El reboot de la franquicia Spider-Man no solo dejó herido de muerte al Hombre Araña, a la deriva tanto artística como mercantilmente por obra y gracia de Marvel Enterprises, sino también a su director, Marc Webb, otrora promesa del cine independiente estadounidense gracias al impacto de su primera película, (500) días juntos (500 days of Summer, 2009). Fue en territorio indie, el Festival de Sundance, donde Webb se dio a conocer con esta fábula romántica protagonizada por unos estupendos Zooey Deschanel y Joseph Gordon-Levitt. Lejos de seguir en el páramo del bajo presupuesto, su siguiente proyecto pasó a tener varios ceros con el objetivo de acercar, aún más, a las nuevas generaciones al citado personaje creado por Stan Lee. Pese a que con los números de la taquilla no se puede hablar de fracaso –al menos en el primer episodio—, las sensaciones no fueron demasiado positivas, ahondando en las pocas posibilidades creativas del estudio, en un bucle narrativo y visual eterno. La dirección de Webb fue tildada de impersonal y, con ello, decrecieron las esperanzas depositadas en el que parecía uno de los renovadores del romántico. Tras un periodo de descanso compatibilizado por la dirección en la serie Limitless (2015-2016), Webb vuelve al gran formato intentando recuperar la esencia de su ópera prima con Gifted, que se estrenará el 12 de abril en Estados Unidos. Bajo el amparo de Fox Searchlight Pictures y, probablemente, con premiere en Utah, Webb recrea sus propios pasos con un drama protagonizado por Chris Evans, que da vida a Frank Adler, un padre al que se le retira la custodia de su hija superdotada. Jenny Slate, Octavia Spencer, Lindsay Duncan, Mckenna Grace completan el reparto de una cinta que, a tenor de lo exhibido en su primer tráiler, con varios cambios tonales que oscilan del drama social a la comedia, e incluso a la intriga, no parece el mejor retorno posible para el joven cineasta de Indiana.
PÓSTER OFICIAL DE GIFTED.
