El perfil de una comedia francesa actual
Crítica ★★ de En lugar del Sr. Stein (Un profil pour deux, Stéphane Robelin, Francia, 2017).
Desde hace ya algunos años, la cartelera española y sus potenciales espectadores han ido reservando un espacio de honor a cierta tendencia cómica del cine francés. Casi como si se tratara de un subgénero propio, cada año parecen estrenarse cuatro películas con el subtítulo de “la comedia francesa del año” dispuestas a arrasar en taquilla. Lejos quedan ya los ejemplos de las representativas Bienvenidos al Norte (Dany Boon, 2008) e Intocable (Olivier Nakache, Eric Toledano, 2011), puesto que nuevas hornadas similares llegan todas las temporadas. Logrando mayor o menor éxito, este tipo de filmes suelen apropiarse de un tema importante de la actualidad, como el racismo en el caso de Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? (Philippe de Chauveron, 2014) o el feminismo en Los casos de Victoria (Justine Triet, 2016), para ganarse a su público con un tono pretendidamente simpático que bascula entre el atrevimiento cómico y el mensaje edificante. Recientemente ha llegado a los cines autóctonos una nueva entrega de esta tendencia cinematográfica, En lugar del Sr. Stein (2017), segundo largometraje de Stéphane Robelin, que ya había probado esta fórmula del éxito en su ópera prima, ¿Y si vivimos todos juntos? (2011).
La historia se centra en dos personajes completamente contrapuestos. Por un lado está Alex (Yaniss Lespert), un indolente aspirante a escritor cuya falta de trabajo remunerado le obliga a vivir en la casa familiar de su novia, Juliette (Stéphanie Crayencour), quien acaba de terminar una relación con un hombre de negocios exitoso. Y por otra parte está Pierre (Pierre Richard), el abuelo viudo de Juliette que se convierte en alumno de Alex con el fin de aprender a manejar el ordenador y, así de paso, ayudar a su desconocido sobrino político a salir de su letargo laboral. Huelga decir que las relaciones iniciales entre ambos serán cuando menos complicadas, tanto por sus diferencias generacionales como por el alto concepto que el anciano tiene del antiguo novio de Juliette, al que no duda en alabar constantemente ante su insospechado sustituto. No obstante, la situación cambiará en el instante en el que Pierre, cuyo dominio de la informática va en aumento, empieza a hablar por un chat con una hermosa joven llamada Flora (Fanny Valette). Debido a que su avanzada edad seguramente le restaría posibilidades con la usuaria, Pierre utiliza la identidad de Alex para entablar conversación y, de esta forma, poniendo uno la cara y el otro la palabra, consiguen seducirla al mismo tiempo que van estrechando su amistad.
«El título original del segundo largometraje de Robelin es Un profil pour deux, “un perfil para dos”, y no podría estar más lejos de la modernidad transgresora de otras obras con tríos románticos insólitos como Una mujer para dos de Lubitsch. En el fondo, a pesar de exponer los efectos de los avances informáticos en las relaciones sociales actuales, esta historia es muy antigua».
El tema de actualidad importante en el que se centra esta comedia francesa es, por tanto, la forma que han tomado las relaciones amorosas en la era de las redes sociales… pero no parece que sea eso lo que al final le interesa a Robelin. Lo que la película verdaderamente pretende es simple, llevar a la actualidad la historia de Cyrano de Bergerac del mismo modo que ya lo han hecho en décadas anteriores cintas como Roxanne (Fred Schepisi, 1987) y La verdad sobre perros y gatos (Michael Lehmann, 1996). Para ello, el director utiliza dos estereotipos plenamente reconocibles hoy en día: el treintañero “nini” sin un rumbo fijo y el viejo gruñón en vías de modernización que abre el balcón cuando estando de cara al ordenador le piden que abra una ventana. Y de nuevo en el citado subgénero francés, la comedia de enredos simpática termina asfixiando el potencial reflexivo de la temática escogida. Es una elección del realizador y guionista cuestionable pero que también resulta a todas luces legítima. El problema surge cuando el mecanismo cómico que justifica toda la obra deviene en una sucesión de chistes más o menos eficaces pero siempre insuficientes, que tampoco pueden apoyarse en una trama romántica cuya sincera emotividad supla las carencias humorísticas.
Curiosamente, existe en En lugar del Sr. Stein una crítica hacia la propia película que de manera involuntaria define su mayor defecto. En sus aspiraciones infructuosas como escritor, el único trabajo al que Alex parece poder acceder es al de guionista para una serie de televisión efectista sobre patólogos. Durante todo el filme, el joven combina las clases de informática de Pierre con la preparación de un pitch para el productor televisivo, que en todo momento le insta a escribir de la manera más sensacionalista posible. Cuando el resto de personajes leen lo que ha escrito, todos le acusan de que esté vendiéndose a la literatura más barata mezclando clichés sobre sangre, drogas y prostitución. El mismo anciano le recrimina que en su relato esté “todo muy visto”, al mismo tiempo que le recomienda alejarse de tramas tan desagradables para escribir cosas más personales e íntimas. La crítica del personaje de Pierre es perfectamente aplicable a la película que está protagonizando, en la que todos los elementos más ásperos se han limado en la mayor medida posible con tal de ofrecer únicamente un producto comercial amable. El título original del segundo largometraje de Robelin es Un profil pour deux, “un perfil para dos”, y no podría estar más lejos de la modernidad transgresora de otras obras con tríos románticos insólitos como Una mujer para dos (Ernst Lubitsch, 1933). En el fondo, a pesar de exponer los efectos de los avances informáticos en las relaciones sociales actuales, esta historia es muy antigua. | ★★ |
Carles Gómez Alemany
© Revista EAM / Barcelona
Ficha técnica
Francia. 2017. Título original: Un profil pour deux. Director: Stéphane Robelin. Guion: Stéphane Robelin. Productores: Philip Borbély, Christophe Bruncher, Gaëtan David, Urte Amelie Fink, Fabian Gasmia, Lisa Gressmann, Bastian Griese, Julien Kalleja, Henning Kamm, André Logie, Philippe Logie, Georges Schoucair. Productoras: Ici et Là Productions / La Compagnie Cinématographique / Detailfilm / Gasmia Film / MMC Movies / Panache Productions. Fotografía: Priscila Guedes. Música: Vladimir Cosma. Montaje: Patrick Wilfert. Diseño de producción: Patrick Dechesne, Alain-Pascal Housiaux. Vestuario: Petra Fassbender. Reparto: Pierre Richard, Yaniss Lespert, Fanny Valette, Stéphanie Crayencour,Stéphane Bissot, Macha Méril, Gustave Kervern, Pierre Kiwitt, Anna Bederke, Philippe Chaine, Arthur Defays, Laurence Weitzig, Tan Win. PÓSTER.