Cuando pensamos en Starman recurrimos enseguida a la intensidad de su final, no tanto de su desenlace como de los últimos segundos de la película. La poderosa fuerza dramática del primer plano de Karen Allen mientras imaginamos en contraplano la ida del extraterrestre en la nave es, sin duda, uno de los planos mas hermosos de toda la obra de John Carpenter. Un rostro limpio, natural, entre relajado y emocionado, plasmaba por sí mismo, en la contención descriptiva de la imagen, todo el amor que una sola imagen alcanzaba a retransmitir. Ante la despedida de Starman se hacían ver determinados aspectos del hombre y su extranjería, del cuerpo extraño que pese a concebir humanidad necesitaba huidizo volver a sus orígenes naturales. Midnight Special, la extraordinaria obra de Jeff Nichols, alberga en su constructo esa dispar continuidad de relato fantástico consumado en derredor de notas emocionales muy precisas e impuestas en la imagen. Ambas comparten y aúnan elementos narrativos y formales, no ya desde el homenaje, sino incluso a través de la modulación de espacios y principalmente de sonidos. La banda sonora compuesta por Jack Nitzsche para Starman minimizaba lo melódico gracias al inteligente uso de sintetizadores y de música electrónica. Unas ligeras y expansivas notas in crescendo que incurrían hacía un brillante colofón emocional.
Un trabajo creativo de diversas texturas orquestado desde lo sintético sin obviar un referente clásico a la hora del registro sonoro (la repetición de notas, con un fin claramente identificador). La composición de Nitszche sirve de partida para la excelente música escrita por David Wingo para Midnight Special sumando una muesca más en la conjunta carrera del compositor con el director de Mud. De entrada, no encontraremos en el score melodías definidas, ni sobrecargadas, más bien alteran lo narrado desde la indefinición, un rodillo expresivo colmado de detalles sensoriales. Destaca pues como Nichols oscila con vigor por una historia donde el amor (en todas sus variaciones), es el carril principal sin dejar que una música sensiblera o de carácter meramente sinfónico subraye los tonos del viaje. El gráfico tema principal de Wingo (motórico y enigmático), ejemplifica la intriga y el suspense de la narración espacial sugiriendo estímulos con el correcto uso de lo electrónico. Sinóptico cada uno de los cortes del soundtrack verifican sensaciones o emociones primitivas sin prisas o acentuación activa, hasta que a la par que los acontecimientos estalla (luminoso) en el último track “New World” (la esperanza también enfocada en Nichols mediante un primer plano al vacío).
Wingo fragua cada pasaje sonoro de la cinta para dotarlos de una carga plena que combinen perfectamente con la escritura espasmódica de Nichols. La labor entonces de la música es transitar, respirar, y bombear mediante la estudiada combinación de motivos electrónicos. Significativo que en muchos momentos la música ceda, ahogándose y suspendiéndose en breves silencios, para resurgir después más profunda, esperanzadora, libre.
Varias veces durante la extensión de la banda sonora notaremos un desarrollo atonal y disonante bastante agresivo que pretende favorecer la tensa espera, o la incertidumbre: véanse los cortes “Savier” o “Abduction”, dibujados como repuestas hostiles a la mirada extranjera del niño. Esto, que antes hallábamos en Nitzsche y Starman el umbral máximo de pasión narrativa, fluye en Wingo y Midnight Special estableciendo nítidos pliegues de impacto, ya que aspiran con la música a sostener el aliento o la percepción de un tipo de cine afectivo que no descansa ni se cierra a lo textual o literal. Las escenas mas poderosas de la película prefieren obviar los artificios para en lo intimo de la habilidosa descripción familiar de Nichols, surcar los mares crispados de un acompañamiento rigurosamente ambiental. De esta suerte, dos de los cortes más bellos de todo el compacto (“The Clearing” y “I think they´re like me”), se manifiestan contiguos con un delicado y transparente uso de voces corales en el primero y un triste carácter humano en el segundo. Así las cosas, Wingo fragua cada pasaje sonoro de la cinta para dotarlos de una carga plena que combinen perfectamente con la escritura espasmódica de Nichols. La labor entonces de la música es transitar, respirar, y bombear mediante la estudiada combinación de motivos electrónicos. Significativo que en muchos momentos la música ceda, ahogándose y suspendiéndose en breves silencios, para resurgir después más profunda, esperanzadora, libre. Empezábamos comentando aquel primer plano de Karen Allen en Starman, no es casual que sea, en mayor o menor medida, otros primeros y definitorios planos finales los que otorguen a Midnight Special las coincidencias y el abordaje a un tipo de cine en el que siente reflejarse. Rostros de un padre, de una madre, y lo incierto de un viaje a lo desconocido. El abanico y los elementos activos que guardan parecidos en la ficción concurren en formas abisales, especialmente en el uso de la luz, fundamental tanto en lo somático como en lo artístico, y sobre todo en la banda de sonido. No solo lo extrapola Wingo en lo tímbrico de un score magnético, con nervio, también en la progresiva sensación de escuchar una partitura eficaz que define a conciencia la fisionomía dramática de la película. Con Midnight Special descubrimos la importancia de describir y potenciar lo filmado no siendo fortuito que a cada nueva obra Wingo se ajuste mejor a los intereses, y paisajes, del Nichols cineasta.
Tracklist
1. Midnight Special Theme
2. FBI Raid
3. Earthquake
4. Sevier
5. Doak And Levi
6. Eldon’s House
7. Truck Stop
8. Sarah
9. They’re Looking For Me
10. Wilting
11. The Clearing
12. I Think They’re Like Me
13. Abduction
14. Sevier and Alton
15. Military Base
16. Closing In
17. Roadblock
18. New World
19. Marshland (feat. Ola Gjeilo)
Banda sonora completa