Antártida, donde un grupo de investigadores (entre los que vuelve a aparecer Kurt Russell) se verá acosado por un ente de origen extraterrestre que, después de haber permanecido enterrado en la nieve durante más de cien mil años, despierta para sembrar el miedo y la muerte. Uno de los mayores aciertos de la cinta reside en la conseguidísima sensación de angustia y paranoia que se crea entre los compañeros de encierro, enfrentados a la incertidumbre de no saber bajo qué identidad se esconde el monstruo en cada momento. La capacidad de cambiar de apariencia de este, supuso todo un reto para los encargados de los efectos especiales, entre los que estuvieron nombres tan ilustres en este campo como Stan Winston y Rob Bottin, que lograron unos resultados asombrosos. Las diferentes transformaciones de la cosa, muy sanguinolentas y explícitas (el filme logró la calificación R por su alto contenido violento) creadas de manera artesanal, mantienen todo el impacto en la actualidad que hace 37 años. Por su parte, el maestro Ennio Morricone compuso una música absolutamente inquietante, siguiendo el estilo de Carpenter, que subrayaba aún más esa atmósfera opresiva que caracteriza al filme, más cercana a la construida por Ridley Scott en Alien el 8º pasajero (1979) que a la del clásico al que rinde tributo. La cosa contó con un presupuesto bastante generoso para los que solía manejar el director, 15 millones de dólares, pero su rendimiento en taquilla no fue todo lo satisfactorio que los estudios hubieran deseado (menos de 20 millones de la misma moneda), y es que el público de 1982 prefirió dejarse seducir por un tipo de visitante intergaláctico más bondadoso, el ofrecido por E.T., el extraterrestre.
1982, Estados Unidos. Título original: «The Thing». Director: John Carpenter. Guion: Bill Lancaster (Novela: John W. Campbell). Productores: David Foster, Lawrence Turman. Productoras: Universal Pictures / Turman-Foster Company. Fotografía: Dean Cundey. Música: Ennio Morricone. Montaje: Todd C. Ramsay. Reparto: Kurt Russell, Wilford Brimley, T.K. Carter, Keith David, David Clennon, Richard Dysart, Charles Hallahan, Peter Maloney, Donald Moffat, Richard Masur.
José Martín León
© Revista EAM / Madrid
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