El Holocausto en tela de juicio
Crítica ★★★ de Negación (Denial, Mick Jackson, Reino Unido, 2016).
La libertad de expresión permite decir lo que quieras. Lo que no se puede es mentir y luego no asumir responsabilidades por ello. No todas las opiniones son iguales, pero lo que sucedió, se puede afirmar que sucedió. La esclavitud sucedió. La peste negra sucedió. La Tierra es redonda, los casquetes polares se derriten y Elvis no está vivo. Con estas palabras se defiende el personaje interpretado por Rachel Weisz en unas líneas de guion de Negación (2016), un drama judicial basado en hechos reales que, por las dimensiones del caso que se debatía, tenía todas las posibilidades para ser, no solo necesario en los tiempos que corren, donde la manipulación y la falta de ética están a la orden del día, sino también apasionante y demoledor. La película nos remite a la contienda que enfrentó en las cortes de Londres, en 1996, a Deborah E. Lipstadt, reconocida historiadora norteamericana y autora del libro La negación del Holocausto (1994), con David Irving, un polémico periodista y, como ella, historiador británico, cuando este último demandó a Lipstadt por difamación tras ser mencionado en las páginas de su libro como negacionista que tergiversaba a su antojo la realidad para tratar de reescribir la Historia y hacer ver que el exterminio judío durante la Segunda Guerra Mundial nunca había sucedido. En aquella famosa batalla judicial, ciñéndose a las leyes británicas, fue la acusada (y no el acusado, como hubiese sido lo natural si se tiene en cuenta la presunción de inocencia) quien tuvo que demostrar que estaba en posesión de la verdad, y lo logró sin necesidad de tener que subir a declarar al estrado a una sola víctima del Holocausto. Contra todo pronóstico, este argumento tan contundente y que toca un tema tan doloroso y delicado como es que alguna vez se pudiese poner en duda uno de los crímenes más terribles de la historia de la humanidad, tratándose de dibujar a Hitler como un nombre clave para la unidad europea, nunca termina de explotar todas sus posibilidades.
Disponible en: FILMIN. Pvp: 3,95€.
La culpa de que Negación no esté a la altura del potencial de la historia que cuenta (poderosa, aunque tratada de forma algo lineal en el guion de David Hare) la tiene, en gran medida, Mick Jackson, un realizador que ha alcanzado sus mejores logros en televisión –Threads (1984), Temple Grandin (2010)– pero que en cine nunca se ha caracterizado por su brillantez –El guardaespaldas (1992), Volcano (1997)–, y que aquí se limita a facturar un producto tan académico y aseado como, a la hora de la verdad, falto de verdadera garra. Por fortuna, la fuerza la ponen sus actores, con una fantástica Rachel Weisz a la cabeza, en el papel de la obstinada Lipstadt, muy bien respaldada por los veteranos Tom Wilkinson –como el abogado que la defiende en el juicio– y, sobre todo, Timothy Spall como Irving –el personaje más complejo e interesante de la cinta, sobre el que las sospechas de antisemitismo se mezclan sutilmente con una seguridad pasmosa en lo que defiende, hasta el punto de renunciar a tener abogado que le respalde–, que lo dan todo para que la cinta, pese a su previsibilidad, no pierda interés en ningún momento de su metraje. Salvo el pasaje de la visita de los protagonistas al desolado Auschwitz –ese buque insignia que representa un horror que se trata de hacer olvidar–, con el fin de recopilar pruebas de la existencia de cámaras de gas donde acabaron sus días miles de personas, bastante sensible (sin caer en maniqueísmos ni sensiblería barata) y bien resuelta, el resto de Negación está bañado de un tono frío y distanciador, especialmente las escenas que transcurren en el interior de la sala del juicio, en las que la batalla dialéctica y la confrontación de puntos de vista nunca llegan a ser lo suficientemente vibrantes como para que el espectador sienta toda la rabia e indignación que se requería. Tampoco aporta nada novedoso al nutrido subgénero judicial que, en el pasado, nos ha regalado auténticas joyas (y también con el nazismo como trasfondo) como ¿Vencedores o vencidos? (El juicio de Nuremberg (Stanley Kramer. 1961) o La caja de música (Costa-Gavras, 1989), salvo que en esta ocasión, en lugar de juzgarse un crimen, se pone en tela de juicio la existencia del mismo. Lo que queda es una obra interesante como documento histórico y muy bien interpretada, pero lastrada por una realización telefílmica en exceso, que confunde sobriedad y contención con monotonía y desapasionamiento. Una lástima, porque podría haber sido una gran película. | ★★★ |
José Martín León
© Revista EAM / Madrid
Ficha técnica
Reino Unido. 2016. Título original: Denial. Director: Mick Jackson. Guion: David Hare (Libro: Deborah Lipstadt). Productores: Gary Foster, Russ Krasnoff. Productoras: Coproducción GB-USA; Krasnoff / Foster Entertainment / Participant Media/ Shoebox Films. Fotografía: Haris Zambarloukos. Música: Howard Shore. Montaje: Justine Wright. Dirección artística: Christina Moore. Reparto: Rachel Weisz, Tom Wilkinson, Timothy Spall, Andrew Scott, Caren Pistorius, Alex Jennings, Jack Lowden.