El batacazo en taquilla del regreso a la magia de los 80 del bello cuento adornado de CGI moderno que es Mi amigo el gigante no es obstáculo para que el prolífico director Steven Spielberg tenga previsto el estreno de muy diferentes cintas a partir de 2018. Abarcando géneros totalmente contrarios, a principios del próximo año está previsto el rodaje de The Kidnapping of Edgardo Mortara, una adaptación de la novela de David I. Kertzer que narra la historia de un niño judío en la ciudad italiana de Bolonia en pleno siglo XIX que es apartado de su familia católica tras haber sido bautizado en secreto. Spielberg parece desear volver a acercarse al pasado de su religión como ya exploró en Múnich (2005) o La lista de Schindler (1993). Una película cuyo reparto estará encabezado por Oscar Isaac (A propósito de Llewyn Davis) y el oscarizado por El puente de los espías Mark Rylance, quien no solo repite con el realizador sino que también tendrá un papel en su otra obra esperada para 2018. Nos referimos a Ready Player One, aproximación a uno de sus terrenos más conocidos como es la ciencia ficción. Basada en la novela homónima de Ernest Cline, se desarrollará en 2044 y presentará un futuro decadente cuya única vía de escape es la adicción de la población un videojuego de realidad virtual que llevará a su protagonista a la calle, pero también a diferentes competidores representando a entidades corporativos sin escrúpulos obsesionados con lograr el premio que esconde este juego llamado OASIS. Un mundo distópico como el que ya supo construir en Inteligencia Artificial (2001) o Minority Report (2002). Ya para 2019, a parte de la quinta entrega de Indiana Jones, la cual contará con Harrison Ford y continuará la historia en el punto donde se dejó en Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (2008), a la vez de volver a gozar del acompañamiento musical de John Williams, Spielberg trabajará por primera vez con la también ganadora del Óscar Jennifer Lawrence en It’s What I Do. En esta ocasión el filme versará sobre las vivencias reales de la fotoperiodista bélica Lynsey Addario, la cual logró numerosos premios en su carrera incluyendo el Pullitzer en 2009. Un biopic que bien sabrá conciliar la vena emocional del cineasta con su pericia técnica a la hora de retratar la brutalidad de la guerra como pudimos apreciar en toda su magnitud en Salvar al soldado Ryan (1998).
