por JUAN ROURES.
La vigésima edición del LesGaiCineMad, el Festival Internacional de Cine Lésbico, Gay y Transexual de Madrid, concluyó el pasado domingo con la lectura del palmarés oficial elegido por el director Ramón Salazar, el escritor José Luis Serrano y la actriz Assumpta Serna, quienes apostaron firmemente por la cinta sueca Something Must Break, de Ester Martin Bergskmark, un áspero pero fascinante retrato del amor entre un joven andrógeno y otro heterosexual al que concedieron al premio a mejor película (como ya hizo en su día el Festival de Rotterdam), así como el concerniente a mejor actriz para la impresionante Saga Becker (ganadora también del Premio Guldbagge de Suecia). Fácil tenía el jurado la concesión, tanto de este último premio, como la del relativo al mejor actor, que fue a parar al arrebatador intérprete argentino Nahuel Pérez Biscayart por su valiente trabajo en Je suis à toi, cinta belga que dio a David Lambert el laurel concerniente a mejor dirección, sin duda el que resultaba menos difícil de augurar. Y es que el quinto galardón del jurado, mejor guion, tuvo receptora clara prácticamente desde el principio: Appropriate Behavior, con la que la neoyorquina Desiree Akhavan sigue los pasos de Lena Dunham y su revolucionaria Girls en lo que a simpática exposición de las propias ansiedades se refiere. Si Something Must Break es un crudo drama, Je suis à toi retrata con incómoda honestidad a tres personajes perdidos en sí mismos (brillantemente interpretados por Monia Chokri, Jean-Michel Balthazar junto al mencionado Nahuel) y Appropriate Behavior hace lo propio con una joven bisexual de origen persa que trata de superar una ruptura amorosa cuando lo que verdaderamente necesita es encontrar su camino en la vida. Las tres suponen, por tanto, potentes retratos de alineación en el mundo contemporáneo, un tema clave de la cinematografía LGTB.
Curiosamente (o quizá no), ninguno de los tres filmes mencionados fue receptor del Premio del Público, obtenido por la melancólica comedia dramática Liz en septiembre, en la que un grupo de mujeres lesbianas se reúne cada año en un paradisiaco resort venezolano para disfrutar de la vida. Con la modelo Patricia Velasquez y la exbailarina Eloísa Maturén como bellas protagonistas (aunque fue la secundaria Arlette Torres la encargada de presentarla en el certamen), la cinta se ganó el favor de los espectadores pese a la relativa incoherencia de su guion, confirmándose una vez que, si bien el riesgo es siempre interesante, el público LGTB —que lamentablemente sigue suponiendo casi el 100% del acogido por este festival— prefiere un tipo de cine más relajado y entretenido; un tipo de cine que, a fin de cuentas, la historia siempre les ha negado. Así, comedias relativamente tópicas como Fourth Man Out, de Andrew Nackman; De chica en chica, de Sonia Sebastián, o Two 4 One, de Maureen Bradley, conquistaron al público gay, lésbico y transexual, respectivamente, con repartos simpáticos, historias entretenidas y complicaciones justas. Además, aunque la primera se centra en un grupo de amigos que debe afrontar la inesperada salida del armario de uno de ellos, la segunda muestra a un variopinto grupo de lesbianas que ha conformado una segunda familia donde la libertad es lo primero y la tercera sigue a un joven en proceso de reasignación de género que se enfrenta a un embarazo inesperado, las tres son perfectas para todas las audiencias y bastante más inteligentes de lo que aparentan.
Pero el entretenimiento no es la única meta de un festival, que, año tras año, se esfuerza por llegar a todos los rincones del mundo para traer a la capital española historias tremendamente interesantes. De Sudáfrica vino While you weren’t looking, con la que Catherine Stewart (que voló desde el otro lado del Globo para presentarla personalmente) nos ofrece un retrato de la realidad LGTB de su país con historias relacionadas con el machismo, la homofobia y las diferencias sociales, pero también las meras rencillas conyugales que atraviesa cualquier pareja independientemente de su género o procedencia. La cinta intenta contar más de lo que puede, pero es un esfuerzo estimable, como lo es el de Barash (presentada en la sección Nuevos Directores del pasado Zinemaldia), en la que la primeriza Michal Vinik se apoya en la fresca labor protagónica de las debutantes Sivan Noam Shimon y Jade Sakori para ofrecer un atractivo —aunque poco destacable— filme con el que normalizar la situación de las personas LGTB en Israel. Por su parte, Claudio Marcone nos adentra con En la gama de los grises en las calles de Santiago de Chile de la mano de Francisco Celhay y Emilio Edwards, dos fantásticos actores cuya complicada relación vemos acompañada de pictóricas composiciones, enredadas elipsis y bellos planos aéreos que conforman una experiencia onírica verdaderamente evocadora. Y, hablando de enriquecedores elementos formales, el nuevo trabajo del siempre difícil Peter Greenaway, Eisenstein en Guanajuato, es una explosión de creatividad visual en la que vestuario, dirección artística y fotografía unen fuerzas para conformar un universo de color y extravagancia digno del sujeto que retrata (un Sergei M. Eisenstein, realizador de El acorazado Potemkin -1925-, vuelto más estridente de lo necesario por Elmer Bäck); a ratos fascinante, a ratos fatigante, la cinta formó parte de la Sección Oficial de la Berlinale y llegará próximamente a la cartelera.
