Antes de presidente
crítica ★★★ de Michelle & Obama (Southside with You, Richard Tanne, Estados Unidos, 2016).
En Estados Unidos hay una tradición mucho más consolidada que la nuestra de recoger las vivencias y experiencias de sus grandes figuras históricas, por medio de biografías entre otras cinematográficas, ya se trate de artistas, científicos u hombres al servicio del Estado. Y es que la política se concibe allí como gran espectáculo, con lo que ello conlleva a nivel de visibilidad y parafernalia, abundando así los registros de los acontecimientos que la rodean, desde los que giran en torno a las controversias locales hasta las que tienen que ver con las elecciones presidenciales. Una excelente síntesis de los subterfugios de este mundillo trascendiendo a una mayor escala la ofreció Lincoln (Steven Spielberg, 2012), sobre quien dio su definición más conocida a la democracia directa y buscó realizarla sorteando los obstáculos de la representativa para abolir la esclavitud. También abundan los biopics de ex presidentes mucho más cercanos, y mucho menos populares, incluso estrenados antes de finalizar su mandato, como fue el caso de W. (Oliver Stone, 2008), irónica crónica que aquí nos llegó directamente a las pantallas televisivas. Su sucesor Barack Obama no ha escapado a esta tendencia, y el año en que ha cedido su puesto a Donald Trump han aparecido en la cartelera norteamericana dos historias suyas, aunque curiosamente limitadas ambas a su juventud. Una es Barry (Vikram Gandhi, 2016), distribuida por Netflix, sobre los difíciles comienzos universitarios del futuro mandatario. Y la otra es la que nos ocupa, Michelle & Obama (Southside with You), presentada en Sundance y recién estrenada en nuestro país.
Esta ópera prima de Richard Tanne, también guionista, llevaba ideada desde antes de la elección de Obama, allá por el 2007, dato que concuerda con su visión circunscrita y pasada, aunque como adelantamos salga a relucir su mensaje más amplio y presente. Nos situamos en el verano de 1989, en Chicago, el de los hits de Janet Jackson o el estreno de Haz lo que debas (Do the Right Thing, Spike Lee), cinta en que culmina la cita de los Obama. Sin embargo, al principio, si hemos hecho caso omiso del título (por cierto traducido con un deje machista en apariencia ocurrente pero en verdad censurable) y atendido únicamente a la historia, no sabemos quiénes son ellos aparte de unos veinteañeros como tantos otros que, el día en que libran de su trabajo, se disponen a salir a tomar algo y compartir un rato agradable. Primero se nos introduce a ella (Tika Sumpter), que vive con sus padres, mientras se arregla antes de que venga a recogerle él (Parker Sawyers), que a su vez ha hablado con su madre y confirmado la identidad de la chica con la que se va a reunir. No su nombre, sino el color de su piel, aunque ello también sea biográficamente relevante (por parte de la madre, no su nuera en ciernes) y se añade a otras pistas que enseguida nos proporcionan las concretas señas de los protagonistas. En efecto, ambos se conocieron en la mentada urbe del norte de Estados Unidos cuando ella trabajaba de asociada en un despacho y él estaba ahí de paso, mientras acababa su primer curso en Harvard. Tanne procura por tanto ser fiel a los hechos, sin que ello le prive de las inevitables licencias artísticas, empezando por el casting donde la diferencia de estatura entre Sawyers y Sumpter (en cualquier caso convincentes ambos en sus papeles) es muy superior a la real, si bien el jefe de esta última observe que la misma destaca por su estatura. En otras palabras, el guion está ideado desde el más escrupuloso (y laudatorio) reflejo de la realidad que debió ser, aunque luego en su realización haya alteraciones conscientes.
«Hay sencillez y verosimilitud, incluso emoción y suspense, en el desarrollo de la trama [...], pero su carácter incompleto se corrige por fuerza y le quita al experimento gran parte de la repercusión a la que aspira».
Al mismo tiempo, el cineasta imagina con cierta libertad cómo pudo transcurrir ese primer encuentro, dejando traslucir en escenas anodinas un subtexto más significativo que se suma a las puras cuestiones fácticas. Así, por ejemplo, hacia la mitad del breve metraje, Barack y Michelle acuden a una iglesia fuera de horario de misa donde están congregados los vecinos del barrio que quieren montar un centro comunitario, al que el ayuntamiento pone bastantes trabas, hasta que el propio Obama interviene para recordarles con un discurso edificante lo mucho que pueden lograr con la colaboración antes que con el conflicto. Así resumido suena a oportuno panfleto, pero lo cierto es que la interpelación tenía razón de ser porque su sujeto ya había estado al frente de la comunidad antes de matricularse en la universidad, y resulta en su conjunto algo más desarrollada. Hasta el punto de que su compañera comenta luego que él tiene buenas dotes de orador, pese a su ligero tono profesoral, y que podría dedicarse a la política. El responde con un simple “quizás”. Empero aquí surge la gran paradoja: más que una apelación a profundos y aún ocultos rasgos de carácter, con pronóstico de evolución incluido, el intercambio funciona como un guiño al espectador, que pide para su comprensión no recurrir al ideario que pueden dejar entrever las coordenadas fílmicas, sino al que existe al margen suyo. Se agradece, por tanto, que Tanne renuncie a los parámetros habituales del biopic, que en su experiencia norteamericana abusa además de los rótulos y archivos aquí ausentes, que a su manera y con mucha menos sutileza nos sacan también de la ficción representada; pero lo hace a costar de condicionar el entendimiento cabal de su película a elementos igual de extraños y artificiosos, pese a su pretendido registro documental. Al final la trampa es similar: hay sencillez y verosimilitud, incluso emoción y suspense, en el desarrollo de la trama, claramente inspirada en la trilogía Antes de… de Richard Linklater, pero mientras que en esta rellenábamos los huecos de su narrativa incompleta con la vida que íbamos imaginando para Jesse y Céline, aquí ese carácter incompleto se corrige por fuerza y le quita al experimento gran parte de la repercusión a la que aspira. No estamos en definitiva ante el mejor ejemplo del subgénero, el que cuenta dentro de su propio marco audiovisual con toda la información que debemos tener de su figura; ni ante el peor y más corriente, que se apoya expresamente en lo que su libreto no alcanza a cubrir, sino más bien ante un curioso y sensible prólogo. | ★★★ |
Ignacio Navarro Mejía
© Revista EAM / Madrid
Ficha técnica
Estados Unidos, 2016. Título original: Southside with You. Presentación: Festival de Sundance 2016. Dirección: Richard Tanne. Guion: Richard Tanne. Productora: IM Global. Fotografía: Patrick Scola. Montaje: Evan Schiff. Música: Stephen James Taylor. Diseño de producción: Lucio Seixas. Dirección artística: Adri Siriwatt. Vestuario: Megan Spatz. Reparto: Parker Sawyers, Tika Sumpter, Vanessa Bell Calloway, Phillip Edward Van Lear, Taylar Fondren, Deanna Reed-Foster, Jerod Haynes. Duración: 84 minutos. PÓSTER OFICIAL.