Esta semana comenzó la 69ª edición del Festival de Locarno, probablemente, la meca del cine de autor contemporáneo; un certamen que ha sabido adaptarse a las nuevas tendencias del cine autoral gracias a una poderosa inversión. En su siempre atractiva selección oficial destaca en esta entrega Slava (Glory es su título internacional), cinta búlgara que devuelve a la primera plana al tándem Kristina Grozeva-Petar Valchanov, que sorprendiera hace un par de años con La lección (Urok), ganadora del premio Nuevos Directores del Festival de San Sebastián y posterior candidata a los Premios Lux. Con su segunda película, Grozeva y Valchanov siguen en el drama con la historia de Tsanko Petrov, un trabajador del ferrocarril que se encuentra un millón de levs en las vías del tren y decide devolverlos a las autoridades. Estas, viendo su gesto de honestidad, le recompensan con un nuevo reloj de pulsera que sustituirá a su fiel acompañante en el andén en los últimos años y que irá a parar a la jefa de relaciones públicas del Ministerio de Transporte, que lo perderá más tarde. Un hecho que hará replantearse a Petrov el porqué de su acto. Slava está protagonizada por Stefan Denolyubov –que ya tuvo un rol secundario en la anterior obra del dúo de realizadores—, Margita Gosheva, Milko Lazarov y Kitodar Todorov. Esta coproducción entre Bulgaria y Grecia, amparada por Abraxas Film, Graal S.A. Screening Emotions y Aporia Filmworks, será distribuida en Europa por Wide Management. Aún no tiene fecha de estreno. Un hueco en el palmarés podría ayudar a ello.