El deslenguado documentalista busca un segundo Óscar con esta sátira sobre las deficiencias económico-sociales del sistema estadounidense.
Existen pocos directores de documentales con el palmarés de Michael Moore. Una Palma de Oro (por Fahrenheit 9/11 en 2004) y un Óscar (por Bowling for Columbine en 2002) otorgan algo más que prestigio a este cineasta sin pelos en la lengua que reformuló las reglas del formato. Y lo hizo atizando a todos los estamentos de su país: la invasión de Irak, la globalización y la tiranía de las grandes corporaciones, la violencia armada, las políticas de la familia Bush o el sistema sanitario estadounidense no han escapado a sus duras críticas. Algo que le ha granjeado tantos enemigos como admiradores a lo largo de su dilatada carrera. Tras los tropiezos que supusieron Sicko (2007) y Capitalism: A Love Story (2009) parece que retoma la senda del éxito con Where to Invade Next, una mirada comparativa de los problemas internos de Norteamericana con las dinámicas de otras naciones de occidente como Finlandia, Francia o Italia. Un políptico que le ha valido buenas críticas tras su paso por Toronto y ha superado varios cortes camino al Óscar pero que parece también alejado de sus proyectos más ambiciosos. Aun así, su nominación al Óscar no parece descabellada. La estatuilla dorada es otro tema con filmes como La mirada del silencio, Listen to me Marlon o Amy como contendientes. Where to Invade Next se proyectó en algunas salas de Los Ángeles y Nueva York el 23 de diciembre por temas clasificatorios y llegará a 400 salas para el gran público el 12 de febrero. Produce IMG Films. | Póster |