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    Cine Alemán Siglo XXI

    Soundtrack | Bridge of Spies

    Bridge of Spies

    El imaginario del maestro Spielberg arrastra indisolublemente un sonido característico, una música que no solo describe su obra sino que transmite un estilo compositivo fiel, muy personal, difícil de romper del todo creativo. La simbiosis Williams/Spielberg ha funcionado de manera (casi) continuada a lo largo de más de cuatro décadas de trabajo conjunto. Lejos queda la polémica suscitada en torno a El color púrpura (1985), donde el propio Spielberg desechaba por primera vez colaborar con Williams buscando una banda sonora que casara mejor con los ambientes sureños de la novela. El elegido entonces fue Quincy Jones, que tuvo la osadía, o quizá simplemente la mala suerte, de acercarse demasiado en el tema principal a otro tema musical que su compañero Georges Delerue había compuesto años antes para la película A las nueve cada noche (1967). El asunto acabó en los tribunales a favor del compositor francés. Ateniéndonos a los parecidos razonables entre ambas melodías, era lógico pensar en un Spielberg arrepentido por aquella desafortunada sustitución. Una anécdota que pone de relieve lo importante que es tener una confianza mutua en las relaciones músico y director, refuerzo de un lenguaje, el audiovisual, capaz de abrazar una dimensión única y global.

    Poco antes del estreno de Bridge of Spies (2015) nos llegaba la noticia de un cambio forzoso en la banda sonora de la película. Williams se apeaba del proyecto por problemas momentáneos de salud entrando Thomas Newman como suplente. A priori, una elección dudosa ya que el sonido característico de Newman se ha venido apoyando en un estilo introspectivo, sin duda personal, pero alejado de las grandes orquestaciones o del sinfonismo épico que solemos encontrar en Williams. El score que ha compuesto Newman para El puente de los espías (título en España y Latinoamérica) sorprende por varios motivos: el primero en la extraña aproximación de un compositor hacia otro. Esto llama la atención hasta el punto de que notamos desde las primeras notas una cálida familiaridad presente en una música ceremoniosa, que nos adentra directa sin titubeos en un usual entorno spielbergniano. Segundo porque apreciamos un Newman obligado a tapar un hueco de excesiva personalidad en el que huir radicalmente sería tomado como un peligroso cambio de registro dentro del legado que arrastra consigo Spielberg desde hace años. Y tercero, descubrir una estructura clásica sencilla pero fluida, que si bien es cierto no borra del todo los matices extra orquestales típicos de Newman, abarcan esta vez, una idea narrativa significativa que tiene en el otro, en este caso Williams, su cruz y punto de apoyo incidental.

    Deteniéndome en esto último, es cuanto menos subrayable que el compositor prefiera evocar al Williams patriótico, ese que aparece principalmente en el Lincoln (2014) de Spielberg pero, sobre todo, al que conocimos en las tres colaboraciones que tuvo este con el cineasta Oliver Stone (Nacido el 4 de Julio, JFK, Nixon). Newman dirige su música hacia la memoria estadounidense cargando sobre un sentimiento constitucional de integridad nacional. Armoniza una música solemne regada de compromiso, dispuesta a sentir la llama moral de un estado y percutir con ello en la diégesis principal de los relatos que le interesan al Spielberg autor. Un compositor y otro se funden una grandiosa zona común que certifica los paralelismos y ejes temáticos explícitos en la creación fílmica. Escuchamos pues un caso de banda sonora que encuentra su lugar en el espacio anteriormente construido, no está llamada a sucumbir, ni mucho menos a desplegarse, sino a rodear un discurso personal frecuentado, que Newman, como buen profesional, ha estimado madurar musicalmente.

    Ahora, El puente de los espías no es un soundtrack vampírico, no solo prevalece esa idea homologa, también se advierten las atmosferas típicas de Newman. Confieso que nunca he sido un entusiasta de los patrones estilísticos del creador de obras tan reconocidas y populares como American Beauty (1999). Su marca de la casa abusa de una instrumentación ambiente, buena en los acompañamientos extra diegéticos pero bastante dispersa en el ADN que de verdad me interesa en la música de cine. Es un compositor talentoso al que parece costarle el despliegue completo. Sin embargo, aquí logra uno de los mejores trabajos de su carrera. Newman propone remitir a sus registros tonales entablando diversidad de texturas en cortes elegíacos que mantienen resonancias con, por ejemplo, la excelente Camino a la perdición (2002), la cual sigue siendo, a día de hoy, una de sus obras maestras indiscutibles. Apreciamos en el corte Gliecke Bridge, el más extenso de todo el soundtrack, un uso notable de lo atmosférico, un tema donde la melodía no yace o precisa imponerse hasta la percusión de un clímax final emotivo, ligeramente esperanzador, instante aprovechado por el compositor para erigirse de nuevo en lo heroico. A destacar principalmente otros dos cortes, elaborados en profundidad y de los que ganan en cada escucha. Uno, el soberbio Homecoming, en el que priman y confluyen los ecos de gran orquesta, del piano, al metal, o los violines. Deja huella, sugiere optimismo, aunque transmitiendo la misma idea de solemnidad que rodea todo el disco. Y dos, el End Title, último corte del disco, un compendio que acaba con el leitmotiv principal incorporando antes conceptos en las que destacan voces masculinas y un suave acompañamiento coral. En sus 48:56 minutos de músic, Newman tiende bellos lazos con el sonido patriótico de Williams (cuyo origen seminal sería el folklore tradicional de “la americana” de Aaron Copland), omite obviarlo y de ello convergen lo particular con lo ajeno, lo personal con lo heredado. Una apuesta incierta saldada con éxito.

    Tracklist

    1. Hall of Trade Unions, Moscow
    2. Sunlit Silence
    3. Ejection Protocol
    4. Standing Man
    5. Rain
    6. Lt. Francis Gary Powers
    7. The Article
    8. The Wall
    9. Private Citizen
    10. The Impatient Plan
    11. West Berlin
    12. Friedrichstrasse Station
    13. Glienicke Bridge
    14. Homecoming
    15. Bridge of Spies (End Title)

    Banda sonora completa

    El perdón Fantasías de un escritor Memoria Clara Sola
    Inédito
    Toda una vida
    Tiempo compartido
    Marco
    Sultán
    Alternativa
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    InéditoToda una vida

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