Segundo, tercer y cuarto acto
Editorial sobre la tercera, cuarta y quinta jornada del 69º Festival de Cannes.
Inicio extraño en el Festival de Cannes. La prensa no se pone de acuerdo; división de opiniones, casi todas categóricas, faltaría más, que ha provocado una neblina informativa que se entremezcla con una gran saturación de titulares. Lo que sí parece claro que es el Cannes de la comedia. Tras la excelente apertura de Woody Allen, han llegado propuestas como la alemana Toni Erdmann, por el momento la película que mejores críticas ha aglutinado, o la gala Ma loute, que buscan la complicidad con el espectador a golpe de sonrisa o carcajada. Eso sí, con metrajes excesivos y un toque histriónico no apto para todos los públicos. El humor, por tanto, se está imponiendo a los temas clásicos del certamen, que han llegado con veteranos como Ken Loach, que provocó algo más que bostezos, o Andrea Arnold, cuya American Honey se le ha atragantado a la prensa europea, no, en cambio, a la anglosajona. Aun así, otras tres horas de hip-hop y retrato adolescente en Norteamérica que se antojan excesivos. Y, hablando de excesos, ayer los fantasmas de La vida de Adèle se asomaron con el nuevo trabajo de Park Chan-wook, The Handmaiden, repleto de escenas subidas de tono que alguna úlcera provocaron a los integrantes de la platea. Con todo, este es hasta el momento el Festival de Cannes más indescifrable, aunque sí que podemos tildarlo como uno de los valientes de los últimos años. En la jornada de hoy, la número cinco, seguirá el eclepticismo. Primero con más humor, ya que se presenta Dos buenos tipos (The nice guys) de Shane Black, una aparente continuación de Kiss Kiss Bang Bang a mayor gloria de sus protagonistas: Russell Crowe y Ryan Gosling. La química entre ambos es el aspecto más valorado tras el primer screening del día. No erraremos si auguramos una recepción mixta para esta comedia made in Hollywood. Mucho menos simpática será Mal de pierres, octava película de Nicole Garcia y tercera participación en la sección oficial (El adversario -2002- y Selon Charlie -2006-). Un melodrama que adapta la novela homónima de Milena Agus y que tiene en Marion Cotillard su gran valor. Los primeros pases no han podido ser más negativos. Por la tarde, un sospechoso habitual: Jim Jarmusch. Con Paterson será la séptima vez que busque la Palma de Oro. Algo que solo ha podido conseguir con un cortometraje en 1993 (Coffee and cigarettes). Con su nuevo filme espera dar giro a una carrera algo aletargada precisamente tras su último gran éxito en la riviera: Las flores rotas, Gran Premio del Jurado en 2005. Mucho nos tememos que el hito del día llegará fuera de concurso y con dos detectives bastante patosos.