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    Cine Alemán Siglo XXI

    Crítica | Wonder Woman

    El tercer nombre de la trinidad

    Crítica ★★★★ de Wonder Woman (Patty Jenkins, Estados Unidos, 2017).

    Han pasado setenta y seis años desde que William Moulton Marston creara a la primera superheroína de cómic de la Historia, Wonder Woman (popularmente conocida como la Mujer Maravilla), para la editorial DC. Más de siete décadas de reinado en las viñetas, con millones de seguidores de las aventuras de Diana, esta princesa amazona, miembro más joven de una estirpe de guerreras puestas en la Tierra por Zeus para inspirar amor y paz a unos humanos tentados por Ares, el dios de la guerra, a destruirse entre ellos. Habitantes de un paradisíaco reino conocido como Themyscira, oculto de los hombres de forma mágica, estas mujeres están sometidas a un duro entrenamiento que las convierte en expertas luchadoras, de fuerza y destreza sobrehumanas, siendo dirigidas por la protectora reina Hipólita y su hermana, la General Antiope. La llegada accidental a la isla del Mayor Steve Trevor, piloto y espía del ejercito de los Estados Unidos, al estrellarse su avión en el mar, hace que Diana descubra la figura del hombre y se enamore, eligiendo ir tras él a su mundo, convirtiéndose, de paso, en defensora de la justicia en tiempos de guerra. Durante años se había barajado la posibilidad de que la heroína diese el salto al cine, situación que parecía que nunca acababa de llegar. La exuberante Lynda Carter había conseguido un gran éxito enfundándose el traje de amazona durante las tres temporadas en que estuvo en antena la serie televisiva La mujer maravilla, convertida hoy en pieza de coleccionista para los amantes del kitsch, pero la gran pantalla continuaría durante mucho tiempo siendo una asignatura pendiente que se resistía. Poco ayudaron los sucesivos fracasos artísticos y comerciales de las adaptaciones que se estrenaron con féminas heroicas como protagonistas, tales como Supergirl (Jeannot Szwarc, 1984), Catwoman (Pitof, 2004) o Elektra (Rob Bowman, 2005). Pero todo era esperar a que llegase la coyuntura oportuna.

    Después de que Christopher Nolan otorgase una dimensión fuera de lo común al género a través de su magistral trilogía sobre el caballero oscuro, Warner Bros. se propuso empezar a construir el universo extendido de DC Cómics, siendo el primer paso de este ambicioso proyecto El hombre de acero (Zack Snyder, 2013), la grandilocuente y controvertida versión de Superman, interpretada por un Henry Cavill perfecto para el papel. Una película más que apreciable que dividió opiniones y que tuvo continuidad en Batman v. Superman: El amanecer de la justicia (Zack Snyder, 2016), una secuela aún más aparatosa que, pese a su enorme tirón comercial, fue vapuleada sin piedad por la crítica. Curiosamente, de aquella escabechina salió indemne Gal Gadot, la actriz elegida para erigirse en la Wonder Woman del siglo XXI, de la que todos destacamos sus espléndidas cualidades físicas e interpretativas para ser la perfecta encarnación de la amazona. En sus breves apariciones logró eclipsar a Cavill y a un efectivo Ben Affleck como nuevo Batman, haciendo que todas las miradas se dirigiesen a ella. Ahora, después del agridulce tercer peldaño escalado por DC con Escuadrón suicida (David Ayer, 2016), los estudios han confiado, por fin, en el potencial del personaje, considerando que ha llegado el momento de su puesta de largo cinematográfica. Encomendar las tareas de dirección a una mujer, Patty Jenkins, la realizadora que sacó de Charlize Theron la fabulosa interpretación por la que ganó un Óscar en Monster (2003), ha resultado ser todo un acierto, ya que rodar una cinta sobre Wonder Woman siempre había significado un sueño para ella y, viendo el resultado final de su trabajo, toda esa admiración y cariño por el personaje han quedado plasmados, con rotundidad, en cada fotograma de un filme que triunfa en terrenos en los que las últimas aventuras DC habían patinado.

    «Gal Gadot termina de hacer suyo un personaje fascinante... La actriz está espectacular, tanto cuando tiene que darlo todo en la acción como cuando debe mostrarse vulnerable, compasiva y, sobre todo, romántica».


    Con un presupuesto menor (aunque 149 millones de dólares no son pocos), Jenkins y el guionista Allan Heinberg han aparcado cualquier pretensión de complejidad argumental para edificar un blockbuster de corte clásico, de narración clara y limpia, que tiene un claro referente en el horizonte y no es otro que Superman (Richard Donner, 1978). Si aquella mítica obra dedicaba su emocionante primer acto a mostrarnos los orígenes del hijo de Jor-El y el dramático destino de su planeta natal Krypton, en Wonder Woman conocemos en sus primeros compases la infancia de Diana en Themyscira, la sobreprotección que sobre esta ejerce su madre, Hipólita (Connie Nielsen), obsesionada con mantener a la niña alejada del peligro, y los entrenamientos que, a escondidas, realiza con su tía Antiope (Robin Wright). También se nos narra la leyenda de la creación de las amazonas y la eterna promesa de la nueva llegada de Ares para acabar con ellas. Ya desde estos primeros minutos, el filme demuestra un interés mayor por los personajes y sus relaciones que por la acción gratuita. Es cierto que estamos ante un espectáculo visual de primer orden, con unos efectos especiales formidables, capaces de plasmar en todo su esplendor el mitológico reino y, cómo no, brillar en las alucinantes escenas de lucha, pero nada de esto opaca en ningún intervarlo el calado de la historia que se nos quiere contar. Gal Gadot termina de hacer suyo un personaje fascinante que, en esta ocasión, es presentado mucho más inocente y cercano que en su breve aparición de BVS , ya que aquí aún no había experimentado en sus propias carnes los horrores y malos sentimientos que habitaban fuera de su burbuja protectora, y, por lo tanto, su carácter aún no se había endurecido. La actriz está espectacular, tanto cuando tiene que darlo todo en la acción como cuando debe mostrarse vulnerable, compasiva y, sobre todo, romántica.

