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    Cine Alemán Siglo XXI

    Crítica | Risttuules (In the crosswind)

    Risttuules

    La memoria de la imagen

    crítica de Risttuules (Martti Helde, Estonia, 2015).

    La representación en imágenes de nuestro pasado más oscuro y el acercamiento a la tragedia humana han planteado, y lo siguen haciendo, un gran debate sobre cómo llevarlos a cabo. Cuando tras la Segunda Guerra Mundial las imágenes de la liberación de los campos de concentración empezaban a ver la luz, muchos cineastas pusieron el grito en el cielo: ¿dónde había estado el cine todo este tiempo? Todo se había acabado, aseveró Jean-Luc Godard. Pocos años después, Alain Resnais intentaba restituir la imagen de esta barbarie con la magnífica Noche y niebla. Desde el presente, combinando las imágenes de lo que antaño eran campos de concentración, ahora cubiertos por la maleza, con las montañas de huesos y cadáveres que se apilaban en las fosas comunes, el director francés nos devolvía la memoria, se acercaba a una historia huérfana de imágenes y restablecía el diálogo con ella. Esta restitución de la memoria histórica a través de la imagen sigue siendo un tema clave en la cinematografía actual. Sin ir más lejos, en el año 2014 el director Ramón Lluís Bande devolvía la voz a los maquis asturianos con Equí y n’otru tempo. Gran parte del grueso de la película consistía en la filmación en presente de los lugares donde fueron asesinados entre 1937 y 1952 diversos miembros de la Agrupación Guerrillera Asturiana. La cinta trata de construir un monumento cinematográfico a partir del documento. Los lugares del crimen, hoy en su gran mayoría casas abandonadas en el monte asturiano devoradas por el avance inexorable del bosque, se erigen como testigos silenciosos de los últimos alientos de vida de guerrilleros olvidados, de quienes Bande logra recomponer su memoria.

    La ópera prima del director estonio Martti Helde comparte con estas dos cintas el imperioso deber de volver nuestros ojos hacia el pasado olvidado desde una postura impregnada de sobriedad, despojada de cualquier impostura poética, pero con una puesta en escena totalmente comprometida. Risttuules se centra en la deportación masiva de ciudadanos de Estonia a Siberia por parte de la Unión Soviética en junio de 1941. La película trata de reconstruir la historia de estos campesinos obligados a abandonar sus tierras y enviados a trabajar en condiciones infrahumanas a las gélidas tierras siberianas; y lo hace partiendo de un documento histórico: las cartas que Erna enviaba a su marido con la esperanza de que las recibiese y pudieran reencontrarse para continuar con sus vidas. Mientras las dos obras citadas anteriormente prefieren el documental para construir su relato, el joven director basa su propuesta en la traslación a imágenes del testimonio de Erna. Para ello, analiza el instante desde el fragmento fotográfico, en blanco y negro y sin movimiento, en el que la cámara se desliza por los entresijos de esta especie de naturaleza muerta del dolor para potenciar la profundidad y, sobre todo, anular el tiempo. Tras un inicio con toques malickianos, la imagen se congela y pierde el movimiento para conseguir expandir el instante mientras, en voz en off, las palabras de Erna resuenan implacables. Todo se para, pero la cámara continúa lentamente indagando y expandiendo el momento retratado: el chispazo anterior al disparo, el sollozo anterior al llanto, la mirada anterior al abrazo, la caricia que precede al beso… De este modo, el relato de Erna se hace todavía más duro y poderoso, cobra una entidad superior para lograr que la palabra escrita en primera persona por la protagonista de ese instante se convierta en el verdadero eje vertebrador de la cinta y, por ende, de la memoria colectiva de un pueblo.

    Risttuules

    «Con tantas capas, lecturas y significados, la ópera prima de Martti Helde muestra a un director con un gusto extraordinario que nos regala una experiencia apasionante y emocionante».


    Con todo ello, Risttuules nos plantea diversos análisis interesantes de hacia dónde puede ir el cine de voluntad histórica. Helde no solo consigue acercarse al pasado de una manera totalmente nueva, sino que la novedad estética planteada no es simplemente una elección banal o de simple voluntad preciosista. El director consigue materializar la memoria del olvido sobre la imagen partiendo de la palabra y logra que esta misma imagen nunca olvide de donde nace: del recuerdo epistolar de una superviviente. Es por eso que la imagen mantiene su movimiento en los momentos de felicidad (el antes) y cuando todo ya ha terminado (el después). Sin embargo, en el durante, verbalizado en las cartas en las que narra el calvario, el espacio encajado entre el cuadro del plano es incapaz de moverse por sí mismo, construyendo 13 retablos llenos de sufrimiento y angustia. Las personas aparecen inmóviles, congeladas en esa décima de segundo en la que sus rostros y sus gestos capturan el pulso de lo que está aconteciendo. El viento ondea sus cabellos, agita sus ropas, pero ellos parecen de piedra, inertes, muertos en la imagen esperando que alguien recupere su memoria. Son cuerpos en un espacio invadido por nuestra mirada donde la profundidad se muestra infinita; cuerpos en un tiempo sin duración, en una imagen cuyo reloj deja de contar en segundos y se expande al compás de la palabra; cuerpos sin memoria, congelados por el frío del olvido, pero rescatados por la voz de Erna. Profundidad. Espacio. Tiempo. Memoria. Palabra. Risttuules conjuga todos estos elementos para construir una película única, capaz de conmover mediante esta suerte de pinturas vivientes que devuelven la imagen a la historia para rendir el más honesto de los homenajes a aquellos a los que les congelaron sus vidas. Con tantas capas, lecturas y significados, la ópera prima de Martti Helde muestra a un director con un gusto extraordinario que nos regala una experiencia apasionante y emocionante. Una voz redonda y sensible que se abre camino en el panorama del cine actual y a la que no hay que perderle la pista. | ★★★★★ |


    Víctor Blanes Picó
    © Revista EAM / Convergencias (Festival de Gijón 2015)


    Ficha técnica
    Risttuules. Estonia. 2014. Dirección: Martti Helde. Guión: Martti Helde, Liis Nimik. Producción: Allfilm, Baltic Pine Films. Fotografía: Erik Pöllumaa. Reparto: Laura Peterson, Tarmo Song, Ingrid Isotamm, Mirt Preegel, Einar Hillep.

    Póster: Risttuules
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