Puede parecer banal hablar de esto último, pero lo cierto es que, en principio, la nueva cinta de Greenaway será la única del certamen que pasará por las salas españolas con la excepción de la mencionada De chica en chica (que contó con un estreno reducido hace unas semanas) y la magnífica Pride, de Matthew Warchus, que gozó de una proyección especial en reconocimiento a su labor de normalización del colectivo LGTB, al que honra a través de las vivencias del grupo “Gays and Lesbians Support the Miners”, creado en 1984 para apoyar a los mineros que se declararon en huelga en respuesta a las medidas de Margaret Thatcher. Calidad aparte, estas tres cintas sólo nos llegan dentro del ámbito comercial porque la primera pertenece a un realizador de renombre, la segunda es una producción española basada en una popular serie web y llena de rostros conocidos y la tercera un éxito internacional receptor de numerosos galardones (incluyendo la nominación al Globo de Oro). Tristemente, el cine LGTB sigue pasando penurias para llegar a los espectadores, quedándose sin ser escuchadas historias tan emotivas y significativas como las contenidas en Cuatro lunas, en la que el mexicano Sergio Tovar Velarde confecciona un completo mosaico de los principales problemas atravesados por los homosexuales en la sociedad contemporánea occidental, desde la inocencia de los niños que descubren ser sencillamente diferentes hasta los mayores que han vivido una mentira toda su vida, pasando por los primeros amoríos secretos y las primeras decepciones conyugales: una pequeña joya cuya bella honestidad se ve tristemente enturbiada por un innecesario toque de melodrama.
Je suis à toi (All yours) (David Lambert, 2014) / Sección Oficial del Festival de Karlovy Vary 2014.
Pese a haber sido preseleccionadas al Óscar por sus respectivos países, probablemente ni la dominicana Dólares de arena, ni la tailandesa How to win at checkers (every time) ni la lituana The Summer of Sangaile dejen sus países de origen más allá de los festivales internacionales y un par de estrenos limitados aquí y allá. Por esta última obtuvo Alanté Kavaïté el premio a mejor dirección de la sección World Cinema del Festival de Sundance gracias a la magnificencia visual del filme, que parece dejar en un segundo plano la necesidad de desarrollar la trama y sus personajes: se trata sin duda de una obra de sensaciones, si bien muchas de ellas no terminan de quedar claras. De emociones trata también la excelente Dólares de arena, cuarta colaboraciones entre Laura Guzmán e Israel Cárdenas tras la cámara, si bien esta sí ofrece el interesante relato de una mujer en el otoño de la vida que busca obtener unos últimos momentos de felicidad en los brazos de una joven que sólo la quiere por interés; y, claro, cuenta con una gran Geraldine Chaplin que hace suyo el personaje y todo el filme, aderezado este por los paradisiacos paisajes dominicanos y el pegadizo sonido de la vital bachata. Sin duda, la más accesible de las tres (y la cinta que más se echa de menos en el palmarés, dado que la obra dominicana estaba fuera de competición) es How to win at checkers (every time), de Josh Kim, una obra de iniciación en la que un niño conoce la realidad del mundo a través de su hermano mayor, quien lleva la homosexualidad con normalidad (pero no tanto la posibilidad de deber dedicar su vida al Ejército, que, como tantas cosas de la vida, depende meramente del azar). Tierna y emotiva pero también muy entretenida, esta cinta prueba lo sorprendentemente aceptado que está el colectivo LGTB en países mucho más atrasados en otros aspectos.
Y es que el LesGaiCineMad es, además de un festival, una ocasión para reflexionar sobre la situación atravesada por todas las personas que no se identifican con la identidad establecida, o sea, la estricta heterosexualidad. Pero, como no todo puede ser meditación, la noche de Halloween acogió dos cintas nada comunes para el cine LGTB: la comedia de terror You’re Killing Me, de Jim Hansem, y el esperpento de ciencia-ficción, terror, comedia y musical Dyke hard, de Bitte Anderson. La primera está protagonizada por un encantador asesino homosexual que hace desaparecer poco a poco a los conocidos de su ingenuo novio y la segunda por una banda de rock lésbico que se enfrenta a fantasmas, ninjas, cyborgs y otros extraños enemigos. Como cabía esperar, ambas se encuentran entre las peores obras del certamen, pero indudablemente tienen su público, algo que le costará más a la comedia sin gracia Portrait of a Seriel Monogamist, de John Mitchell y Christine Zeidler, que cuenta —o intenta contar— una historia muy similar a la contenida en Appropriate Behavior pero carece de su palpable ingenio, así como de su carismática protagonista (Diane Flacks sencillamente no da de sí). Con menos medios (si cabe) y una factura técnica bastante risible, Los amores inconclusos logra transmitir mucho más gracias al entusiasmo de su director (el barcelonés Frank Toro) y su simpático reparto, unidos para contar la historia de tres personas LGTB con distintos tipos de minusvalía física que deberán aprender a ser felices con las condiciones que la vida les ha dado. Y es que la felicidad es, a fin de cuentas, la meta que, a veces, parece resistirse a quienes son diferentes, pero siempre está esperando al final del camino si se sabe tomar los atajos adecuados.
