Por fin ha llegado. El tráiler probablemente más esperado del año, no sólo por la película que anuncia, la última de esa leyenda viva que es Martin Scorsese, sino por lo mucho que se ha hecho de rogar, estrenándose apenas un mes antes de que lo vaya a hacer la propia cinta. La estrategia de su distribuidora Paramount Pictures estaba siendo quizá demasiado fiel al título, apostando por una campaña sin apenas ruido, en parte por lo abultado de su terna esta temporada y en parte por lo justo que ha acabado la producción de Silencio. Esta adaptación de la novela de Shûsaku Endô, sobre dos jesuitas que se trasladan al violento e intolerante Japón del siglo XVII para localizar a su mentor, de quien se dice que ha renunciado a su fe, es un proyecto de larga gestación para Scorsese, siempre interesado en cuestiones religiosas. Ha conseguido realizarlo tras varios retrasos, ajustes presupuestarios y cambios en el casting, ya que inicialmente eran Daniel Day-Lewis, Benicio del Toro y Gael García Bernal los que debían dar vida a los tres protagonistas. Estos han sido finalmente sustituidos por Liam Neeson, Andrew Garfield y Adam Driver. El primero cuenta con todas las papeletas para hacerse con el Óscar a mejor actor secundario, tras una larga filmografía en la que ha sabido compaginar una variedad de géneros; mientras que los dos últimos son grandes promesas del cine actual que sin duda aprovecharán esta incursión de la mano de todo un maestro para impulsar todavía más su carrera. El cineasta de Queens también debería obtener un gran reconocimiento por este filme, que se estrenará el 23 de diciembre en Estados Unidos y el 5 de enero en nuestras salas, a las que asistiremos para disfrutarlo con un ineludible y reverencial silencio.
