Carney no deja el mundo de la música con su nuevo trabajo, ambientado en el Dublín de los años 80.
No es raro que un director se especialice en un género concreto o en un tipo de narrativa, si con ello ha alcanzado un éxito temprano y es el ambiente en el que mejor se mueve. Es el caso del irlandés John Carney, que antes de ponerse tras la cámara fue músico, y parte de su experiencia la aprovechó en su ópera prima Once (2007). Rodada con escasos medios en su ciudad natal, esta fábula de un guitarrista errante conquistó a la crítica y al público, generando expectativas sobre cuál sería el siguiente trabajo de este director. Dejando de lado dos proyectos entre medias, su siguiente gran obra fue Begin Again (2013), contando en el reparto ya con caras conocidas como Keira Knightley y Mark Ruffalo. Su recepción no fue tan entusiasta como la de la cinta de 2007, pero seguía apreciándose la sensibilidad y el buen ojo de Carney para narrar estas historias de músicos a la deriva. Pues bien, en su último filme, que se presentará este domingo en el festival de Sundance, sigue sin abandonar este marco. Hablamos de Sing Street (2016), el relato de un chico que decide montar un grupo de música, emancipándose así del control que su familia y su instituto ejercen sobre él. El tráiler destaca, como no podía ser de otro modo, algunas de las célebres canciones que se podrán escuchar durante el metraje, y aunque la trama en sí no parece muy original, ni el tono de este avance atrapa del todo nuestra atención, confiamos en que Carney siga demostrando su talento en estas lides. La película tiene previsto estrenarse en Gran Bretaña el 18 de marzo, pero será sobre todo su acogida en Sundance (ya ha sido aqquirida por Weinstein & Co.) la que determine su paso más o menos reciente y generalizado por otros países como el nuestro.