«Un día le robé la cámara de VHS a mi papá y comencé a filmar películas con mis hermanas. Escribía los guiones en vez de prestar atención en las clases, y así me iba. Pronto eso de que hacía películas se volvió un tema en mis conocidos. A mí me brindó un lugar de amparo y de rebeldía. Me servía».
Tras lograr el máximo galardón en pasado Festival de Cinema d’Autor de Barcelona, por fin llega a nuestras pantallas Juana a los 12, el debut del director argentino Martín Shanly, en la que nos muestra su particular visión sobre la adolescencia. Sencilla, sensible e intensa, la película nos descubre a un director inteligente capaz de captar la mirada frágil de Juana, una joven que parece no encajar en el mundo que le rodea mientras intenta sobrevivir a una edad tan complicada. Con motivo de su estreno, hemos podido lanzarle algunas preguntas a Martín para comprender mejor el proceso creativo detrás de su ópera prima.
¿Cuál fue tu primer contacto con el cine?
Yo era un fracaso estrepitoso en absolutamente todos los ámbitos de la escuela: Ya sea en lo social, lo académico o lo deportivo, en todo era bastante un desastre. Un día le robé la cámara de VHS a mi papá y comencé a filmar películas con mis hermanas. Escribía los guiones en vez de prestar atención en las clases, y así me iba. Pronto eso de que hacía películas se volvió un tema en mis conocidos. A mí me brindó un lugar de amparo y de rebeldía. Me servía.
¿Cuáles son tus referentes cinematográficos? ¿Qué cineastas podrías decir que, de manera más o menos consciente, han influido en tu manera de hacer cine?
Hay muchos, hay demasiados. Voy a hacerles el gran favor a esas grandes personas de no nombrarlas así jamás lidian con tener que ser asociadas conmigo, aunque nomás sea en esta entrevista.
En tu debut, Juana a los 12, has elegido una historia mínima. Juana, quien como dice el título tiene 12 años, está en la difícil etapa de la preadolescencia, en la que ni ella entiende el mundo que le rodea ni el mundo que le rodea la entiende a ella. Todo se muestra de un modo muy sutil, aunque tenemos la sensación de que está a punto de desmoronarse. Me parece un acercamiento muy honesto a una situación que pocas veces se ha descrito de una manera tan delicada y a la vez tan detallada e intensa ¿De dónde surge esa mirada? ¿Crees que el cine no ha sabido captar la fragilidad de un momento tan complicado de la infancia?
Muchas gracias por decir eso, me alegra mucho. No, creo que ha habido increíbles películas a lo largo de la historia del cine que han sabido con más que eficacia lidiar con esos temas. Rápidamente pienso en Mouchette, en Kes, en Los 400 golpes, ¡puf! hay muchas películas. Las ganas de filmar esa etapa vienen acompañadas de las ganas de filmar a mi hermana (quien interpreta a Juana) que en su momento estaba transitándola.
Aunque sea de manera menos explícita, también se intuye cierta crítica a un tipo de aburguesamiento de la educación, que parece basada a golpe de talonario. Y la culpa está un poco repartida entre el colegio, la sociedad, la madre, la inevitable crueldad de los niños… ¿Hasta qué punto esta crítica social es algo consciente o más o menos premeditado?
No, consciente no fue. Es claro que tengo mis opiniones con respecto a esos temas pero no me gustaba la idea de que se filtraran demasiado adentro de la película. Creo que todos los personajes tienen su forma de particular de ver el mundo, que están haciendo lo que pueden y fue con empatía que intenté representarlos. Definitivamente no era mi intención alzar mi voz en protesta o con saña, sino más bien mostrar ejemplos de seres humanos gravitando hacia errores comunes y quien sea que vea la película extraiga de eso las conclusiones que le parezca pertinentes.
Lo cierto es que Juana a los 12 tiene un componente personal muy fuerte: la rodaste en el colegio al que asististe, las protagonistas son tu madre y tu hermana… ¿cuánto hay de autobiográfico?
Hay bastante de mí en la película, no voy a negar eso. Pero pienso que es más una interpretación subjetiva que una transcripción literal de eventos transcurridos.
¿Y cómo fue trabajar con ellas? ¿En qué momento decidiste que los papeles principales tenían que recaer en tu madre y tu hermana?
Mi hermana estuvo ahí desde el principio. Se escribió en base a ella. Si me decía que no, no se hacía. Y con respecto a mi madre, sucedió que a medida que la película iba tomando forma y se iban cerrando temas como el del colegio, también que muchos de los personajes de mi infancia iban a aparecer actuando de ellos mismos, de pronto comenzó a parecerme muy extraño y foráneo colocar a una actriz en ese papel, me pareció que tenía que ser mi mamá.
Cuéntame un poco como fue el planteamiento de la cinta a nivel de guion: tenías un texto muy cerrado, había hueco a la improvisación…
No tenía un guion muy cerrado. Había un pequeño número de escenas guionadas, pero en general las escenas solo contaban con una pequeña descripción de lo que quería que sucediera y al filmar dejaba que pasara lo que tenía que pasar. Con esa consigna los niños improvisaban y yo les tiraba texto desde afuera.
¿Por qué decidiste rodar la película en esa ratio de aspecto, 1:1.33?
Capricho, principalmente. Me gustaba como quedaban los primeros planos y planos medios en ese ratio de aspecto y sabía que la película contaría con muchos de ellos. Me gustaría tener una mejor respuesta, perdón.
Esta es tu primera película, pero antes has trabajado como actor en cine y en teatro, y lo sigues haciendo. ¿Cómo decides dar el salto y ponerte detrás de la cámara?
Estudié dirección de cine en la universidad. Esa fue mi decisión principal. Caí en la actuación más por accidente que otra cosa, y si bien me divierte mucho, trabajo más que nada en proyectos de amigos. Considero que el salto es una metáfora que aplico más a la actuación que a la realización de cine.
Ahora, echando la vista atrás, ¿es difícil sacar una primera película en Argentina?
Un poco, sí. Especialmente si la querés hacer rápido.
¿Crees que hay suficiente apoyo a nuevos realizadores?
Solo puedo hablar desde mi propia experiencia. Yo hice mi primer película sin mucho apoyo, contando por suerte con el grupo de gente más increíble a la hora de hacerla y equipos que me proveyó la universidad a la que fui (FUC). Es cierto que para los que están empezando es más complicado.
¿Cómo calificarías la situación actual de la industria en Argentina? En los últimos años, se han producido películas muy potentes a nivel internacional, estoy pensando en El secreto de sus ojos, Relatos salvajes, El clan… ¿Se ha sabido conjugar bien estas películas con la producción de un cine más independiente?
Son dos mundos muy separados.
¿Tienes futuros proyectos para el cine, ya sea detrás o delante de la cámara?
Estoy por actuar en la película de un amigo que se llama Lukas V. Rinner con el que estudié cine en Buenos Aires.
Víctor Blanes Picó
Lugar: Barcelona
© Revista EAM