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    Cine Alemán Siglo XXI

    Crítica | Vengadores: Infinity War

    Enaltecimiento de la aventura superheroica

    Crítica ★★★★★ de Vengadores: Infinity War (Avengers: Infinity War, Anthony Russo, Joe Russo, Estados Unidos, 2018).

    El esfuerzo y el trabajo bien hecho se han visto recompensados. Diez años han pasado desde que fuera presentado en sociedad Iron Man (Jon Favreau, 2008), primero de los superhéroes destinados a conformar el grupo de los Vengadores. A partir de ahí, 18 películas más nos fueron familiarizando con las personalidades de Thor, Capitán América, Hulk, Black Panther, Doctor Extraño, Ant-Man, un Spider-Man adolescente y los gamberros Guardianes de la galaxia, en un laborioso ejercicio de preparación al espectador ante lo que estaba por venir, esta Vengadores: Infinity War (2018) que supondría la culminación del proyecto más faraónico de la historia de los blockbusters –con permiso de James Cameron y su Avatar – , la unión de la plana mayor de las héroes de los cómics Marvel contra el villano más temible y poderoso del universo, Thanos. El reciente triunfo de Black Panther (Ryan Coogler, 2018), situado ya entre los diez filmes más taquilleros de todos los tiempos, auguraban una apoteósica recepción para la nueva incursión de los hermanos Russo tras sus dos magníficas Capitán America: El soldado de invierno (2014) y Capitán América: Civil War (2016), hasta ahora consideradas las joyas de la corona de la saga. Un rumoreado presupuesto de 400 millones de dólares y un reparto plagado de grandes estrellas, imposibles de reunir en otras condiciones que no sean las que aquí acompañan, son dos de las bazas con las que los directores han contado para facturar la que estaba llamada a ser la obra definitiva (y definitoria) marvelita, aquella que dejaría a las anteriores aventuras de los Vengadores en ejemplares bocetos y a su competencia directa, Liga de la Justicia (Zack Snyder, 2017) de DC, a la altura de una simpática serie B. Pero si algo juega a favor, con más fuerza que cualquier despilfarro presupuestario que posibilite un espectáculo visual de primer orden, eso es la robustez con la que se ha edificado el universo MCU, sobre cimientos tan firmes como unos personajes perfectamente perfilados (e indudablemente queridos por los fans) y unas tramas que han actuado como piezas de un rompecabezas que, por fin, ha acabado materializándose en todo su esplendor.

    A lo largo de esta década hemos tenido tiempo para familiarizarnos con la figura, un tanto ambigua, de Thanos. En Vengadores: Infinity War este cobra tal protagonismo que se convierte, sin ninguna dificultad, en el plato fuerte de la función. Pocas veces un villano que aspira a ser Dios ha adquirido en la gran pantalla tanta fuerza y carisma como para lograr ensombrecer a todo superhéroe con el que tenga que coincidir en pantalla y, lo que es más difícil, hacer que el espectador sienta cierta empatía hacia él. Es Thanos un malvado con motivaciones claras, las de preservar la vida y los recursos naturales del universo, aun a costa de cometer un genocidio que acabe con la mitad de sus habitantes. Esta sería una empresa de lo más loable si no fuese por el rastro de destrucción que va dejando a su paso por los distintos planetas que va invadiendo durante su camino para obtener las seis Gemas del Infinito que le ayudarían a cumplir su objetivo con un simple chasquido de dedos. Josh Brolin, bajo múltiples capas de magia digital, realiza una soberbia labor como Thanos, mientras que el guion de Christopher Markus y Stephen McFeely realiza auténticas acrobacias para repartir el protagonismo de manera equitativa entre todas sus estrellas, distribuyéndolas en multitud de tramas paralelas, todas igualmente decisivas, que hacen imposible cualquier tiempo muerto durante dos horas y media de metraje que pasan ante nuestros ojos como una exhalación. Iron Man, con su verborrea ingeniosa, sigue siendo el cabecilla del grupo. A su lado, tenemos al Thor más poderoso que hemos visto hasta ahora –una vez superado aquel genial festival del humor que fue Thor: Ragnarok (Taika Waititi, 2017)–, a un Spiderman cada vez más consolidado como vengador, a un Bruce Banner que le come terreno a su álter ego Hulk, y a un Doctor Extraño (cada vez está más claro que Benedict Cumberbatch ha nacido para este papel) que adquiere gran protagonismo en la trama, entre otros. La sorpresa llega cuando algunos de los momentos más intensos, aquellos que provienen de los sentimientos y las relaciones afectivas, por encima del lucimiento en las set pieces de acción, corren a cargo de secundarios como Visión y Wanda, por un lado, y la Gamora interpretada por la estupenda Zoe Saldana, por otro. La hija favorita de Thanos es la responsable de humanizar la figura del villano, siendo su subtrama la que alcanza las cotas de emotividad más altas de toda la función.

