Blood Below the Skin y Sound of a Million Insects, Light of a Thousand Stars ganan los premios de la sección oficial
Ayer domingo, concluyó la entrega número doce del Festival de Internacional de Cine de Santiago de Compostela, Curtocircuíto, uno de los certámenes pujantes de cine independiente y experimental que se celebran en España. Del 6 al 11 de octubre, desfilaron por el Teatro Principal y las salas Numax de la ciudad gallega propuestas llenas de riesgo y algún que otro nombre relevante del circuito europeo. Fueron los casos del finés Aki Kaurismäki y del danés Jørgen Leth. El primero, homenajeado; y, el segundo, con una retrospectiva que repasaba los títulos más relevantes de la filmografía del poeta/cineasta de Århus. La presencia de ambos, marcó el punto mediático de un evento que se ha saldado con el triunfo de Sound of a Million Insects, Light of a Thousand Stars (con el premio Explora), un filme japonés de Tomomari Nishikawa que utiliza un rollo de celuloide enterrado durante mucho tiempo en Fukushima. El impacto en el jurado fue tal que le compuso un haiku —poema típico japonés, sin métrica fija— a la obra del realizador asiático:
Corre el arroyo
sopla el viento
flotan las nubes
bate el corazón,
nada morirá.
En Explora, además, obtuvieron menciones las cintas Embargo de Johann Lurf y Scrapbook de Mike Hoolboom, al que se le dedicó una retrospectiva el pasado año. En la sección Radar, el galardón recayó en Blood Below the Skin de Jennifer Reeder. En este apartado, el jurado recalcó el gran nivel de los participantes, concediendo dos menciones especiales a La impresión de una guerra de Camilo Restrepo y Becoming Anita Ekberg de Mark Rappaport. Por otro lado, la película española Sin Dios ni Santa María, ganó el premio de mejor filme gallego y el premio del público. «Voces del pasado e imágenes del presente se encuentran en el limbo atemporal del mito. Esta película consigue algo aparentemente imposible: filmar el pasado», añadió el jurado como motivación para su elección. Del resto del palmarés, a destacar el Premio Camira para Noite Sem Distância, una nueva genialidad de Lois Patiño, una de las grandes promesas del cine de autor de nuestro país.