Lo reconocemos, aún nos sentimos extasiados por el lírico y poderoso final de Carol. Es por ello que no podemos sino alegrarnos de tener constancia de que el nuevo trabajo de Todd Haynes se espera para el próximo año. Su título será Wonderstruck, y se tratará de la adaptación de la novela homónima de Brian Selznick de 2011, quien ya escribió La invención de Hugo (llevada a la gran pantalla por Martin Scorsese precisamente en ese año). En ella se explorarán dos líneas temporales distintas. Siempre enfocadas desde un punto de vista infantil, se esclarecerá un paralelismo entre dos niños correspondientes a dos épocas distanciadas por medio siglo de diferencia. Con la repentina llegada a la ciudad de Nueva York como nexo, viviremos por un lado una historia desarrollada en 1927, iniciada en Nueva Jersey, y otra originada en Minnesota en pleno 1977.
Haynes, excelente director de actores que hizo dar lo mejor de sí tanto a Rooney Mara como a Cate Blanchet en su último filme, cuenta en esta ocasión con la inmensa Julianne Moore, quien ya logró un premio a mejor actriz en Venecia y la nominación al Óscar en 2002 por Lejos del cielo. A su vez, todo indica que estará acompañada por Michelle Williams, quien ya colaboró con el estadounidense en I’m not there (2007), asumiendo en este caso un papel más protagonista.
Salteando por el tiempo en la extraña biografía de Bob Dylan I’m not there citada anteriormente o, reformulando gracias al poder del color el melodrama clásico regresando a los años 50 al estilo Douglas Sirk como se vio en Lejos del cielo o Carol, comprendemos a la perfección la maestría de un realizador capaz de recrear épocas pasadas. Es por ello que depositamos nuestra confianza en un autor que parece querer arriesgar en su último proyecto jugando con aquello que domina a la perfección. Y siendo conscientes de su sentido estético, poético y su extrema delicadeza y cuidado de la imagen y la música, la espera puede hacerse más larga de lo deseado. No obstante, si su estilo logra volver a embriagarnos envolviéndonos en la sutileza donde albergan las más sentidas emociones, bien sabremos que habrá valido la pena.