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    Cine Alemán Siglo XXI

    Crítica | Asesinato en el Orient Express

    Espectáculo y células grises

    Crítica ★★★ de Asesinato en el Orient Express (Murder in the Orient Express, Kenneth Branagh, Estados Unidos, 2017).

    Más de cuatro décadas después de su muerte, Agatha Christie continúa siendo un filón a explotar por el cine. La dama del misterio, creadora de personajes tan míticos como Miss Marple o Hércules Poirot, fue toda una institución en construir enrevesados crímenes por descubrir a través de un legado de 66 novelas policiales. Durante las décadas de los 70 y 80, los productores recurrieron a ellas para atraer al gran público a las salas, seducidos por sus historias de suspense de calidad y unos repartos repletos de estrellas –en aquellos años solo el género catastrofista podía rivalizar en semejante reunión de grandes actores en cada fotograma con las adaptaciones de Christie–, regalándonos obras tan reconocidas como Asesinato en el Orient Express (Sidney Lumet, 1974), Diez negritos (Peter Collinson, 1975), Muerte en el Nilo (John Guillermin, 1978), El espejo roto (Guy Hamilton, 1980) o Muerte bajo el sol (Guy Hamilton, 1982). Recientemente, el mismísimo Tarantino se inspiró levemente en la manera de tejer las intrigas de la escritora para su particularísimo western Los odiosos ocho (2015) y, ahora, Hollywood ha confiado al director y actor británico Kenneth Branagh la labor de desempolvar la obra de Christie para las nuevas generaciones y lo hace, como no podía ser de otra forma, con una nueva versión de Asesinato en el Orient Express, ya que la película de Lumet puede ser considerada el mayor de los éxitos conocidos entre aquellas traslaciones a la gran pantalla. El cineasta, cada vez más alejado de los shakesperianos dramas históricos que cimentaron su excelente reputación entre la crítica y más dedicado a ejercer de artesano al servicio de la maquinaria de los grandes estudios en superproducciones como Thor (2011), Jack Ryan: Operación sombra (2014) o Cenicienta (2015), ha contado con un generoso presupuesto de 55 millones de dólares y el previsible reparto de estrellas de relumbrón para poner en marcha este nuevo viaje del tren más famoso de la Historia del Cine.

    Teniendo en cuenta que la historia y, sobre todo, el inesperado desenlace, ya son archiconocidos por todos, poco margen le ha quedado a Branagh para innovar o sorprender. De nuevo tenemos al detective belga Hércules Poirot en Estambul recibiendo un telegrama para que regrese a Londres con urgencia, por lo que debe tomar el Orient Express que parte esa misma noche. Durante el trayecto se codeará con un puñado de enigmáticos pasajeros, entre los que se encuentra un tratante de antigüedades al que sus pocos escrúpulos a la hora de hacer fortuna le han generado gran cantidad de enemigos y que aparece asesinado en su compartimento.. Esta macabra circunstancia coincide con el descarrilamiento del tren a causa de una avalancha de nieve en medio de los Balcanes, por lo que el investigador dispone de ese tiempo durante el que permanecerán incomunicados del mundo para, a través de sus incisivos interrogatorios a los sospechosos, tratar de dar con el asesino. Branagh se ha adjudicado el personaje bombón de Poirot, un arma de doble filo si tenemos en cuenta que tiene que lidiar con el recuerdo de los brillantes trabajos ofrecidos por actores tan ilustres como Albert Finney o Peter Ustinov en otras aventuras del detective. Aun así, hay que reconocer que Branagh, que vive uno de sus mejores años como intérprete –fresca está su interpretación en Dunkerque (Christopher Nolan, 2017)–, entrega una brillantísima actuación en la piel (e inconfundible bigote) de este hombre inteligente, perspicaz y un tanto maniático, siempre guiado por un estricto sentido de la justicia. Ninguna prueba, por indetectable que pueda parecer, escapa a la mirada analítica de Poirot. Junto a él, el casi siempre camaleónico Johnny Depp tiene la ocasión de encarnar a una de las criaturas más despreciables surgidas del universo Christie, ese Ratchett que, en el pasado, fue protagonista de un violento crimen que destruyó muchas vidas y al que se encargan de ajusticiar en pleno viaje, y lo cierto es que su elección, a priori arriesgada, se revela como de lo más acertada. La lista de pasajeros (y potenciales sospechosos de asesinato) incluye nombres tan potentes como los de la venerable Judi Dench, la cada vez más en alza Daisy Ridley, Penélope Cruz, Willem Dafoe, Derek Jacobi o una fantástica Michelle Pfeiffer que, además de seguir conservando gran parte de su sensualidad y poderosa presencia en la madurez, roba cada plano en el que aparece.