    «Una cinta que dignifica el término blockbuster llevándolo a otro nivel muy superior, y que emerge como la aportación más emocionante y desesperanzadora de la casa, capaz de encandilar a su audiencia tanto por la potencia de sus imágenes como por los sentimientos que provoca que estos héroes a los que ya sentimos tan cercanos, con sus correspondientes conflictos familiares, amores imposibles o lealtades irrompibles a sus espaldas, se vean expuestos a un peligro que pocas veces se había sentido tan real».


    Para quienes dudaban si funcionaría un imposible cruce entre los aguerridos Vengadores y los Guardianes de la galaxia, con su humor incontrolable, la buena noticia es que la operación no ha podido salir mejor. Sus responsables han sabido dosificar muy bien todos los chistes, chascarrillos y gags –hay un guiño a Aliens el regreso (James Cameron, 1986) divertidísimo– que se esperan de ellos, para que no rompan la seriedad de una historia cargada de dramatismo y una fatalidad llevada hasta sus últimas consecuencias. Las anunciadas bajas en el bando de los superhéroes son lo suficientemente impactantes como para dejar al público enmudecido y en estado de shock ante lo que está presenciando y que el silencio se adueñe de la sala de cine hasta una vez acabados los (interminables) títulos de crédito y la consabida escena posterior, tan demoledora como lo antes visto. Espectacular de principio a fin, repleta de secuencias de acción maravillosamente planteadas (con especial mención a la batalla campal en plena Wakanda), con profusión de escenarios exóticos y unos efectos especiales que han llegado a la perfección, superándose película tras película, Vengadores: Infinity War se corona directamente como la (hasta el momento) gozosa obra maestra del universo Marvel y la sublimación de un estilo para trasladar las viñetas a la gran pantalla al que le tiene muy bien cogido el pulso. Una cinta que dignifica el término blockbuster llevándolo a otro nivel muy superior, y que emerge como la aportación más emocionante y desesperanzadora de la casa, capaz de encandilar a su audiencia tanto por la potencia de sus imágenes (algunas tocadas de un gran lirismo, fugaces oasis de intimismo en medio de tanta destrucción) como por los sentimientos que provoca que estos héroes a los que ya sentimos tan cercanos, con sus correspondientes conflictos familiares (tan shakesperianos en algunos casos), amores imposibles o lealtades irrompibles a sus espaldas, se vean expuestos a un peligro que pocas veces se había sentido tan real. Su narración fragmentada, lejos de entorpecer el seguimiento de la historia o causar esperables rupturas de ritmo o tono, posibilita que podamos asistir a alianzas antes inimaginables y que deparan no pocas sorpresas. Vengadores y Guardianes, juntos y revueltos, se consolidan como un gran equipo a batir por un Thanos que tiene todas las herramientas a su disposición (entre ellas un plantel de esbirros muy logrado) para ponerles las cosas difíciles en la misión más complicada a la que se han tenido que enfrentar nunca. Ante tan brillantes resultados no queda otra alternativa que esperar con ansias cómo continuará la historia en una siguiente entrega que se ha colocado el listón de la autoexigencia a una altura difícilmente igualable. | ★★★★★ |


    José Martín León
    © Revista EAM / Madrid


    Ficha técnica
    Estados Unidos. 2018. Título original: Avengers: Infinity War. Directores: Anthony Russo, Joe Russo. Guion: Christopher Markus, Stephen McFeely (Cómic: Jack Kirby, Jim Starlin). Productores: Kevin Feige, Mitchell Bell. Productora: Marvel Studios. Fotografía: Trent Opaloch. Música: Alan Silvestri. Montaje: Jeffrey Ford, Matthew Schmidt. Diseño de producción: Charles Wood. Reparto: Robert Dwney Jr., Josh Brolin, Chris Hemsworth, Chris Evans, Scarlett Johansson, Mark Ruffalo, Tom Holland, Benedict Cumberbatch, Chadwick Boseman, Paul Bettany, Elizabeth Olsen, Chris Pratt, Zoe Saldana, Dave Bautista, Pom Klementieff, Karen Gillan, Tom Hiddleston, Anthony Mackie, Idris Elba, Danai Gurira, Benedict Wong, Don Cheadle, Sebastian Stan, Peter Dinklage, Letitia Wright, Winston Duke, Gwyneth Paltrow, Benicio del Toro, William Hurt, Samuel L. Jackson, Cobie Smulders, Bradley Cooper, Vin Diesel.


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