Uno de los aspectos por los que destaca la propuesta visual de Damien Chazelle en La La Land es su paleta cromática. Ya desde el número inicial identificamos un gusto por el contraste de colores, la luminosidad y una buscada viveza visual que nos sumerge de manera instantánea en el tono de la película. El número protagonizado por Emma Stone y sus tres compañeras de piso, el segundo de la cinta, vuelve a subrayarlo: cada una de ellas lleva un vestido muy parecido, pero de color diferente. Sin embargo, a lo largo de todo el metraje hay dos colores que predominan y a los que Chazelle vuelve una y otra vez. El rojo y el azul tiñen cada plano creando algunos contrastes interesantes: cuando Sebastian y Mia pasean por las noches azuladas de Los Angeles, el coche que cruza el puente es rojo; en otra noche de tonos azules, el descapotable rojo de Sebastian se dirige hacia el Observatorio Griffith después de ver Rebelde sin causa en una sala de cine donde el rojo de las butacas y de los títulos de crédito contrasta con el haz de luz azul del proyector. Aunque en ningún momento se asigne un color específico a cada personaje, lo cierto es que, en los momentos más románticos del filme, en aquellos en los que se fragua su historia, aparecen tonos rosas, lilas y violetas, fruto de la unión de ambos colores. El siguiente videoensayo viene a poner en imágenes estas consideraciones.
Videoensayo | La La Land: A Film in Red and Blue
Texto por
Víctor Blanes Picó
abril 27, 2017.
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