Agradecer al LesGaiCineMad su esfuerzo anual por convertir al cine LGTB en protagonista, luchando contra viento y marea por mantenerse como el certamen madrileño que más público recibe (pero también uno de los más tristemente ignorados por las instituciones). Confiemos en que el soplo de aire fresco que disfruta últimamente la capital española se note en la vigésimo primera edición.
Mas el LesGaiCineMad no consta sólo de largometrajes de ficción, como prueba la presencia en el palmarés de cortometrajes como Pride, Vainilla y Aitona Mantangorria o documentales como Tchindas, The Amina Profile o XY, que han quedado generalmente fuera del alcance de un servidor pero no están en absoluto exentos de interés (mucha atención al bello mensaje del cortometraje Mi hermano, con el que Miguel Lafuente lucha contra el suicidio infantil instando a los más jóvenes a aguantar y a los adultos a dar ejemplo de normalización). La proyección que sí necesita una mención en toda regla es la concerniente a El diputado, todo un clásico de Eloy de la Iglesia datado de 1978 que fue presentado en el certamen por el mismísimo José Sacristán, quien lo recordó como un momento muy especial de su rica carrera. Resulta curioso comprobar cómo hace casi cuatro décadas nuestra cinematografía fue capaz de lanzar una obra tan innovadora y atrevida (en lo que al colectivo LGTB se refiere) y a día de hoy, pese a la aprobación del matrimonio igualitario y la supuesta normalización generalizada, las producciones españolas que cada año llegan a la cartelera se cuentan con los dedos de una mano mutilada. Toca, por tanto, agradecer al LesGaiCineMad su esfuerzo anual por convertir al cine LGTB en protagonista, luchando contra viento y marea por mantenerse como el certamen madrileño que más público recibe (pero también uno de los más tristemente ignorados por las instituciones). Confiemos en que el soplo de aire fresco que disfruta últimamente la capital española se note en la vigésimo primera edición.
Top 10
10. Eisenstein en Guanajuato (Peter Greenaway, 2015).
9. Cuatro lunas (Sergio Tovar Velarde, 2013).
8. Je suis à toi (All yours) (David Lambert, 2014).
7. Two 4 One (Maureen Bradley, 2014).
6. En la gama de los grises (Claudio Marcone, 2015).
5. Something Must Break (Ester Martin Bergskmark, 2014).
4. Appropriate Behavior (Desiree Akhavan, 2014).
3. How to win at checkers (every time) (Josh Kim, 2014).
2. Dólares de arena (Israel Cárdenas y Laura Guzmán, 2014).
1. Pride (Matthew Warchus, 2014).
Palmarés
PREMIOS DEL PÚBLICO
■ Mejor Largometraje de Ficción: Liz en septiembre, de Fina Torres
■ Mejor Cortometraje: Aban+Khorsid, de Darwin Serink
■ Mejor Documental: Tchindas, de Pablo García Pérez de Lara y Marc Serena
■ Mejor Obra Española: Tchindas, de Pablo García Pérez de Lara y Marc Serena
■ Mejor Cortometraje Español Robin Hood Films: Vainilla, de Juan Beiro
■ Premio San Sebastián de los Reyes: El viaje de Carla, de Fernando Olmeda
PREMIOS DEL JURADO
Largometrajes de ficción
Jurado: Assumpta Serna, José Luis Serrano y Ramón Salazar
■ Mejor Largometraje: Something must break, de Ester Martin Bergskmark
■ Mejor Director: David Lambert, por Je suis à toi
■ Mejor Guión: Desiree Akhavan, por Appropriate Behaviour
■ Mejor Actriz: Saga Becker, por Something Must Break
■ Mejor Actor: Nahuel Pérez Biscayart, por Je suis à toi
Cortometrajes de ficción
Jurado: Abel Azcona, Estefanía Cortes and Sandra Collantes
■ Mejor Cortometraje: Pride, de Pavel G. Vesnakov
■ Mejor Cortometraje español: Aitona Mantangorria, de Kepa Errasti
■ Mejor Videoarte: La vie en rose, de Santiago Echeverry
■ Mención Especial: Tom in America por las interpretaciones de Burt Young y Sally Kirkland
Documentales
Jurado: Javier Larrauri, María Luisa López Municio y Virginia Fuentes
■ Mejor Documental: The Amina Profile, de Sophie Deraspe
■ Mejor Dirección : Pablo García Pérez de Lara y Marc Serena por Tchindas
■ Mejor Documental Español: Juntos y revueltos: El mejunje de Silverio, de Nicolás Muñoz
■ Mejor Cortometraje: Primavera Rosa en el Kremlin, de Mario de la Torre
■ Mención Especial: XY de Luis Alejandro Arriola Ayala