La suerte está echada. La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España ya ha seleccionado a los tres títulos que competirán por ser el próximo representante español para la lucha por el Óscar a la Mejor película extranjera, en la que será la 89 edición de los premios más glamurosos del mundo del cine. Tres cintas que, curiosamente, no han gozado del éxito esperado en taquilla, pero que cuentan con méritos más que suficientes para convertirse en una digna contendiente para hacerse con el preciado galardón. Julieta, el último tour de force melodramático de Pedro Almodóvar; La novia, la personal adaptación de las Bodas de sangre de Federico García Lorca, llevada a cabo por Paula Ortiz; y El olivo, la comedia dramática de Icíar Bollaín, forman una terna ganadora de la que solo una de las tres acabará saliendo victoriosa. Tres relatos muy distintos, con una óptica marcadamente femenina, que merecen ser apreciados más allá de nuestras fronteras. A continuación, desgranamos los pros y los contras de cada uno de los tres filmes, así como las posibilidades con que cuentan para superar los distintos cortes hasta acabar entre las cinco nominadas al Óscar.
Julieta de Pedro Almodóvar
(El Deseo / Warner Bros Pictures España).
Hablar de Pedro Almodóvar, a estas alturas, es hacerlo de nuestro director más internacional, ese que mayores reconocimientos y condecoraciones ha recibido a lo largo y ancho del planeta. Un cineasta con un universo propio e intrasferible, muchas veces ninguneado en su propio país. Desde que debutara con la comedia petarda Pep, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980), Almodóvar ha sabido reinventarse con los tiempos, estilizando sus trabajos y madurando película tras película. ¿Qué he hecho yo para merecer ésto? (1984) fue la primera señal de que estábamos ante uno de los mayores genios de la historia de nuestro cine, mientras que la provocativa La ley del deseo (1987) se convirtió en todo un título de culto en Estados Unidos. Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), además de convertirse en la cinta española más taquillera hasta la fecha, consiguió una nominación al Óscar que solo Bille August, con su magnífica Pelle el conquistador, consiguió evitar que se materializara en premio. Hasta el estreno de Todo sobre mi madre (1999), su obra maestra, no consiguió quitarse Almodóvar la espinita del Óscar, logrando por fin la codiciada estatuilla. En 2002, la Academia española cometió uno de los errores más imperdonables de su historia al escoger a Los lunes al sol (Fernando León de Aranoa) para representarnos en Hollywood, en lugar de enviar a la magnífica Hable con ella.El resultado: España no consiguió estar entre las cinco cintas nominadas pero Almodóvar conseguía el hito de ser el primer español nominado en la categoría de Mejor director, además de hacerse con su segundo Oscar, esta vez reconociendo al Mejor guion original. Con Volver (2006), colocó a Penélope Cruz entre las nominadas a la Mejor actriz, al mismo tiempo que se apuntaba uno de sus mayores éxitos internacionales. Tras los flojos resultados críticos de su disparatada comedia Los amantes pasajeros (2013), Almodóvar se dispuso a adaptar tres relatos de la Premio Nobel de literatura Alice Munro ––Destino, Pronto y Silencio– en un esperado regreso al melodrama femenino con Julieta, una película que, pese a su elegancia y una sobriedad impropia del realizador, ha recibido una acogida algo tibia, tanto por la crítica como por el público. Estamos ante uno de los mayores fracasos de taquilla del manchego, que cuenta la tormentosa historia de Julieta, a lo largo de tres décadas marcadas por la pérdida, el dolor y la culpa. Protagonizada por dos maravillosas actrices como Emma Suárez y Adriana Ugarte, secundadas por Inma Cuesta, Rossy de Palma, Daniel Grao y Michelle Jenner, Julieta es, ante todo, una obra de madurez, extraña e inclasificable, tan fría como sutil a la hora de plasmar su torbellino de sentimientos, a la que, con toda seguridad, el tiempo hará justicia colocándola entre los mejores trabajos del director. Ella sería la apuesta ganadora para llegar hasta Hollywood. No tanto porque sea la mejor de las tres seleccionadas (que no lo es), como por el hecho de que en Estados Unidos el nombre de Pedro Almodóvar es sinónimo de éxito y calidad. Le conocen perfectamente y veneran cada nuevo trabajo suyo, algo que facilita de manera notable su paso a la terna de las cinco nominadas al Óscar a la Mejor película extranjera de 2017.
La novia de Paula Ortiz
(Get in The Picture Productions / Cine Chromatix / Betta Pictures).
Después de su notable debut con De tu ventana a la mía (2011), con la que ganó el Premio al mejor nuevo director en la Seminci de Valladolid, Paula Ortiz se consolida como una de las grandes cineastas de nuestro país con La novia, su poética y estilizada visión de Bodas de sangre. Una inconmensurable Inma Cuesta se pone en la piel (y las entrañas) de esta novia que se debate entre la fidelidad a su novio (Asier Etxeandia) y la oculta pasión que siente por el indomable Leonardo (Álex García). Un triángulo formado por tres amigos inseparables desde la infancia que amenaza con culminar en tragedia en vísperas de una boda no deseada. Estamos ante una propuesta que ha encandilado a crítica y público, ganadora de numerosos premios, entre ellos 2 Goya ––mejor fotografía y actriz de reparto (Luisa Gavasa, enorme)– y 6 Premios Feroz (incluido el de mejor película). Una obra de arte, repleta de imágenes poderosas, que supone una ocasión de oro para demostrar, una vez más, que la obra lorquiana sigue manteniendo todo su carácter atemporal y universal intacto. Sin duda, estamos ante el mejor de los tres filmes seleccionados, pese a que el poco eco del nombre de su directora fuera de nuestras fronteras pueda jugar en su contra para lograr la ansiada nominación. Méritos, desde luego, no le faltan.
El olivo de Icíar Bollaín
(Morena Films / Match Factory Productions / Entertainment One Films Spain).
El séptimo largometraje de Icíar Bollaín tras éxitos del calibre de Hola, ¿estás sola? (1995), Te doy mis ojos (2003) –ganadora de 7 Premios Goya, incluidos los de mejor película y directora– o También la lluvia (2010) –primero de sus filmes que fue seleccionado para competir al Óscar, desplazando a Celda 211 (Daniel Monzón) y Lope (Andrucha Waddington)–, es una sencilla road movie que deambula con soltura entre el drama costumbrista y la comedia, con unos estupendos trabajos de Javier Gutiérrez y la joven Anna Castillo. La historia, escrita por Paul Laverty, cuenta la pequeña gran aventura (física y emocional) emprendida por Alma, una conflictiva veinteañera valenciana que viaja en camión por carretera hasta Alemania, en compañía de su tío y su mejor amigo, con la imposible intencion de recuperar un olivo que, años atrás, le arrebataron a su abuelo. El hombre, víctima del Alzheimer, tras dejar de hablar voluntariamente después de que sus hijos vendieran el milenario árbol, también ha dejado de comer, por lo que su nieta puensa que, recuperando lo que una multinacional le arrebató, tal vez pueda devolverle las ganas de vivir. Este tipo de productos bienintencionados y amables, no exentos de crítica social (temas como la crisis económica se dejan caer en la trama), suelen ser del gusto de los académicos, pero, siendo honestos, El olivo es, de las tres obras seleccionadas, la que menos alabanzas se ha llevado por parte de la crítica –que no valoró de forma muy positiva los ramalazos sensibleros de más de un pasaje–, así como el trabajo más flojo de su realizadora hasta la fecha. Supondría una auténtica sorpresa (y una injusticia) que fuese finalmente la elegida.