    «La inmortal historia de Christie ha sido reciclada en una lujosa aventura palomitera de primer orden, que aúna inteligencia, algo de fino y humor y solvente entretenimiento con profesionalidad, con esa impagable reunión de rostros conocidos con los que siempre resulta un placer reencontrarse como mayor reclamo». 


    Si en su visión de Asesinato en el Orient Express, Lumet nos entregó un elegante relato de misterio, de sobrio carácter teatral y estrictamente pegado al texto de la escritora, Branagh ha optado por otorgarle algo de acción y dinamismo, así como un agradecido sentido del espectáculo al remake, comenzando por una ampulosa puesta en escena en la que los efectos visuales funcionan con eficacia para llevarnos a exóticos escenarios como ese Muro de las Lamentaciones de Jerusalén en el que se abre la cinta o la bella Estambul sin necesidad de salir de los estudios, y terminando con unos movimientos de cámara imposibles, con el travelling y mucho plano cenital como recursos expresivos para crear escenas muy atractivas a nivel estético. La factura técnica, así como la dirección artística, el vestuario y la ambientación de la década de los 30 son simplemente magistrales, por lo que nada se le puede objetar a la película de Branagh en estos apartados. Es en las comparaciones con la versión de 1974 en donde el filme no termina de salir bien parado. Con un material tan explosivo entre manos como es la genial novela de Christie, el director no ha sabido exprimir al máximo el potencial de sus actores. Es cierto que, al tratarse de una obra tan coral, estos disponen de poco tiempo en pantalla para dejar su huella (aun así, cabe recordar que Ingrid Bergman consiguió ganar el Óscar a la mejor actriz secundaria por su papel de Greta Ohlsson, equivalente al de la misionera española que aquí interpreta Penélope Cruz), pero, por momentos, el realizador parece tan preocupado de dotar de tanta grandilocuencia al conjunto que hace que la mayoría de personajes (salvo su Poirot) queden algo opacados por el virtuosismo técnico y las florituras visuales (alguna tan chirriante como esa composición toscamente inspirada en La Última Cena en la crucial escena de la resolución del caso). Si omitimos todos estos puntos flacos, Asesinato en el Orient Express de 2017 no deja de ser un filme muy disfrutable. La inmortal historia de Christie ha sido reciclada en una lujosa aventura palomitera de primer orden, que aúna inteligencia, algo de fino y humor y solvente entretenimiento con profesionalidad, con esa impagable reunión de rostros conocidos con los que siempre resulta un placer reencontrarse como mayor reclamo. El final de la película deja las puertas abiertas a una nueva incursión del Poirot de Branagh, esta vez con el misterio de Muerte en el Nilo como protagonista. Vistos los más de 150 millones de dólares que lleva recaudados en taquilla, poca duda cabe de que volveremos a tener a Agatha Christie en los cines muy pronto. | ★★★ |


    José Martín León
    © Revista EAM / Madrid


    Ficha técnica
    Estados Unidos. 2017. Título original: Murder in the Orient Express. Director: Kenneth Branagh. Guion: Michael Green (Novela: Agatha Christie. Productores: Kenneth Branagh, Mark Gordon, Judy Hofflund, Simon Kinberg, Michael Schaefer, Ridley Scott. Productoras: Coproducción Estados Unidos-Malta; 20th Century Fox / Scott Free Films / Genre Films / Latina Pictures / The Mark Gordon Company. Fotografía: Haris Zambarloukis. Música: Patrick Doyle. Montaje: Mick Audsley. Diseño de producción: Jim Clay. Reparto: Kenneth Branagh, Michelle Pfeiffer, Johnny Depp, Daisy Ridley, Willem Dafoe, Judi Dench, Penélope Cruz, Tom Bateman, Josh Gad, Derek Jacobi, Olivia Colman, Leslie Odom Jr., Sergei Polunin, Lucy Boynton, Manuel Garcia-Rulfo.


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