Detroit, Kathryn Bigelow.
Avalada por inmejorables críticas llega la nueva película de la realizadora estadounidense Kathryn Bigelow, una mujer que ha sabido mezclar con inteligencia en su filmografía estupendas cintas de acción como Acero azul (1989) o Le llaman Bodhi (1991), un título de culto dentro del género de terror como Los viajeros de la noche (1987) o aquella visionaria historia de ciencia ficción que fue Días extraños (1995), con títulos más ambiciosos y comprometidos como En tierra hostil (2008) –drama ambientado en la guerra de Irak con el que ganó seis Óscars, incluyendo los de mejor película y dirección– y La noche más oscura (2012), su no menos espinosa visión de la lucha de la CIA contra el terrorismo de Al-Qaeda. Detroit (2017) se adscribe a este último grupo de filmes, al estar tocado, al igual que ellos, de una gran carga crítica a la hora de refrescarnos la memoria sobre uno de los episodios más vergonzosos de la historia de Estados Unidos, el que tuvo lugar en la ciudad de Detroit, el 23 de julio de 1967, cuando una redada policial que pretendía cerrar un bar en la Calle Doce acabó en uno de los disturbios raciales más terribles que se recuerdan, con unos ciudadanos que, cansados de los abusos racistas contra la población negra, terminaron revolviéndose contra las fuerzas del orden. Este violento levantamiento, que se saldó con 43 muertos y múltiples destrozos materiales, ha sido reflejado por Bigelow y el guionista Mark Boal con enorme tensión y una acertada estética de docudrama potenciada por la fotografía de Barry Ackroyd. John Boyega, Hannah Murray, Anthony Mackie y Will Poulter, que ha recibido espléndidos comentarios por su rol racista, conforman el reparto del que ya puede considerarse uno de los mejores títulos del año, casi seguro contrincante a batir en la próxima temporada de premios, con el ansiado Óscar como última parada. El tráiler que ha lanzado eOne Films no puede transmitir mejores vibraciones. Coincidiendo con el 50 aniversario de aquellos acontecimientos, Detroit se estrena el 4 de agosto en Estados Unidos, mientras que en España tendremos que esperar hasta el 15 de septiembre para sentir la indignación ante unos hechos que, desgraciadamente, continúan repitiéndose a día de hoy con demasiada asiduidad.