    La trama sentimental que protagonizan Wonder Woman y Steve Trevor (estupendo Chris Pine, desbordando química con su compañera en cada escena) es vital para que la heroína descubra que en la humanidad todavía queda esperanza para el amor y el soldado se contagie de esa empatía de su amada hacia los débiles que sufren. Se agradece que sus responsables hayan prestado el necesario mimo a los momentos más intimistas, dotándolos de una calidez que nos remite, una vez más, a la relación que mantenían Christopher Reeve y Margot Kidder en el Superman clásico, aunque esta vez los roles están hábilmente invertidos y es la chica la que salva al chico de morir tiroteado en un callejón, todo un homenaje a la cinta de Donner. Y es que Wonder Woman es una mujer adelantada a los tiempos en los que se ve obligada a moverse, los de la Primera Guerra Mundial, la guerra de todas las guerras, cuando las mujeres vivían a la sombra de los hombres y no tenían, ni siquiera, derecho a voto. He aquí donde reside la grandeza del personaje, en su mensaje de igualdad, de ruptura de las encorsetadas normas de la época –divertidísimo el pasaje de Diana vistiéndose de señorita en la boutique– y, sobre todo, en su capacidad para ser fuerte y valiente sin perder un ápice de feminidad. La trama no es demasiado original ni rompedora, una hazaña bélica con marcado espíritu de cine de aventuras añejo y el ejército alemán como representación del advenimiento de Ares para corromper la humanidad, así como sus villanos no tienen las mismas oportunidades de lucimiento de la pareja protagonista, pese a que Danny Huston y la española Elena Anaya no lo hagan mal. En contraposición, el grupo humano que acompaña a Steve Trevor (sobre todo, Ewen Bremner como un soldado torturado por los fantasmas de guerras pasadas, y Lucy Davis ejerciendo de eficiente secundaria cómica en el rol de secretaria) sí logra dibujar una interesante fauna que enriquece la historia sin problemas.

    «Un producto cuidado, con una recreación de época magnífica, una fantástica puesta en escena y un clímax final de lo más emocionante, que, además, hace gala durante todo el metraje de un perfecto manejo del humor, introducido en la historia de modo natural y nada forzado».


    Wonder Woman es todo un triunfo. Una película de superhéroes con corazón y alma, que transmite valores tan en desuso como la camaradería, el altruismo y el poder del amor para cambiar el mundo, sin caer en ningún instante en el sentimentalismo de manual. Como vehículo de acción es impecable, con set pieces tan redondas como la del ataque alemán a las playas de Themyscira, con soldados y amazonas enfrascados en una brutal batalla, o la de Wonder Woman atravesando las trincheras mientras esquiva el fuego enemigo. Secuencias muy bien dosificadas e integradas en el relato, que no caen en errores de montaje de sus títulos precedentes, aunque la impronta de Zack Snyder se deje ver en algunos movimientos de cámara lenta en las escenas de más impacto. Estamos ante un producto mucho más cuidado, con una recreación de época magnífica, una fantástica puesta en escena y un clímax final de lo más emocionante, que, además, hace gala durante todo el metraje de un perfecto manejo del humor, introducido en la historia de modo natural y nada forzado. Se le podría achacar un exceso de ingenuidad en su tono y en el tratamiento del romance, pero ese es uno de sus máximos aciertos, ya que derriba cualquier tipo de artificio o frialdad en beneficio de un entretenimiento atemporal, alejado de modas. Así las cosas, no queda otra que saludar a esta Wonder Woman como la gran esperanza que prueba que las cosas se pueden hacer (muy) bien en DC, consiguiendo que recuperemos la fe en que la próxima Liga de la Justicia (Zack Snyder, Joss Whedon, 2017) pueda ser algo muy grande. Y, por supuesto, ya estamos contando los días para que Gal Gadot vuelva a ser la estrella absoluta en la secuela, confirmadísima después del enorme éxito comercial y crítico que la película de Jenkins está teniendo desde su estreno. | ★★★★ |


    José Martín León
    © Revista EAM / Madrid


    Ficha técnica
    Estados Unidos. 2017. Título original: Wonder Woman. Directora: Patty Jenkins. Guion: Allan Heinberg (Historia: Zack Snyder, Allan Heinberg, Jason Fuchs; Personajes: William M. Marston). Productores: Charles Roven, Deborah Snyder, Zack Snyder, Richard Suckle. Productoras: Warner Bros. Pictures / DC Entertainment. Fotografía: Matthew Jensen. Música: Rupert Gregson-Williams. Montaje: Martin Walsh. Diseño de producción: Aline Bonetto. Reparto: Gal Gadot, Chris Pine, Danny Huston, Connie Nielsen, Robin Wright, David Thewlis, Elena Anaya, Said Taghmaoui, Ewen Bremner, Lucy Davis.


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