«Presentar de repente a siete mujeres como heroínas nos sometió a mucha presión para conseguir financiación. Los productores nos decían que pusiéramos a un hombre o no participarían en el proyecto. Por eso en la India se la conoce como la primera película de mujeres».
Se estrena en España el tercer trabajo de ficción del director indio Pan Nalin, 7 diosas, una película que resulta excepcional dentro de la cinematografía de su país de origen por estar protagonizada exclusivamente por mujeres; las cuales, además, ejercen su poder y luchan por sus derechos, negados en una sociedad eminentemente heteropatriarcal. Un filme que removerá conciencias (en el último Festival de Toronto ganó el segundo Premio del Público), y que el propio Nalin ha estado presentado en Madrid, y del que a continuación nos degrana sus dificultades y complejidades.
El planteamiento de 7 diosas llama la atención: empieza como un trabajo un tanto naif, cómico, y se va desarrollando hasta convertirse en algo más complejo e incluso oscuro. ¿Cómo describibría la película?
La describiría del mismo modo que a la sociedad urbana en la India hoy en día: es como una tragicomedia, pero muy cercana a la realidad.
7 diosas se estrena esta semana, pero en agosto llega otra película de la misma nacionalidad a nuestras pantallas que también habla de la prevalencia del machismo en India, La estación de las mujeres (Leena Yadav, 2015). Además de ser un tema que nos preocupa mucho en España, ¿es también una tendencia dentro del cine indio?
No creo que sea una tendencia ni nada parecido, sino más bien pura coincidencia. Porque si se comparan con el número de películas que se producen en India al año, que son unas 1.000, realmente en 2015 solo se han hecho 3 o 4 con heroínas femeninas, y eso siendo un año excepcional. En 2014 tal vez hubo una, y si miras solo 6 años atrás, probablemente no hubiera ninguna. Así que quizás sí que lo que ha ocurrido en 2015 es una buena señal. Pero yo creo que lo importante es que el realizador tenga una historia buena, honesta y emotiva, y no ir con la idea de hacerla sobre mujeres. Si resulta que al final debe estar protagonizada por mujeres, estupendo, pero si no, es un error.
¿Qué ha sido más osado dentro de la cinematografía india, que las protagonistas de la película sean mujeres, o los temas complejos que se abordan, como la homosexualidad?
El desafío y obstáculo principal fue que el reparto estuviera formando exclusivamente por mujeres. India es una sociedad patriarcal, la industria de Bollywood está dominada por hombres, y la mayoría de los estudios piensan que solo los actores masculinos pueden hacer mucha taquilla. Las mujeres no tienen poder, siempre están relegadas a papeles secundarios, sexys, o de bailarinas que interpretan item numbers (números musicales sin ninguna importancia en el argumento), presentadas como víctimas que lloran, y a las que el hermano o el héroe deben proteger. Así que en todo este contexto, presentar de repente a siete mujeres como heroínas nos sometió a mucha presión para conseguir financiación. Los productores nos decían que pusiéramos a un hombre o no participarían en el proyecto. Por eso en la India se la conoce como la primera película de mujeres.
Precisamente por lo que dice, y por los temas a los que aludíamos antes, nos intersa mucho saber cómo ha reaccionado el público autóctono...
En India yo no había visto nunca un público tan agradecido con el director, las actrices y todo el equipo por hacer una película. Y no hace falta ni que lo diga yo, se puede comprobar en las reacciones en los medios indios, Twitter, Facebook... Mucha gente surgió de todas partes, escribiendo, hablando, diciendo lo importante que es esto... Usan incluso grandes términos con los que nosotros somos muy cautelosos, como "revolución". La reacción fue muy buena y apasionada. Por supuesto también aparecieron grupos ultraconservadores, que expresaron su molestia profiriendo incluso amenazas de muerte y con comentarios muy violentos del tipo «Esas hijas de puta deberían estar en la cocina». Pero por suerte fueron la minoría, y ya contábamos con ello, porque sabemos que aún hay grupos que creen que las mujeres deberían quedarse en casa y no hacer nada. Con estos conservadores el segundo problema viene por el propio título de la película, ya que increpaban que cómo unas mujeres que beben vino, fuman y llevan pantalones cortos pueden ser diosas. En este sentido yo quería desarmar estas ideas tradicionalistas y recordar de golpe que, en la mitología hindú, las diosas son las que tienen el poder sobre todo, el arte, la música, la economía... Mientras que los dioses solo hacen el vago.
En España (y el resto del mundo) veremos la versión original y sin cortes del filme, pero ¿qué escenas fueron censuradas en India?
Todas la imágenes en las que salen diosas, como las de los créditos, o en la que todas sacan la lengua como Kali, aparecían borrosas. Por supuesto, el beso de las dos chicas fue cortado, así como todos los tacos, y cualquier referencia al gobierno de la India. Y en cuanto a ejemplos más concretos, hay un momento que el personaje de Pamela dice que tiene "una figura india", por el tipo que se le marca llevando el sari, y lo censuraron porque es un término que no se puede usar.
La película está rodada con cámara en mano, a la manera casi de un documental. ¿Cómo fue en este sentido el trabajo con las actrices? ¿Hubo mucha improvisación?
Para hacer esta película tuve que desamprender el proceso de hacer cine, y cambiar la estructura y la manera de filmar, que es única para contar esta historia. Uno de estos motivos es porque yo era un hombre entrando en el universo de las mujeres. Así que creamos una plataforma en la que las actrices también podían participar en todo el proceso de creación, porque ellas fueron elegidas, además de como grandes actrices, por su forma de ser, sus ideas sobre el papel de la mujer en la sociedad india, y porque además tenían el talento de poder expresas muy bien todas estas ideas. No hubo un guion en sí para ellas, solo sabían cómo eran los personajes. Las siguientes cuatro semanas después de elegirlas estuveron juntas en una especie de retiro o talleres, donde trabajaron constantemente en los personajes y su pasado, y hablaban sobre las mujeres indias, además de hacer todo tipo de ejercicios, como meditación, yoga, paseos... Filmamos en orden cronológico, y muy a menudo ellas no sabían qué iba a pasarle a su personaje, además de que eliminamos la forma tradicional de rodar tomas: con dos o tres cámara creamos una atmósfera en la casa en la que ellas no sabían cuándo estábamos grabando y cuándo no. No se lo decíamos porque queríamos que fueran los personajes todo el tiempo, y de esa forma crear una química orgánica y espontánea entre ellas.
Al final, el tema principal de la película resulta ser el de los abusos sexuales. Siendo India el país del mundo en el que más abusos de este tipo se registran, ¿cuál es su reflejo en el cine?
Realmente no tenemos películas sobre ese tema. Es una cuestión que aún no se ha asumido y de la que es muy difícil hablar. La violencia sexual en la industria mainstream es algo muy complejo, porque durante décadas, hasta 1990, se han mostrado violaciones en el cine comercial. Hay un actor conocido en Bollywood por hacer siempre de villano, que ha rodado unas 100 escenas de violaciones. Así, un tipo viola a la mujer o la hermana del héroe, que posteriormente llegará y se vengará, pero nadie habla de lo que le pasa a la víctima. Sin embargo, poco a poco las mujeres se sienten más seguras para expresarse sobre estas cuestiones, por lo que creo que en un futuro esto va a cambiar, y a partir de ahora surgirán más películas. De hecho que yo sepa ya hay otra sobre el tema que aún está pendiente de estreno.