Vacío existencial bajo poliédrica personalidad
crítica ★★★ de Complete Unknown (Joshua Marston, EE.UU., 2016).
En 2004, María, llena eres de gracia, un modesto filme colombiano dirigido por el estadounidense Joshua Marston, se convirtió en una de las sensaciones dentro de los circuitos de cine independiente, acaparando reconocimientos tan prestigiosos como el Premio del Público en Sundance, el Oso de Plata a la mejor actriz (magnífica Catalina Sandino Moreno) en Berlín, Mejor dirección novel del Círculo de críticos de Nueva York o el Premio Nueva Generación de la Asociación de críticos de Los Ángeles. Después de aquella contundente ópera prima sobre el drama de una joven de 17 años de Bogotá que se veía obligada por la necesidad a pasar drogas a Estados Unidos, la mayor parte de la obra de su realizador se desarrolló en la televisión –salvo excepciones como su episodio en New York, I Love You (2009) o la interesante (y premiada en Gijón por su guion) The Forgiveness of Blood (2011)–. Su regreso a la dirección de largometrajes con Complete Unknown (2016) no puede ser más que recibido con moderada expectación ante los derroteros que haya podido tomar en este nuevo trabajo un cineasta cuya breve trayectoria cinematográfica se había caracterizado hasta el momento por una acentuada conciencia social en sus historias. Su paso por la pasada edición de Sundance no se saldó con el mismo éxito con el que se acogió a María, llena eres de gracia, siendo la recepción un tanto tibia por parte de la crítica especializada, a pesar de que, por primera vez, Marston ha estado arropado por la presencia de grandes estrellas en su reparto.
Complete Unknown nos presenta a un personaje femenino muy peculiar. Alice es una mujer atractiva y sociable, con una facilidad envidiable para hacer amistades y fascinar con las historias que dice haber vivido a lo largo de los muchos países en los que ha estado. Una noche, Clyde, un colega de trabajo al que acaba de conocer, le pide que sea su pareja en la cena de cumpleaños de su amigo Tom, un tipo que no atraviesa su mejor etapa laboral y sentimental, ya que no se siente realizado con su rutinario trabajo y, por otro lado, no se decide a dejarlo todo para seguir a su esposa cuando a esta le surge una jugosa oportunidad en California. La velada transcurre plácida y distendida hasta que Tom pone sus ojos sobre la invitada sorpresa y cree reconocer a una persona muy especial que desapareció de su vida, de la noche a la mañana, quince años atrás. Esta primera mitad de la película está muy bien ejecutada desde el guion de Julian Sheppard y el propio Marston, ya que crea una incómoda atmósfera de misterio que consigue desconcertar al espectador (al mismo tiempo que al personaje de Tom, interpretado de forma magnífica por Michael Shannon), haciendo que se pregunte quién es en realidad esta Alice a la que, a través de sucesivos flashbacks, hemos visto ejerciendo de médico, de ayudante de mago, de bióloga, etc, cambiando también su look para cada ocasión. Parece estar claro que algún secreto esconde, y que su presencia en casa de Tom no puede ser todo lo casual que cabría esperar, por lo que solo queda dejar que las horas pasen y, con ellas, las distintas capas que constituyen la poliédrica personalidad de Alice se desprendan, a través de las reveladoras conversaciones que establece con Tom mientras ambos deambulan por las calles de la ciudad, en la oscuridad de la noche.
«Estamos ante una obra muy irregular, tanto en su ritmo como en su complicado equilibrio entre géneros, mucho más interesante en su primer tramo que en su posterior desarrollo, cuando sus cartas han sido desveladas y todo se precipita hacia un "breve encuentro" con exceso de diálogo y sin demasiada fuerza emocional, por mucho que Rachel Weisz esté absolutamente fascinante y enigmática en su complejo (y a la vez desdibujado) personaje».
Desde el instante mismo en que Tom y Alice se escapan de las miradas del grupo de amigos para iniciar su particular paseo nocturno, la cinta va abandonando su inicial tono cercano al thriller psicológico para adentrarse en los mucho más convencionales terrenos del drama romántico. Este tipo de subgénero de idilios breves, que tienen su inicio y su final durante el transcurso de una noche, suele funcionar estupendamente cuando la química entre sus protagonistas fluye de forma adecuada. Ethan Hawke y Julie Delpy en Antes del amanecer (Richard Linklater, 1994) o Chris Evans y Alice Eve en Antes de que te vayas (Chris Evans, 2014) serían dos buenos ejemplos de ello, y, en Complete Unknown, Michael Shannon y Rachel Weisz no se quedan atrás a la hora de hacer que salten chispas en sus furtivos cruces de miradas, sosteniéndose sobre su constante tira y afloja toda la narración. La diferencia radica, en este caso, en que las ambiciones de sus guionistas van más allá de la simple historia de amor (en su variante de segundas oportunidades), indagando en el juego de identidades (y potenciación de sus múltiples talentos) en el que se escuda Alice en su interminable huida de sí misma, y que, en última instancia, solo deja entrever una enorme fragilidad que la empuja a tratar de enterrar a su verdadero yo, así como un temor casi patológico a echar raíces y pertenecer a un único lugar. Este carácter aventurero de ella –a la que no le cuesta nada renunciar a sus distintas vidas para volver a empezar desde cero–, choca con la situación personal de Tom, temeroso a dar cualquier tipo de cambio a una existencia cómoda pero necesitada de ello con urgencia. En ambos casos, sus comportamientos, tan opuestos, esconden un mismo vacío existencial. En uno de los pasajes más esclarecedores de la cinta, la pareja se topa con una anciana (Kathy Bates) que se lesiona un pie mientras paseaba a su perro, por lo que la acompañan hasta su casa, donde Alice empuja a Tom a fingir que es osteópata y que puede aconsejar a la mujer acerca de sus dolencias –algo que sirve para que el improvisado impostor experimente los placeres del cambio de identidad, algo que le hace reflexionar sobre lo fácil que puede ser cambiar de vida si se lo propone–. Estamos ante una obra muy irregular, tanto en su ritmo (demasiado moroso) como en su complicado equilibrio entre géneros, mucho más interesante en su primer tramo que en su posterior desarrollo, cuando sus cartas han sido desveladas y todo se precipita hacia un "breve encuentro" con exceso de diálogo y sin demasiada fuerza emocional, por mucho que Rachel Weisz esté absolutamente fascinante y enigmática en su complejo (y a la vez desdibujado) personaje. Si Complete Unknown consigue sobreponerse al tedio en más de una ocasión es gracias a la entregada labor de su excelente pareja protagonista.
José Martín León
© Revista EAM / Madrid
Ficha técnica
Estados Unidos. 2016. Título original: Complete Unknown. Director: Joshua Marston. Guion: Joshua Marston, Julian Sheppard. Productores: Lucas Joaquin, Lars Knudsen, Jay Van Hoy. Productoras: Parts and Labor / Heron Television / Amazon Studios / IFCFilms. Fotografía: Christos Voudouris. Música: Danny Bensi, Saunder Jurriaans. Montaje: Malcolm Jamieson. Dirección artística: Seth Williamson. Reparto: Rachel Weisz, Michael Shannon, Azita Ghanizada, Michael Chernus, Omar Metwally, Condola Rashad, Kathy Bates, Danny Glover.